Reencarnada

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                    (Narra Jade)

—¿Qué fue lo que dijo?—pregunté con una sonrisa y ojos curiosos. Me encontraba a un lado de la cama de Jason mientras abrazaba a Aslan, me interesaba mucho el saber que pensaba Aslan de mi y su nuevo hogar así que estaba usando a Jason de traductor.

             Su pierna derecha ya había sanado, pero la pierna izquierda en donde le había encajado el cuchillo aún no y de hecho aún tenía el cuchillo encajado. Ni loca voy a tocar eso, me pinte las uñas y no quiero ensuciarlas con sangre.

—Que eres una persona irritante y en cuanto sepa usar mi pistola sin duda se dará un tiro—habló Jason mientras me lanzaba una almohada la cual esquive.

—Esas cosas no funcionan a menos de que seas un vampiro—contesté sacando la lengua.— Ya en serio Jason, ¿que dijo?

-¿Cómo lo sabes lo de la pistola?- preguntó haciendo un ademán con su mano levantando la almohada que me había lanzado.

—Ya lo intente—susurre viendo como el objeto flotaba gracias a la mente de Jason y se colocaba a la cama donde era su lugar correspondiente.

                      No es un secreto entre Jason y yo que mi meta en la vida es encontrarme con mi persona especial. Arturo era la única persona que me sacaba una sonrisa sincera y me hacía olvidar lo cruel que puede ser el mundo, sin él ahora estoy vacía y mi única razón es volver a verlo.

—Eres una persona muy estupida Jade— dijo Jason cruzado de brazos mientras me miraba con desaprobación.

—¡¡OYE!!—grité enojada.— El suicidio es algo grave y no se debe tomar a broma, que seas un ignorante no significa que tenga que ser grosero conmigo.

—Eso fue lo que pensó Aslan— dijo Jason con una sonrisa burlona.- Pero ya fuera de broma, Aslan está muy agradecido contigo, él tampoco tuvo una vida muy bonita hasta que lo encontraste.

—Awww mi hermoso bebe—dije con voz chillona abrazando a Aslan.—¿Qué hay de ti Jason, tuviste una vida bonita antes de ser un vampiro?.

—Mis padres fueron asesinados cuando tenía 5 años, delante de mis ojos, fue algo horrible, poco después unos cazadores me llevaron a una zona en donde entrenaban a cazadores ya fueran humanos o vampiros, así que supongo que no fue tan malo porque hice "amigos" ahí, pero no evita el hecho de que extrañe un abrazo de mi familia.—dijo mirando al suelo.

—Tienes los ojos de tu mamá—dije mientras me sentaba en su cama a un lado suyo.

—¿Cómo lo sabes?—preguntó alejándose un poco de mi.

—En tus ojos se ve amor incondicional, como el de una madre, son dulces y tiernos como un abrazo... te hacen sentir seguro—dije mientras acariciaba a Aslan, sin darme cuenta el felino ya se encontraba en mis piernas exigiendo un monton de caricias.

—Te recuerdo que mis ojos suelen tornarse rojos.

—Pero no porque quieras—dije con una sonrisa de lado.— Además una madre busca proteger a toda persona que ama  y... tu dijiste que me protegerías— dije mientras sentía como mis mejillas se sonrojaron.

''Buen trabajo Jade, no pudiste pensar en algo más cursi''

—Yo no lo recuerdo— dijo con tono frío y distantes como es típico de él.—  De seguro lo imaginaste, siempre hablas de cosas extrañas.

—¿Ya lo olvidaste?, ese dia en la azotea del bar me advertiste acerca de tu transformación— dije mientras jugaba con las pequeñas garritas de Aslan.