Evan. COMPLETA ❤️

Capítulo 51: Abismo.

Maratón 3/3
espero que les guste, actualice algo tarde porque estaba editando y pos es medio largo pero vale la pena, enserio 💗

PREPAREN SU PLAYLIST CURSI/SAD (se los recomiendo).

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Y el sol cayó, las sombras se agrandaron, las nubes taparon parte del cielo dando anuncio a una próxima tormenta, no obstante el aire se sentía cálido y todo el pueblo parecía estar con vida, después de todo ahora era diferente, había muchos más turistas, más fiestas y más alegría, era como si nadie recordara lo que pasó hace dos años, quizás solo yo lo recordaba.

La calle fuera de casa se veía vacía por momentos hasta que uno que otro automóvil pasaba por en frente o algunas personas hablando y riendo. Sentía como si hoy todos nos reuniríamos en el mismo lugar, pero ello no me daba tranquilidad, estaba nerviosa a pesar de que no lo mostraba.

Solté un suspiro y me voltee a ver el vestido que estaba tendido sobre mi cama, era de un rosado grisáceo, tenía una que otra lentejuelas y de corte sirena, sé que se me veía bien, Megan me lo había dicho muchas veces pero nunca me vi en la necesidad de usarlo, hasta ahora.

Tenía una toalla que rodeaba mi cuerpo, la dejé caer al suelo sabiendo que traía ropa interior debajo, caminé hasta el vestido, lo tome entre mis manos, y al contemplarlo solo pude pensar en Megan, en cómo estaría y si le habían hecho algo malo mientras yo me ponía a buscar un estúpido vestido en lo profundo de mi armario.

No presté atención al sonido que oí, como si mi cabeza estuviese tan inmersa en recordar, que me tarde apenas unos segundos en darme cuenta de que aquel ruido vino de la puerta y volteé a ver justo a tiempo cuando Evan la abría con una revista en manos.

-Amy, Austin quiere... -alzó la mirada, sus ojos se abrieron tanto como los míos, pegué un grito que lo hizo dar un pequeño brinco, se le cayó la revista y se volteó de inmediato hacia la pared mientras yo me cubría como pude el cuerpo con el vestido.

-¡¿Qué demonios haces aquí, Evan?! ¡Vete! -le grité histérica. Me sentía tan avergonzada que corrí a tomar la toalla y envolverme en ella nuevamente dejando el vestido en la cama.

-Austin me dió un mensaje para ti, yo que iba a saber que te paseas desnuda por tu cuarto -dijo con prisa encogiéndose de hombros y alzando las manos hasta los hombros.

-¡Porque es mi cuarto y puedo hacer lo que quiera! ¡¿Qué te cuesta tocar antes?!

Y de repente comenzó a reír, eso me hizo enfurecer más y una ola de calor subió por mi cuello hasta mis mejillas.

-¿Me estás desafiando a que toque? No me molestaría -dijo con un tono coqueto, gruñí furiosa, tomé una almohada y se la aventé por la cabeza pero eso lo hizo reír más.

-¡No eres gracioso! ¡Eres un pervertido!

-Ya quisieras que sea tu pervertido -bromeó -Pero me gustan menos lloronas.

-¡Ash, idiota! -volví a tomar otra almohada y se la arrojé pero está fallo y solo le pegó en las piernas -Ya dime qué tanto quieres y luego vete.

-¿Puedo voltear?

-No es necesario.

-¿Pero estás cubierta o no?

-Sí. -respondí con duda.

-Entonces voltearé. -dijo, apenas comencé a decir que ni siquiera se atreva cuando ya estaba frente a frente conmigo.

Me abrace a la toalla blanca que me cubría hasta las rodillas y me maldije mentalmente por no tener una más larga. Evan me vio de pies a cabeza esbozando una sonrisa de lado, esa sonrisa burlona de siempre que me hizo tener muchísima vergüenza, no recuerdo cuando fue la última vez que sentí algo similar, mis mejillas ardían y apenas le podía mantener la mirada a ese maldito cretino que ni siquiera se venía avergonzado y claro está, seguro estaba súper acostumbrado a ver chicas en toalla.