Capítulo 45: El final del camino.

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Maratón 3/3

Perdón ayer no pude publicar porque estaba muy cansada, espero que les guste. ❤

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"Los aullidos de dolor y auxilió resonaban en toda la mansión y a pesar de sus intentos por escapar nadie lo lograría, aquellos vampiros que fueron encarcelados por traición esta vez fueron liberados por el mismo híbrido a quien antes maltrataban pero ahora como los había dejado en libertad prometieron darle su total devoción y cumplir con sus órdenes.

Victoria, una hermosa mujer de veinticinco años recién cumplidos bajaba las escaleras cual diva e iba tarareando una hermosa melodía disfrutando del llanto que resonaba en cada habitación; nunca antes había estado tan feliz como en aquel instante, el instante en que todos pagarían por lo que hicieron.

Su vestido rosado estaba cubierto de sangre igual que su pecho escotado, sus brazos y parte de su rostro.

-Mi señora... -un vampiro se agachó ante ella cual reina, nunca antes había vivido algo así, siempre lo vio de parte de su madre pero está sensación no le desagradaba en lo más mínimo -Ya no queda casi nada, la mayoría han muerto y los que no, aquellos que usted pidió que dejásemos con vida los mantenemos agrupados en el gran salón.

-Perfecto -paso sus finos dedos por sus gruesos labios y relamió la sangre que aún tenía encima -¿Alguien ha visto a mi hermano?

-El híbri... -y guardó silencio al estar bajo la mirada amenazante de la vampiresa reina -El rey quise decir, se encuentra yendo al grano salón, es probable que ya esté ahí.

Ls pelinegra sonrió de par en par.

-¿Entonces qué estamos esperando? Hay que ir.

A medida que se acercaban se podía sentir en el ambiente la tensión y el temor que flotaban de la mano, los vampiros allí dentro de aquel inmenso cuarto parecían temblar de pies a cabeza y a pesar de que podrían ser más que los rebeldes aún así no se animaban a atacar, habían visto lo que el híbrido podía hacer sin siquiera agotarse y no estaban dispuestos a luchar en su contra.

Los cuarenta y tantos rehenes formaban una especie de semicírculo donde en medio se situaba Evan pero ya no se veía como el pobre niñito débil de antes, su apariencia era otra y su actitud igual, se veía imponente y peligroso como una fiera, aquellos ojos que tenía podían paralizar cual serpiente, eran violetas oscuro con un destello de dorado alrededor, se veían magníficos y letales.

-Recuerdo aquel día -dijo con un tono tan tranquilo que asustó aún más a los presentes como si él estuviese totalmente desquiciado -Apenas era un niño, me tomaron y me trajeron justo aquí, al centro.

Y de pronto una inmensa sonrisa surco su rostro, los presentes temblaron pero nadie se animó a decir nada.

-Les pedí piedad pero nadie me escucho ¿Y que casualidad más grande, no es así? Porque esas personas, las mismas que se rieron de mí al verme llorar son las mismas que están hoy presentes.

-Lo lamentamos... -susurró una mujer con lágrimas en los ojos.

-Shh, shhh, shhh ¡No! -Evan se acercó a ella casi corriendo, la mujer bajó la mirada y tomándola de las mejillas hizo que lo viera directamente a los ojos nuevamente -No lo lamentan porque no les importó.

-Todos comentemos errores -dijo un hombre de la multitud, Evan se acercó a él pero el tipo ni siquiera se inmutó o eso deseaba fingir.

-¿Errores? ¿Tomar a un niño de los brazos y reírse mientras lo torturan es un error? -se apartó nuevamente al centro de la habitación -¡¿Hacerle esto a un niño está bien?!

Evan. COMPLETA ❤️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora