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-¡Betsubetsu!- volvió a gritar Wesh cortando definitivamente el cordón junto con el lazo que nos unía a Jason y a mi.

Eso fué lo último que logré escuchar antes de quedar completamente dormida, esas palabras fueron una pequeña liberación, pero de alguna manera, sentía como si hubieran desatado en mi un torbellino dentro de mi.

***

(Narrador Omnisciente)

Todos se quedaron callados, mirando preocupados los dos cuerpos que se quedaron dormidos. Armando siguió tomando fuertemente la mano de su hija, pude ver como el anillo que la unía a Jason se deslizaba por su delgado dedo anular.

-Perdieron la conciencia- habló finalmente Wesh cayeron al suelo sobre sus rodillas-. Jamás pensé que romper un lazo sería así de resistente- dijo jaleando intentando recuperar el aliento.

-Me preocupa que hayan roto tan rápido el lazo- habló William acercándose al cuerpo de su amiga desfallecido-. ¿Qué pasará sí...?

-¡Eso no importa!- interrumpió Armando con voz alta-. Ahora necesito que borres sus memorias.

Todos lo miraron sorprendidos, había ordenado hacer lo que no se habían atrevido a hacer en los últimos 7 meses. El rubio preocupado, dio dos pasos atrás, miró a su amiga asustado y sudo frío.

-No- contestó a la orden de Armando-. Jade ya había tomado la decisión de conservar sus memorias- habló firmemente recordando las palabras de su amiga-. No lo haré hasta que ella despierte.

-¡No te estoy preguntando!- exclamó Armando-. ¡Te estoy ordenando lo que es mejor para ella!

-Entonces no lo haré- contestó desafiante el rubio, ignoró el enojo que irradiaba el padre de su mejor amiga y se sentó en una silla, a un costado de la cama donde yacía Jade.

Pasaron horas en silencio, los cuatro varones seguían esperando algo milagroso, sólo podian mirarse entre ellos en busca de alguna respuesta. Armando no dejó de sostener la mano de su hoja y William solo se dedicaba a acariciar el cabello enredado de su amiga, siendo sus dedos, enredados entre los largos cabellos color oscuro.

Jason ya comenzaba a recuperarse de sus heridas y su respiración empezaba a subir y bajar su pecho. Jade por su parte, seguía dormida, sumergida en un abismo donde los recuerdos ajenos se hacían presentes.

Wesh se recuperó unas horas después, el peli plateado no podía encontrar la razón por la cual el lazo había tardado en romperse, jamás habia visto algo así de raro.

-¡Buenos días!- gritó alegre una pelirroja, entrando sonriente a la habitación-. ¿Por qué tan serios chicos?- preguntó con una sonrisa.

-Cortamos el lazo de estos dos, pero algo me dice que las estúpidas rimas de Wesh los mataron- contestó Leonard recargado en la pared hundiéndose en el aburrimiento de la habitación.

-Oye no soy poeta, soy un gitano, lamento haber ayudado- contestó Wesh recostado en el suelo.

-Debió ser una noche agitada- rió la pelirroja tomando asiento en uno de los sillones-. ¿Usted es Armando Persson?- preguntó la pelirroja dándose cuenta de la presencia del Cazador. Armando asintió con una sonrisa, Sky se tuvo que abstenerse a no brincar de su asiento, estaba tan~ felíz, aunque bueno, ella siempre estaba felíz.

-Oye Sky, ¿qué pasó con Mila?- preguntó William haciendo una trenza con el cabello de su amiga-. Algo me dice que después de ese beso no te fuiste al castillo Este.

ReencarnadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora