Gabriel, un adolescente común, llevaba una vida rutinaria hasta que una mañana despertó para descubrir que su cuerpo se había transformado por completo en el de una chica. A medida que pasan los días, Gabriel conocerá a nuevas personas que desafiará...
Y pasando las horas finalmente llegó el lunes, un lunes en el cual no tengo muchas energías ya que ayer luego de tantas cosas mi prima y yo decidimos distraernos viendo algunas películas hasta tarde, demasiado tarde por lo que dormí muy poco y ahora que me encuentro casi terminado la primera clase del día pues estoy un poquito cansada.
Sam: ¿Cansada también?
Gabriela: Si, no debimos quedarnos despiertas hasta tan tarde...
Sam: Ni lo menciones...
Gabriela: Al menos ya faltan solo 10 minutos para el receso...
Pasados los 10 minutos finalmente la clase llegó a su fin y teníamos unos minutos para relajarnos, comer o simplemente divertirnos pero en mi caso tenía otros planes, me levanté de mi sitio y me acerqué hasta Juan que como supuse aún no había invitado a Karen para salir así que tuve que animarlo un poco para que lo hiciera.
Juan: Lo haré luego...
Gabriela: Ahora Juan... Amigo ya haz avanzado bastante como para detenerte aquí...
Juan: Hmm...
Gabriela: Agh... Ven conmigo.
Sin decir más tomé a mi amigo de la mano y lo llevé hasta donde Karen se encontraba garabateando en su cuaderno, nos miró a ambos y me saludó amablemente mientras que a mi amigo lo saludó de una forma más... Cercana.
Karen: ¿Sucede algo chicos?
Gabriela: Si, eh... Juan quería preguntarte algo.
Juan: Oh si, ¿Estás libre luego de la escuela?
Karen: Si, ¿Te gustaría que hagamos algo?
Juan: De hecho si, quería invitarte a jugar en un láser tag.
Karen: ¿Enserio? Suena divertido.
Juan: Genial, ¿Paso por tu casa a las 3?
Karen: Bien, te esperaré.
Ambos nos despedimos de la chica rubia y luego salimos del salón para ir a la cafetería donde pensamos que podrían estar Marco y Sam, por otra parte mi amigo que me acompañaba lucía bastante contento por haber conseguido su cita para el día de hoy.
Juan: Wow... Una cita...
Gabriela: No es una cita...
Juan: No me mates la ilusión ¿Si?
Gabriela: Ok...
Si que lucía muy emocionado, más emocionado que un niño con un juego nuevo... Y hablando de juegos, llegamos a la cafetería donde Marco y mi prima estaban jugando con uno papelitos por lo que nos unimos a ellos para pasar el receso. Al terminar el día escolar nos despedimos de nuestros amigos y las dos empezamos el camino hacia nuestra casa donde al llegar hablamos un rato con nuestras madres y luego fui al baño donde luego de ducharme entré a mi habitación para ver qué usar y terminé vistiendo algo tan sencillo como una camiseta blanca, unos jeans azules y unos tennis negros.
Gabriela: ¿Que opinas?
Sam: Es algo simple pero me gusta.
Gabriela: Super, entonces creo que estoy lista.
Sam: Vale, dame unos minutos y estaré lista también.
Los minutos pasaron y una vez mi prima estuvo lista pude darme cuenta de como nuestros estilos de vestimenta eran bastante distintos, siendo los suyos muchos más elaborados y en cierta forma llamativos a comparación de los míos ya que ella optó por usar esto.
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