Capítulo 50: A mi lado.

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Maratón 2/3 💗

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Abrí lo ojos antes de que mi despertador sonará, realmente no había podido dormir bien en toda la noche con la idea de los cazadores y mucho menos sabiendo que está noche conocería al tan nombrado "Dominic" el mismo que se llevó a mi amiga y solo me repetía una y otra vez lo mismo "él va a pagar lo que hizo".

Arrojé las frazadas a un lado, me puse de pie a pesar de que parte de mí no quería volver a levantarse nunca, pero estaba al tanto de que los problemas no se solucionarían de éste modo.

Oí un pequeño maullido, miré a mis pies y encontré al gato de Evan sentado ante mis dedos y viéndome como si yo debía de darle algo.

-Hola tú -dije cansada y pasándome ambas manos por mis ojos -¿Dónde está tu dueño? Él debe encargarse de ti.

Me agaché, tome al pequeño felino entre mis brazos y salí de mi cuarto en busca de Evan, su pequeño a de tener hambre y él ni siquiera se dignaba en prestarle atención. Bajé las escaleras a media prisa y me detuve junto al barandal justo a tiempo para verlo estar recostado en el sofá con una palanca de videojuegos en mano, muy concentrado observando la televisión.

Tome aire y grité a todo pulmón "¡Evan!" A lo que respondió con un susto, lo había tomado tan de sorpresa que arrojó la palanca de juegos al suelo y lo oí maldecir por ello.

-¿Qué sucede caramelito? -se volteó a verme sobre su brazo derecho, tenía el cabello revuelto y una sonrisa en los labios.

-Tu mascota tiene hambre -le dije extendiéndole al pequeño gato negro como si se tratara de "El rey león".

Evan asintió y en un dos por tres saltó ágilmente sobre el sofá, no traía camiseta así que tomó una tirada en el suelo, supuse que era la suya y terminó de colocarsela dos pasos ante mí; no pude evitar mirarlo de pies a cabeza y las cicatrices camufladas eran lo que más me intriga de él, aún que debo decir que sus tatuajes no le quedaban nada mal.

-Ven aquí Chispita -tomó el gatito de mis manos y al momento en que sus manos rozaron las mías me sentí rara por dentro y me aparte con velocidad a pesar de que Evan no parecía haber sentido nada extraño, solo sonrió agradecido y se llevó al animas hacia la cocina.

-¿Qué piensas darle? -le pregunté yendo tras él.

Una vez en la cocina colocó al felino sobre la barra de desayuno, le puso un pequeño plato ante él y luego como si nada tomó de la nevera una jarra con leche. Mientras el gato bebía aquel líquido blanco cual nieve Evan apoyó el brazo izquierdo acostado sobre la superficie de la barra, incó el derecho y reposó su quijada sobre el puño cerrado del mismo, mirándome con aburrimiento.

-Entonces ¿Ya sabes qué te llevarás está noche? -preguntó y negué cruzándome de brazos -Yo pensaba en que podrías conseguir un vestido azul oscuro.

-¿Por qué azul? -esta vez fui yo quien preguntó pero no me animé a verlo a los ojos, por alguna extraña razón la cercanía que teníamos y esa mirada profunda que traía me hacía sentir algo incómoda.

Noté que Evan se encogió de hombros, tomó a Chispita y lo bajo al suelo una vez que terminó de beber su leche habiendo dejado un charquito de leche sobre la mesada.

-Pues porque te queda bien ese color, hace que tus ojos resalten mucho más. -contestó sin tratar de verde coqueto, sino que fue un comentario amistoso y simple.

Esta vez me animé a verlo y sonreí apenas.

-¿Gracias?

-Yo solo digo. -dio la vuelta a la barra de desayuno y cruzó junto a mí para volver a la sala de estar.

Evan. COMPLETA ❤️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora