Capítulo 32: Relojes de mañana.

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El timbre de la casa sonó unas tres veces antes de que Erick abriera los ojos, vio el reloj en su mesa de luz y frunció el ceño, eran las nueve de la mañana y su turno de trabajo comenzaba recién a las doce, Hedia tenía su propia llave y Lu siempre ingresaba por la ventana cual ninja así que la persona que esté molestándolo y tocando el timbre una y otra vez no sabía lo molesto que se estaba poniendo.

–¡Ya voy! –gritó desde su cuarto, al parecer lo habían oído. Resoplando se puso de pie, tomó los primeros shorts que encontró y una camiseta tirada sobre una silla, se colocó pantuflas y con el cabello totalmente desordenado salió de su habitación.

Al llegar a la puerta principal supo casi de inmediato quién podría ser la persona del otro lado, abrió la puerta y se encontró con la rubia Karlie formando una enorme sonrisa.

–¡Buenos días! Traje panquecitos –le enseñó una bolsa de papel que traía en mano.

–¿Anoche no tuvimos una fiesta?

–Sí ¿Por qué?

–Porque te ví tomar muchísimos alcohol y no pareces tener resaca –respondió molesto –¿Que rayos haces aquí, en la puerta de mi casa a las nueve de la mañana Karlie?

La chica se encogió de hombros con una sonrisa tímida.

–Diganos que tome muchísimas pastillas para el dolor antes de venir.

Erick enarcó una ceja y la dejó ingresar.

–Podrias haber sufrido una sobredosis, no seas tonta –la regañó cerrando de vuelta la puerta.

Karlie dejo la bolsa sobre la mesa y se quitó el abrigo que traía para dejar a la vista una blusa roja algo escotada con junto a unos shorts negros. Erick la miró pero no dijo nada y se fue directo a la cocina así preparar dos tazas de café.

–Aaaww, no hace falta que te preocupes por mí Erick.

–No lo hago, solo digo. –respondió éste desde la cocina y la muchacha frunció el ceño.

Minutos después Erick traía dos tazas de café con él, depósito una frente a Karlie, una vez sentado tomó uno de los panquecitos que ella le trajo y se lo llevó a la boca, la rubia lo veía atentamente con una sonrisa por lo que no estuvo muy seguro de si morder o no aquel panqué.

–¿Lo envenenaste o por qué me miras así?

Karlie soltó una carcajada y negó rápidamente.

–No, nada de eso –ella también tomó uno de los panquecitos y lo mordió –Simplemente que los hice yo y quería ver tu reacción para estar segura de si están buenos o no.

–Ah.

Iba a darle la mordida a aquel panquecito cuando de repente el timbre volvió a sonar, bufó molesto y se puso de pie, esperaba que esta vez la visita sea por algo importante, fue hasta la puerta y al abrir se llevó una gran sorpresa pues Lu estaba allí, ella normalmente no era de levantarse temprano y mucho menos tocar el timbre para ingresar a su casa.

–¿Qué hay? –lo saludó algo tímida lo cual llevo a Erick a verse aún más confundido –¿Estás ocupado en algo importante?

–Hem, en realidad no mucho.

La joven traía un vestido color pastel con flores estampadas y unas bailarinas color gris, le quedaba muy bonito y era imposible no notarlo.

–¿Tienes un minuto? Necesitamos hablar de algo.

–Pues yo...

–¿Lu? –Karlie se asomó por la puerta comiendo un panquecito.

La castaña se los quedó viendo a ambos, Erick no era de despertar temprano y si estaba levantado era porque quizás durmieron juntos, él y Karlie estaban desayunando juntos luego de pasar el rato. Lu se quedó sin palabras y dió un paso atrás ¿Qué esperaba, encontrar a Erick y contarle lo que sucedía para que él se quedará junto a ella y formarán una familia feliz? No, esas cosas no pasaban. Karlie estaba con él, quizás hasta ya eran novios, después de todo Lu había ayudado para que ellos dos salieran juntos, pero claro, jamás pensó en lo que podría pasar después.

Evan. COMPLETA ❤️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora