El sonido de un vaso romperse resonó por todo el vacío local. Unos ojos verdes se alzaron con preocupación al escucharlo, y enseguida su corazón dio un vuelco, regresando a ver el lugar por donde el ruido habia venido, tenia que ir, rápido.
- ¡Rode! – grito corriendo hacia la cocina, encontrándose al austriaco en el suelo abrazando su estómago con una expresión de dolor.
-Lo siento, creo que no puedo trabajar hoy... - dijo apenas entre jadeos, intentando ponerse de pie, pero el dolor simplemente no le dejaba, era como si algo en su interior se desgarrara y un ardor como si alguien lo estuviese quemando por dentro.
- ¿De nuevo el dolor de estomago? Rode, estoy ya esta yendo demasiado lejos, debes ir a ver a un médico- regañó Elizabetha mirándolo con verdadera preocupación. Ya era más de una semana desde que habia comenzado, primero con dolores abdominales intensos, luego con nauseas, vomito, mareos, fiebre, y ahora nuevamente parecía que el dolor se estaba incrementando. Ya no podía ser por algo que habia comido, sabía que habia algo más serio detrás de eso.
-E-estoy bien, no es necesario- intento tranquilizarse a si mismo y a la húngara, tomando aire en un intento de que el dolor menguara. Nunca antes habia sufrido de un dolor así de fuerte, excepto... no, podía ser todo menos eso. – Creo que es mejor que regrese a casa- hablo casi en un susurro, levantándose para tomar sus cosas enseguida y salir del restaurante, tenia algo que comprobar, y la idea le aterraba.
-Me llamas si algo sucede- grito la mujer cuando lo vio salir disparado de allí, con un claro gesto de angustia. Solo rogaba a dios que el austriaco se encontrara bien, y que fuera a ver a un maldito doctor de una vez por todas, si que era terco. Un suspiro profundo salio desde lo mas profundo de su ser, le tocaba hacer todo sola hoy.
Por otra parte, unos ojos violetas se mantenían fijos en uno de los grandes estantes de la farmacia, mirando todas esas pequeñas cajitas con indecisión. No sabía cuál tomar, ni siquiera sabía si debía seguir su instinto y comprar una o solo caminar fuera de la farmacia con las manos vacías, pero, ya estaba ahí, y una chica tras él lo miraba con curiosidad y algo de fastidio, después de todo estaba ya diez minutos parado sin decidir qué hacer. Un pequeño gruñido resignado salio de su garganta y tomo en ese momento todos los paquetes que pudo, poniéndolos en su canasta, tomando también algunos tarros de vitaminas y snacks para evitar que su compra sea muy sospechosa. Se acerco a paso rápido a pagar, intentando evitar completamente el contacto visual con la cajera, y rogando en ese momento ser invisible cuando los ojos de varios de los clientes se posaron sobre el con curiosidad y extrañeza. Después de todo comprar seis pruebas de embarazo junto con vitaminas y snacks era un mal plan.
Al llegar a casa dejo las pruebas sobre su cama y sintió como su corazón empezaba a acelerarse de manera desagradable. Habia sido un presentimiento, tan solo una precaución a seguir antes de descartar la posibilidad e ir a un hospital para que lo revisaran, pero, aun así, habia terminado comprando seis pruebas de precios y marcas diferentes para estar seguro de que no se trataba de lo que temía. Y no... no podía ser. Porque no era común el sentir dolores abdominales de tal magnitud durante el primer mes, y mucho menos tener fiebre. Sabía que debía ser algo más, tal vez su cuerpo pasándole factura de todos esos años en los que lo forzó al limite y de maneras que muchos habían considerado inhumanas, pero el ballet seguía siendo parte de su vida diaria, de su tiempo libre, no lo habia abandonado por completo, así que eso no podía ser...
Su vista regreso a esas pequeñas cajitas, y de tan solo verlas sintió que su estomago daba un vuelco y el malestar regresara a su cuerpo.
-Solo debo descartarlo, verdammt- intento darse valor para hacerlo, pero sus manos temblaban, le daba pavor. Suspiro profundamente y se levanto de su cama para ir al baño de una maldita vez, solo debía hacerlo, sabía que iba a salir negativo, después de todo, era infértil, no tenía nada que perder haciéndolas solo por curiosidad.
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Angel Eyes
RomanceUn accidente habia cambiado todo... Viviría para siempre con aquella carga, su vida era un infierno del cual nunca saldría. Se lo merecía, era su culpa. Pero, tal vez algo podría salvarlo de aquel hoyo negro en el que habia caído, eso algo, era cono...