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          Todo se volvió silencio, mis ojos enfocaron y el dolor desapareció de mi cuerpo, me levanté del suelo para encontrarme en los brazos de William y con los demás chicos enfrentando a la chica de cabello corto, entre ellos estaba Jason, se veía molesto.

—¿Mila?— se escuchó una voz dulce proveniente de una sonrojada pelirroja.

—¿Sky?— pregunto la azabache con el ceño fruncido, todos miramos a Sky algo consternados y preocupados.

—¡Mila!— sonrío con alegría corriendo con los brazos abiertos para abrazarla. La contrario tomó el hacha y le dedicó una mirada de odio.

—¡Maldita perra!— gritó corriendo en dirección a Sky levantando el hacha con el propósito de cortar la cabeza de la pelirroja. Pero lo que sucedió después fue una enorme sorpresa para todos. La pelirroja corrió entre risas, me quedé mirando a los demás que solo tenían en su cara un rostro de preocupación y algo indiferentes, todos excepto a Jason y Justin que se miraban entre ellos con odio.

        Volví a ver a William con una cara de "¿qué carajos esta pasando?", pero el rubio solo desvió la mirada. Cuando mi vista regresó a la pelirroja ya se encontraba besando ferozmente a la azabache. Carajo veía como las dos se besaban y me daba una envidia de mil demonios.

—Vámonos— dijo William cargandome de amamache (de caballito) y caminamos en dirección contraria de la pelirroja.

—¿Qué pasará con Sky?— pregunté colocando mi cabeza entre el cuello y el hombro, estaba muy cansada, el sueño reinaba en mi cuerpo y sabia que pronto caería de la espalda de William si me quedaba dormida. El sueño me hizo ignorante de la presencia de Jason detras mio y de Justin al cual no queria dirigirle la palabras, había sido un cobarde al esconderse detrás de mí.

         No sabía a donde me llevaba pero me dormí en su espalda en cuestión de segundos.

           Desperté lentamente deslizandome por la cama, la habitación se sentía fresca sin llegar a ser fria, parecía que estaba en el mismísimo paraíso, estaba extremadamente a gusto en la cama hasta que sentí un dolor en mi vientre y como mi brazo se topaba con una cabellera ribia. 

        Mis ojos enfocaron después de unos segundos haciendo que el sueño desapareciera poco a poco de mi cuerpo, y efectivamente, William estaba acostado conmigo en la cama y no solo eso, estábamos en otra habitación, era mucho más amplía que la habitación que tenía en la casa de William y extrañamente había amanecido con un camison blanco de esos que usaban mis tatarabuelas.Mire de nuevo hacia la habitacion encontrandome con unas hermosas flores en una pequeña taza, junto a las flores una pequeña tarjeta que decía : ''El amor es fragante como un ramo de rosas''; era obvio que eran de Justin, el muy cobarde pensaba que con un par de flores olvidaria lo de la noche pasada.

                Al darme cuenta de que mi ropa ya no estaba en mi cuerpo, y que el dolor en mi vientre aumentaba a medida que más despertaba mi cuerpo tuve que salir corriendo al baño.Dentro del baño me di cuenta de lo más horrible que le podía pasar a una mujer.

"Maldito Andres"

       Una vez "confirmado el asunto" me dirigí con toda la verguenza del mundo hasta el cuerpo de mi amigo, no quería despertarlo pero se trataba de una emergencia.

—William— susurre en su oído moviendo sus hombros gentilmente.

—Deja dormir— gruñó con pesadez tomando una almohada para colocarla sobre su cabeza.

—Es importante— hice un pequeño berrinche moviendo su cuerpo bruscamente—. Levantate, levantate, levantate, levantate, levantate, levantate, levantate, levantate, levantate...

ReencarnadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora