Viviana

24. Días Oscuros II

        
Las paredes de mi departamento gritaban soledad por todas partes, aunque Arlet abandonó sus vacaciones para quedarse conmigo, yo no podía evitar sentirme sola, analizaba cada situación que viví con el y era imposible pensar que todo era una mentira, como alguien podría fingir de una forma tan perfecta? pero sobretodo me preguntaba por qué mentirme si no me amaba?, Izrael podía tener a quien quisiera y aún así siempre prefería estar conmigo.

Paso una semana sin saber nada de Izrael y un día mientras dormía, sentí sus manos acariciándome el cabello.

-Vi podemos hablar ahora?

-Izrael, ¿Qué haces aquí?- le dije asustada y un poco dormida todavía.

-Perdóname bebe, déjame explicártelo todo

-No, no me toques no quiero hablar contigo y no quiero que vengas más aquí y tampoco  necesito que me expliques nada- dije levantándome de la cama y cubriéndome con una bata, me siguió hasta el pequeño balcón y tardamos unos minutos entre perdóname y el no te quiero volver a ver, entonces fue cuando Izrael no pudo contener mas lo que en realidad sucedía.

-Sabes, lo que pasa..... es que me avergüenzo de ti- hizo una pausa y desvió su mirada de mí-Como puedo yo casarme contigo, mi madre nunca te aceptaría y no es solo porque seas pobre, eres gorda y no puedes ni disponerte a bajar un kilo.

-Wow, ¿enserio? Entonces ¿Por qué me pediste que me casara contigo?-  debía estar bromeando, pensé que eran ideas mías, pero ese momento fue cuando entendí que nuestra relación se ha mantenido oculta durante todo este tiempo no por sus padres, si no por él.

-No lo sé- fue lo único que dijo y todo llegó a mí como un flash, nunca salíamos donde hubieran muchas personas, siempre comprándome cosas para adelgazar, ahora si lo entendía todo.

-¿Que pretendías Izrael? Acaso creíste que te podrías casar con las dos o es que tu pretendías casarte con ella y que yo fuera tu amante- el no dijo nada, pero por sus gestos pude ver que esas eran sus intenciones.

-Lo siento Vi-Dijo en voz baja- De verdad no sé que hacer y odio pensar de esa forma,odio ser tan superficial, pero son cosas que no puedo cambiar.

-Necesito que te vayas- le dije furiosa señalandole la puerta

- Disculparme bebe-tomó mis manos y me miró con esa expresión de tristeza que parecía tan real, pero esta vez no le iba permitir jugar con mis emociones.

-Necesito que te vayas Izrael-repetí

-Está bien, como quieras- dijo tratando de parecer indiferente y aunque trató de ocultarlo noté en su cara cierto arrepentimiento, pero era demasiado orgulloso para echarse para atrás, este sin dudas era el final de lo nuestro, el final de todo.

Izrael

-Estoy segura de que no encontraras nada tan sincero como lo nuestro y entonces te arrepentirás de todo esto- Dijo cuando cerró la puerta prácticamente en mi cara, esas palabras no dejaban de rondar en mi mente, no había duda de que la amo, pero nuestra relación ha sido un problema desde el inicio y no puedo dejar de pensar lo que dirá la gente, mis amigos, mi familia cuando llegue con ella a reuniones, a veces me odio a mi mismo por pensar así, pero no puedo evitarlo, es como si hubieran insertado un disco en mi cabeza con los estándares que debe tener una mujer para estar conmigo.

- Maldita sea ¿En que estaba pensando? – golpee el timón del carro, no debí hablarle de esa manera, ella es la persona más buena que conozco y ahora debe sentirse horrible con todo lo que dije, iría verla ahora mismo, pero sé que solo empeoraría las cosas.