—Dime Jade Persson, ¿por qué cuando tus ojos muestran valor insistes en mostrar una actitud sumisa? — cuestionó mirando me fríamente, sus ojos azules se tornaron de un todo más intenso. Llevó su codo a las braceras del trono y su rostro se reposó en su mano hecha puño—Estoy ansioso por saber la razón, si quieres tener un acuerdo conmigo debo de tratar con la verdadera Jade Persson, de lo contrario ya conoces las consecuencias— hizo una pausa para verme directamente a los ojos, yo lo vi de igual forma, él tenía razón, era valiente por ver al peligro directamente a los ojos.
—Cierto, mis piernas tiemblan y trato de no soltar el aire que se encuentra en mis pulmones, temiendo que sea mi último suspiro, pero Señor, yo siempre tengo miedo— contesté a su pregunta con mi voz firme, intentando que no temblara tanto, pues sí, tenía miedo a meter la pata, mi lengua se movía con cuidado, intentando no tropezar al hablar. El plan de mostrarme sumisa se había ido por el caño, pero podía seguir siendo como todos me conocían, sin llegar a ser devorada por el lobo que acechaba mi cuerpo como bestia con sed de sangre—. La diferencia entre tener miedo y mostrar me sumisa ante ustedes, es que puedo mirarlo a los ojos y no morir en el intento, ser valiente en mi interior porque todo mi cuerpo ya está muerto— contesté dejando de temblar con cada palabra que salía de mi boca.
Él río un poco, sin dejar de mostrarse estoico.
—Se nota que me conoces bien— mostró una sonrisa de lado.
—Bueno, si te ofrecen como ofrenda debes saber a qué tipo de demonio estás siendo entregada— hablé un poco confiada.
—Investigue un poco sobre ti, Jade Persson, aprendiste a defenderte como un Cazador lo hace para matar a mis creaciones, tal vez sea cierto esa cosa que me dices sobre el miedo, de no haber tenido miedo no habrías tantas precauciones— atacó como espada filosa apuñalando mi cuerpo. Quería que de alguna u otra manera sacara la verdad sobre mi visita, quería saber el plan que Wesh tenía, así que necesitaba buscar la forma de ganarle sin que se enterara de la verdad, él sabía que yo mentía, lo reflejaba con gozo en su sonrisa asquerosa, pero aún asi me sentía confiada.
—No desconfío de usted— dije como si hubiera leído su mente, él mostró un rostro impactado, había dado en el blanco—. Estas paredes han sido testigos de miles de tratos, pero al final usted solamente otorga y no recibe, algo injusto, pero nadie juega con el diablo sin saber que caerá al infierno, por eso desconfían de usted.
—¿Y por qué tu no lo haces?— cuestiono con el ceño fruncido. La idea le molestaba, estaba escarbando en un campo minado.
Todo iba a detonar.
—¿Qué más tengo que perder?—contestè con otra pregunta—. Ya me lo quitaron todo— agache la mirada mostrando mi verdadera agonía. Y es que era cierto, ya lo había perdido todo, esa era la razón por la que me encontraba de ahí, en la misma habitación donde empezó todo hace veinte años—. Si usted puede sanar me entonces haré lo que sea, pagare el favor incluso si es con mi vida.
—Eres valiente Jade Persson, y esa misma valentía es la que verà como tu sufrimiento acaba— hizo una pausa en donde el silencio reinò y solamente se me quedaba viendo, no pude verlo a los ojos, pero supe que estaba buscando la farsa en mis ojos, para asì poder matarme y hacer uso de una buena vez de mi alma, pero se contuvo, porque supo que todo era verdad—. Quieres deshacerte de esa marca y volver a tener hijos con el hombre que amas, pero lamentablemente solo puedo conceder dos de esas tres peticiones.
—¿Por qué?—pregunte preocupada, como si me hubiera molestado lo que había mencionado, como si mis ilusiones de tener la vida que había querido no estuviera a mi alcance—¿Qué parte de eso no puede cumplir?
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Reencarnada
VampirosSi mueres ¿en qué reencarnarías? Jade Persson es una joven que ha sufrido la pérdida del amor de su vida, siendo su único deseo, morir para acabar con su dolor. Su padre, preocupado, decide tomar cartas en el asunto, llevandola a la puerta de...