Capítulo 23: Tiempo de hablar

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Al siguiente instante fui yo quien terminó de borrar la distancia entre nosotros y nuestros labios se tocaron en un beso que duró por unos segundos hasta que recobrando el control sobre mi me separé para mirar a Luis a los ojos notando como el parecía igual se sorprendido que yo.

Gabriela: L-Luis... L-Lo siento, yo no...

Luis: ¿Tú...?

Gabriela: No quise hacerlo... Me puse nerviosa y...

Luis: O-Ok, tranquila...

Gabriela: Perdón, enserio...

Soy el odiota más grande del mundo, estaba teniendo un día genial y lo arruiné al besarlo ¿Por qué demonios lo hice? No me gusta, no sé ni siquiera como se siente cuando alguien te gusta y sumado a esto vino un largo momento incómodo ya que nos quedamos viendo el atardecer unos minutos más hasta que la poca luz que aún había empezó a disiparse por lo que teníamos que volver a la orilla...
La mayor parte del camino a casa fue igual de incómodo, no digimos nada pero luego de que Luis se hubiera ofrecido para acompañarme hasta mi hogar no me parecía justo despedirme sin siquiera ser lo suficientemente valiente para mirarlo a los ojos.

Gabriela: Lamento haber arruinado todo...

Luis: No lo hiciste, solo... Fue extraño.

Gabriela: Lo sé... ¿Crees que podamos...? Ya sabes...

Luis: ¿Hablar luego? Si, claro...

Gabriela: Gracias...

Por un instante pensé en despedirme de el chocando los puños o dándole la mano pero cuando pensé en que esto no era algo que haría una chica común terminé por darle un rápido beso en la mejilla seguida de una sonrisa y entre a mi casa donde en la sala se encontraba mi familia jugando al monopoly.

Mamá: Hola cariño, ¿Como te fue?

Gabriela: Bien... ¿Q-Que tal todo?

Tía: Algo aburrido, tu prima otra vez está ganando...

Gabriela: ¿Así de mal?

Mamá: Hija, ¿Segura te sientes bien? Tus mejillas están algo enrojecidas...

Gabriela: S-Si, solo... Iré a descansar.

Tras esto rápidamente entre a mi habitación cerrando la puerta para luego arrojarme en mi cama donde ocultaba mi rostro en la almohada, realmente no me sentía bien, sentía... Angustia creo y el recordar ese momento cada vez que cerraba mis ojos no era de gran ayuda pero el saber que Luis sentía algo por mi y yo lo había besado...

Sam: ¿Estás bien?

Gabriela: No... Digo si...

Sam: ¿Qué tienes?

Gabriela: No es nada...

Mi prima logró moverme permitiéndole ver mi rostro por el cual empezaban a caer algunas lágrimas de culpa, rápidamente intenté quitarmelas con la manga de mi polera pero ya era muy tarde debido a que mi prima sospechaba de esto.

Sam: ¿Por qué éstas llorando? ¿Pasó algo?

Gabriela: Ya te dije que nada Sam... Déjame sola porfavor...

Sam: ¿Estás segura?

Gabriela: Si... Por favor.

Sam: Está bien... Descansa.

Una vez mi prima salió de mi habitación yo me quedé un rato en la cama asimilando todo antes de levantarme para ponerme la pijama y volver a recostarme en mi cama donde unos minutos después me quedé dormida.
Pero extrañamente al abrir los ojos me encontraba en un lugar desconocido y sumamente... Raro, todo a mi alrededor era infinita oscuridad, intenté caminar pero no sabía si realmente estaba avanzando o no, simtiendo temor y desesperación empecé a correr y correr buscando como salir pero de pronto escuché una voz aterradoramente familiar, era mi voz.

Mi nueva vida... ¿Como una chica? (Pt. I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora