Capítulo 40: Cobarde

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"Minho..." Taemin subió hasta el cuarto de su hermano sintiendo como su corazón se rompía en pedazos y el mundo empezaba a dejar de tener sentido... "Amor...". La única persona que le había dado fuerzas para sobrellevar su miserable vida se había ido y lo único que podía en ese momento era resignarse... "¿Por qué...?". Entro a su cuarto rezando que el castaño estuviera durmiendo y así poder llorar con libertad, pero la vida no le podía dar ni siquiera eso. Hae lo miro entrar viendo como sus lágrimas bajaban por sus mejillas "Se acabo...".

- ¿Qué paso Taeminnie? - Pregunto preocupado viendo al morocho llorar nuevamente, pero el níveo no queria dar más explicaciones, no queria tener que disimular más felicidad ni queria tener que seguir siendo fuerte. Solo quería llorar. Por una vez, solo quería llorar. Corrió a la cama de su hermano como hacia cuando era pequeño y alguna pesadilla lo despertaba y se derrumbó sobre ella.

- Todo es una mierda – decía entre lágrimas con impotencia – me duele aquí... - dijo señalando su pecho mientras su garganta se cerraba - no quiero más esto Hae, estoy harto. HARTO – El castaño vio al joven destrozado frente a él y sintió su dolor. No entendía bien que sucedía con él, pero el morocho despertaba sus instintos protectores y aun sin entender que le sucedía lo abrazo.

- ¿Pero que paso?... ¿Por qué estas así? – cuestiono angustiado.

- Todo es una mierda, esto es una mierda, mi vida es una miera, lo que te pasa es una mierda ¿Por qué todo tiene que ser tan difícil? – Estaba alterado, su angustia lo inundaba y no sabía cómo deshacerse de ella "no confíes en Minho..." se había dicho cientos de veces y aun así había caído una vez más ante él - ¿Por qué no puede simplemente amarme? – las lágrimas bajaron con violencia.

- ¿Esto es por Minho? – cuestiono el castaño acomodando uno de los mechones de su pecho. El níveo asintió - ¿ustedes ya se conocían, ¿verdad? – volvió a afirmar con la cabeza – ¿y tú eres el chico con el que el salía? – "salía..." su pecho dolió por esas palabras. Esta vez no hubo respuesta, pero no fue necesaria. La reacción del morocho fue suficiente.

Tranquilo Taeminnie, todo va a estar bien, ya vas a ver que todo se va arreglar – dijo positivo, pero Taemin estaba cansado de ser positivo, estaba cansado de intentar mejorar las cosas sin resultado y cansado de sufrir...

- Nada va a estar bien Hae, las cosas nunca estuvieron bien y nunca lo van a estar. Solo quisiera que las cosas fueran diferentes... Si tan solo... - pero ahogo sus palabras. Extrañaba tanto poder hablar con él con confianza sin ocultarle nada. "¿Por qué me olvidaste?" "¿Por qué él me olvido...?" "¿Por qué todos me olvidaron?" "¿Por qué no puedo salvarte?" "¿Por qué tienes que estar aquí?" "¿Por qué no fui yo?" esas ideas lo torturaban día y noche. Tantas veces había maldecido por no poder cambiar de lugar con él. Nadie lo extrañaría, ya lo habían olvidado, pero a Hae... El mundo giraba a su alrededor como un sol que iluminaba a la gente y sobre todo a él. Solo un momento, si le dieran el deseo de volver al pasado por una vez, solo cambiaria eso, le daría su vida con gusto, pero no podía hacer nada... solo esperar un milagro - ¿puedes abrazarme y no preguntarme nada? – El mayor sintió y el morocho se desplomo entre sus brazos llorando desconsoladamente.

-Llora todo lo que necesites, yo te cuido – dijo el castaño comprensivo, mientras lo abrazaba para contenerlo, dejando que descargara toda su angustia y dolor con libertad. Y Taemin lloro... Lloro como nunca lo había hecho antes. Lloro por su vida, lloro por sus amigos que lo olvidaron, lloro por su madre muerta, lloro por su hermano enfermo y por el que aún no aceptaba, lloro por su padre que lo abandono y lloro por Minho... por sobre todas las cosas, lloro por Minho y su amor no correspondido.

ChoiLee del odio al amor (2min)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora