ChoiLee del odio al amor (2min)

Capítulo 23: El Instituto

El timbre sonó y todos volvieron a sus aulas, Minho aun sentía una opresión en el pecho que no se le iba. Cuando entro Taemin actuaba muy despreocupado, tratando de parecer indistinto... "¿Cuántas veces actuaste tus emociones?" El alto no lo sabía. El resto de las clases pasaron sin mayor sobresalto. Minho seguía inquieto por el día que estaba llevando, pero sabía que cosas extrañas podían pasar, Lee siempre lo había alterado, así que estar todo el tiempo cerca de él podía causarle reacciones extrañas, pero no iba a detenerse ahora, cada vez sentía que estaba más cerca de la verdad. Cuando terminaron las clases el morocho estaba decidido a completar la segunda parte de su plan, iba a volver a seguir a Taemin después de clases, pero esta vez iba a intentar infiltrarse en el instituto para averiguar más cosas, el lugar tenia vigilancia, pero no era completamente cerrado al público, así que lo peor que le podía pasar era que lo echaran, no iba a ir a la cárcel por esto. Se cambió por otra ropa que había llevado, una más acorde al instituto de danza y como la otra vez, espero por la puerta trasera hasta que apareció Lee con su remera suelta y su gorra. Lo siguió dejando media cuadra de distancia hasta llegar al lugar y cuando entro el joven, dejo pasar unos minutos para que el rubio no notara su presencia. Un grupo de jóvenes ingreso por la puerta principal y el alto aprovechó este momento para entrar. El lugar era muy distinto a como lo recordaba de aquella fiesta, sin las luces apagadas y el escenario, el lugar se veía como cualquier academia de danza, solo que mucho más grande.

-Su nombre – sus pensamientos se vieron interrumpidos

- Disculpe – pregunto el morocho desorientado. Un hombre con una planilla sentado desde una oficina de recepción estaba llamándole la atención. El joven se acercó a la ventanilla.

- Le pregunte su nombre... Usted vino al curso de iniciación al arte escénico ¿no es cierto? – Minho no sabía que decir, pero el señor comenzaba a impacientarse así que decidió mentir

- Si, exactamente, vine al curso. Mi nombre es Choi Minho – el hombre comenzó a revisar su lista para buscarlo "rayos, una lista, me van a sacar"

- Lo lamento joven, no se encuentra en la lista, estuvimos teniendo problemas con el sistema, si me da su documento en seguida lo anotaré – el alto no podía creer la buena suerte que estaba teniendo, rápidamente busco lo que le pedía el señor y se lo entrego. Luego de completar unos formularios, el hombre le pidió una firma al alto, fue a su computadora y le imprimió un pequeño carnet a Minho – tome joven Choi, con esto puede entrar y salir del lugar lo que dure el curso, le doy también unos folletos con otras actividades que se realizan en el lugar. Espero que le vaya bien. Mucha suerte.

- Gracias – dijo el morocho educadamente, se colgó su carnet y empezó a hojear los folletos "¿a qué rayos me inscribí?" Minho estaba un poco desesperado, hablo sin pensar y ahora no sabía si tenía que pagar, que días era eso. No tenía idea de que fue lo que firmo – curso de iniciación al arte escénico había dicho el señor ¿no? – hablo en vos alta el morocho, ya parecía un loco – ¡Aquí! – el alto se emocionó de encontrar el curso en el papel que no se dio cuenta que otra vez había hablado en vos alta. La gente del lugar se dio media vuelta para verlo y Minho se sonrojo. El curso duraba ocho semanas y era todos los días durante las tardes. "puedo no hacerlo..." Estaba armado para ser la base de casi cualquier carrera artística escénica. Eso sonaba bien para el morocho, sobre todo porque el aun no sabía que era lo que quería hacer y lo que más le intereso era lo último. Los alumnos que saquen las mejores notas durante el curso podrán ingresar al curso anual para ingresar a este instituto en el área que el alumno elija. Minho quedo con la boca abierta, ese era el instituto más estricto de todo el país, y ese curso le daba puertas abiertas para ingresar ahí si todo iba bien en los dos cursos. Ahora se sentía feliz de haberse colado, podía cumplir dos objetivos en uno, por un lado, averiguar sobre Lee y por el otro definir qué era lo que quería hacer, era perfecto. Mientras el alto revisaba los folletos que le había dado el señor de la recepción un joven se acercó a él.