Reencarnada

40

—¡Jade! —me recibió un rubio al abrir mis ojos. Me encontraba de nuevo en la habitación, el collar ahora se encontraba en mis manos, la marca había desaparecido y mi cuerpo se sentía pesado. Cuando vi a William, fue cuando me di cuenta de que ya era de noche, velas iluminaban la recamara, al parecer el tiempo volaba cuando estabas en el alma de otra persona. Cuando entré en razón, tomé con cuidado mi bolso, mantuve mi perfil bajo y metí mi mano en el interior de este buscado mi arma.

—William...— lo nombré—. ¿Recuerdas que una vez me dijiste que la vida de Jason no había sido una historia feliz? —le pregunté con una voz cuidadosa, lo miré y pude apreciar en su rostro preocupación, pánico y culpa.

—Lo dije para que no te vieras involucrada en su romance con Violetta, en ese entonces tu padre nos había dicho que no podíamos permitir que te enteraras sobre Violetta— explicó con cuidado, podía sentir la tención sobre su cuerpo.

—¿¡Y por qué no me dijiste que tenemos lazos de sangre!? —exclamé sacando de mi bolso una pequeña daga, corrí en dirección al rubio y lancé el cuchillo en su dirección, pero él se movió antes de que pudiera encajarle la daga en el cuello, causándole solamente un rasguño en este.

—¡Te recuerdo que estabas perdidamente enamorada de ese idiota! —contestó a mi pregunta tomando la daga para lanzármela de nueva cuenta, yo titubeé un momento, me asustó ver como William lanzaba tal arma a mi persona. Fue de un momento a otro cuando me di cuenta de que se trataba de un arma satánica, la tomé con mi mano desnuda sin recibir ningún corte—¡Te veías tan enamorada que me parecía inútil decirte que esos sentimientos no eran tuyos, y que Jason es de tu sangre! —exclamó mirándome, se acercó a mi y yo bajé la guardia para poder tener una conversación decente con él—. Nunca supimos el verdadero apellido de Jason, y aunque nos lo hubiera dicho, te aseguro que nunca me hubiera enterado de que es un Persson por descendencia, solamente lo supe gracias a Leonard, quien te recuerdo siempre me oculta cosas.

—No hablemos de tus problemas amorosos, estamos hablando de que mi vida está en juego gracias a que me ocultaron todo esto, ahora no soy solo la reencarnación de la chica que mató a su padre, si no que desciendo de la familia que maldijo a Nora— le expliqué al borde de la locura, apenas podía entenderme, parecía una pesadilla—. ¿¡Tienes idea de lo enojada y confundida que me encuentro ahora!? —grité tomando lo con enojo de los hombros para que pudiera contestar sin apartar la vista—. ¡Responde!

—Claro que no lo sé, pero tu eras la que quería respuestas— respondió soltando mi agarre—. Olvidemos esta platica, no ganamos nada discutiendo, de todas formas, no podemos cambiar el pasado, tenemos que seguir adelante y ya no meternos en problemas, no es lugar para discutir— habló un poco más calmado, se dirigió a la puerta y se detuvo para volver a verme—. Vámonos, debemos de descansar un momento, luego arreglaremos todo esto.

                 No pude contestar nada, él tenía razón, no ganábamos nada discutiendo por lo que ya estaba escrito, solamente necesitábamos descansar y no involucrarnos más, obviamente llamaría a mi padre para hablar sobre el tema, de seguro ni él se había enterado de lo sucedido en generaciones anteriores. Caminamos un par de pasillos hasta que el teléfono de William comenzó a sonar, el rubio contestó de inmediato con un tono de voz demasiado formal para él, incluso me hizo reír fuertemente, William podía fingir muy bien ser super serio dentro del castillo, pero yo no conocía, era un desmadre.

—Lo lamento Jade, algo salió sal en el sótano, debo de ir a ver que sucede— se disculpó guardando su teléfono.

—¿Qué hay en el sótano? — pregunté con el tono de voz que me caracterizaba, realmente era una persona muy curiosa y él lo sabía más que nadie.