Capítulo 28: Su voz.

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Cerré una caja de cartón y la sellé con cinta adhesiva así como hice con un par de cajas apiladas aparte, Megan me estaba ayudando a empacar todo aunque en realidad no tenía mucho que guardar aparte de ropa, zapatos y algunas cosas que eran de mi antigua casa y que Megan guardó luego de irme de Consville.

-Oye, aquí está la roca -me dijo Megan, levanté la mirada y la vi sentada como indio en el suelo con una caja azul frente a ella y tendiéndome una piedra.

Tomé dicha roca de forma puntiaguda y lisa, recordé aquel día donde la encontré cuando viajaba por el bosque con Elián, pasé mi pulgar por ella y su textura se volvió rugosa haciendo aparecer un montón de letras que centellaron en rojo, la primera vez me había asustado y la había arrojado, está vez fue diferente, aquel objeto me creaba una extraña sensación de intriga ¿Cómo era posible que una roca pudiera hacer algo así? Obviamente había magia en ella pero ¿Quién la puso dentro o cómo demonios la crearon?

-Tengo la otra aquí. -dije tomando la roca que era de aquella cazadora que me atacó, la había dejado sobre la mesita de centro a un lado y ahora poniendo ambas rocas en mis manos me di cuenta de que era exactamente iguales en tamaño y color e incluso su color rojo eléctrico parecía aumentar su brillo estando juntas, pero su forma era diferente.

-Me pregunto qué serán -dijo Megan inclinando levemente la cabeza a un lado.

-No lo sé con exactitud, se ven como piedras normales pero estas inscripciones...

-¿Lo habrá hecho una bruja?

Me encogí de hombros y fruncí los labios ¿Acaso una bruja tenía el poder de introducir magia en un objeto sin vida y multiplicarlo? ¿Hasta dónde llegaba los límites de la magia?

-No creo que una...

De pronto alguien golpeó a la puerta, Megan y yo dimos un respingón del susto, guarde de inmediato las piedras dentro de la caja azul que estaba frente a Megan y la dejé bajo la mesita de centro. Mi mejor amiga me miró, asintió como si dijera "todo está bien" y se levantó del suelo para correr hacia la puerta y observar a través de la mirilla, me quedé espectante a cada movimiento suyo, de inmediato me vio con una cara de confusión bastante clara.

-Amy sé que estás ahí, soy Zeida y quisiera hablar contigo. -dijeron del otro lado antes de que Megan llegará a decirme algo -Es importante.

-Déjala pasar. -le pedí a Megan, ella abrió la puerta y se hizo a un lado viendo de pies a cabeza a la albina de ojos blanquecinos.

-¿Qué haces aquí y qué quieres? -le pregunté al momento en que ingresó; no me agradaba y debía de saberlo.

Zeida soltó un bufido mientras venía hacia mí, se pasó la mano por su largo cabello blanco y sonrió deteniéndose a unos pasos.

-Vengo a hacer las paces.

-¿Qué? ¿De qué hablas?

-La primera vez que tú y yo nos vimos me burle de quienes perdiste y te dije que Elián estaba en el infierno, estoy de acuerdo con que lo dije de mala manera y no debí.

No le creía ¿Por qué de pronto aparecería buscando armonía entre las dos? Si algo me había enseñado la vida era que no debería de confiar en nadie sin prueba alguna.

-¿Vienes en busca de un abrazo fraternal o algo parecido? Porque no te lo daré -dije -Acepto tus disculpas pero no por ello te volverás mi amiga.

-Lo entiendo. -asintió apenada -Solo, solo déjame hablarte de mis habilidades...

-Ya supe suficiente la primera vez. -me puse de pie apretando los dientes con fuerza al igual que mis puños -¿Acaso piensas usar la imagen de Lucian esta vez? ¿O quizás la de mi padre? Porque te recuerdo que no eres nada graciosa.

Evan. COMPLETA ❤️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora