Evan. COMPLETA ❤️

Capítulo 33: Comienzos y finales.

La hora había pasado, eran las dos de la tarde para cuando Megan aceptó que quedarse sentada no sería la solución para salir de allí y que tarde o temprano necesitaría de un baño entre otras cosas, tomando coraje y como siempre sin pensarlo dos veces empezó a caminar hacia la puerta de la derecha que se mantuvo cerrada desde un principio, al abrirla se llevó la sorpresa de que al otro lado había un largo pasillo de paredes revestidas con un empapelado antiguo, alfombra roja en el suelo y lámparas ajustadas a las paredes como antorchas, por un momento se sintió en la entrada a un castillo o algo parecido. A medida que iba avanzado por dicho pasillo sus ojos recorrían cada cuadro a sus lados, eran pinturas hermosas sobre paisajes silvestres y retratos de personas, nunca antes había estado en un lugar así y por extraño que sea la intriga que le creaba éste sitio no era nada desagradable.

Con los dedos contra la pared surcaba cada figura hasta que se detuvo repentinamente ante una mesita café, ésta tenía un florero viejo y con rosas ya marchitas pero ello no fue lo que llamó su atención sino el único cajón que poseía aquel mueble, mirando a ambos lados se aseguró de que nadie la vea y lo abrió, su corazón saltó de alegría cuando el resplandor de un abrecartas se hizo ver, lo tomó apresuradamente y sin pensarlo dos veces lo guardo en la cintura de sus shorts cubriéndolo con su camiseta, ahora tenía un arma y eso por el momento le era suficiente pues ya no estaría tan indefensa, simplemente quedaba una cosa más que hacer.

–Debo salir de aquí. –susurró e inmediatamente caminó hasta el final del pasillo, dobló por la izquierda encontrándose con varias puertas en este nuevo pasillo.

Tomó el picaporte de la primera puerta y antes de hacer un movimiento más la misma se abrió, Megan dió un paso atrás soltando la perilla y se encontró con aquel hombre de cicatriz en el rostro y sonrisa chueca.

–Hola corazón ¿vienes a visitarme?

Sin decir nada Megan siguió camino y se tuvo que detener segundos después cuando Richard apareció ante ella con una velocidad sobre humana que ya conocía.

–Vampiro. –dijo ella viéndolo de pies a cabeza con desagrado, aquel tipo le caía terriblemente mal, quizás por el simple hecho de ser aliado de Dominic como el tal Jason.

–Veo que sabes reconocer muy bien, corazón.

–Es imposible no darse cuenta.

–Entonces... –dio un paso hacia ella, Megan retrocedió y Richard apenas pudo tocar la punta de sus cabellos dorados con sus dedos –¿Cuánto sabes de nosotros?

Megan frunció el ceño, aquella sonrisa que traía ese hombre la hacia desconfiar muchísimo y en algún punto el recordó a los idiotas de Mark y Dustin que lamentablemente para su conciencia aún estaban con vida a pesar de la paliza que le proporcionó Thomas.

–Lo suficiente.

–Entonces debes saber lo que nos gusta y lo que no –sin esperarselo Megan fue acorralada por él contra la pared, la miró inclinando levemente la cabeza a un lado para apreciar el bombeo de la sangre en su cuello –Debes saber que nos atrae mucho la sangre fresca y el tener una presa viva en casa es como un regalo.

–No soy una maldita presa –le contestó molesta, la última vez que un vampiro la había mordido no había tenido las armas necesarias para defenderse, ahora era diferente y sabía bien que un vampiro moría con cualquier cosa que atravesará su corazón, sea una estaca de madera, una bala o un abre cartas oxidado.

–No sabes cuánto adoro cuando se resisten –dijo el hombre de unos treinta y tantos años, Megan lo golpeó con ambas manos en el pecho para apartarlo pero no consiguió más que las carcajadas de él –No eres tan fuerte corazón.