Evan. COMPLETA ❤️

Capítulo 57: Te traeré de vuelta.

Maratón 3/3 espero que les guste ❤❤❤

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Eran aproximadamente las cuatro de la tarde cuando me pare con firmeza en medio de aquel lugar, sentía el corazón a mil y los nudos dentro de mi pecho gritando por salir pero algo me lo impedía y debía de aprender a desatar ese algo, era el momento de que aprendiera a ser más fuerte para enfrentar a Dominic y proteger a los que quiero, después de todo, casi toda mi familia estaba de vuelta conmigo y no iba a permitir que la volviera a destruir.

A mi alrededor el césped estaba cubierto por centenares de flores blancas, ni siquiera sabía que era época para que ellas florecieran puesto que estábamos por entrar en invierno pero encontrándome dentro de un bosque maldito todo podía ser.
Estaba al tanto de que si mis amigos se enteraban de donde me hayaba vendrían a buscarme, ellos le temían a este lugar y era de entender, el Bosque oscuro no había traído nada bueno para nuestras vidas pero era el único lugar donde podría practicar mi magia al cien por ciento sin miedo a que me encuentren o detengan, aquí podía ser libre y estaba segura que hasta no ser fuerte Dominic no me atacaría directamente.

El sonido de las hojas y ramas meciéndose con el viento se hacia oír en todo mi alrededor, cerré los ojos dejando que los pétalos de las flores acariciaran mis tobillos e intenté expulsar todo mi poder en forma de ondas, apenas sentí que el viento sopló más fuerte y que el suelo tembló para detenerme.

–¡Maldición!

Era la tercera vez que lo intentaba y cada vez que sentía como el piso se movia por mi poder algo dentro mío se acobardaba y me impedía soltar del todo mi magia, era realmente frustrante, no podía creer que fuese tan difícil y que cuando corro riesgos me saliera con fluidez, como si nada.

Respire con fuerza, fruncí el ceño, y cerré los ojos, sabía que debía de tener paz interior pero a este paso solo lograba enfadarme más y más. Apreté los puños a cada lado de mi cuerpo e intenté volver a concentrarme para desatar los nudos dentro de mí, por un instante fue como si los viera dentro de mi mente y con los dedos parecía querer aflojar sus agarres pero por cada intento los dedos se me endurecían y no lograba hacer nada.

La tierra vibró debajo mío y aquellos nudos que me imaginé se desvanecieron como humo en la noche.

–¡Agh! ¡Maldita sea!

–Uy, que carácter bruja –dijeron. Fue tan sorpresivo haberlo oído que di un respingón y lo oí reírse de mí, voltee de inmediato y me encontré con Elián apoyado junto a un árbol, traía zapatos negros, vaqueros de jeans también oscuros y una camiseta negras de mangas cortas a pesar del frío.

No entendí porqué pero verlo aceleró mi corazón, tal vez sea porque desde hace dos años no escuchaba su risa o porque en este instante sus ojos azules a pesar de tener ojeras un tanto oscuras no parecían tener aquella mirada de psicópata, sino que poseían la mirada de un chico arrogante y burlón, la misma mirada que alguna vez me cautivó en este mismo bosque.

No había una nube en el cielo y el sol sobre nosotros casi ni se sentía por culpa del viento pero seguía brillando igual que siempre y proyectaba sombras de distintas formas al cruzar entre las hojas.

Estábamos los dos solos en un claro, él viéndome desde un costado con aquellos ojos azules cual mar y esbozando una sonrisa de lado, una sonrisa hecha por el mismo demonio sino no comprendo porqué no podía quitarla de mi mente, como si me hubiese hecho una maldición.

–Elián. –dije y su nombre me sonó tan extraño.

Dos años, dos malditos años pasaron para verlo de nuevo, para apreciar su altura, sus figura atlética, su semblante, su mirada, su sonrisa, su aura, su todo. Y ahora solo podía apreciarlo desde la lejanía, parada en medio de aquel claro, rodeada de flores, bañada por el sol, mirándolo como boba pensando en que nada sería mejor que volver a lo que era, que nada sería mejor que me recordara.