2. Travesuras Inocentes

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Era la mañana del sábado y le iba a preparar desayuno a los chicos, aunque no era mi responsabilidad, adoraban que mi madre o yo lo hiciéramos porque preparábamos cosas que en verdad le gustaban, nada de dietas equilibradas bajas en grasas, sal y azúcar.

-Hola Vi- dijo Adam entrando a la cocina

-Hola Adam- conteste, era el primero que se levantaba siempre, me dio un beso en la frente como acostumbraba y se sentó en el desayunador.

-Hola Vi- Llegó Izra unos segundos después, desde aquel beso las cosas se mantuvieron bastante bien entre nosotros, no perdíamos la oportunidad de besarnos en cada esquina de la casa, eran besos inocentes y tiernos, yo aún no podía pensar en llegar más lejos.

-¡Buen día! Wow, si que se han levantado temprano hoy, ni siquiera he preparado el desayuno- dije sorprendida

-No te preocupes- Dijo Adam -podemos comer cereal- Adam era una dulzura, no me dejaba hacer nada si él estaba cerca.

-Yo si quiero desayuno, no cereal- Dijo Izra dibujando una risita malévola en la cara.

-¿Por qué no vas a la despensa?- me dijo mientras mordía una manzana.

-¿y como para qué? si todo está aquí- le respondí

-Es que se me antoja algo así como arepas de esas que tú y nana saben preparar- y me guiñó un ojo, entendí que tenía otra cosa en mente.

-¡Ok, entiendo! Hoy estas más mandón que nunca- repliqué mientras me dirigía a la despensa que quedaba casi saliendo de la cocina, volteé al sentir pasos y me di cuenta que Izra venia tras de mí -¿Qué haces?- le pregunte parándome justo delante de él.

-Amanecí con muchas ganas de darte un beso- pegó mi cuerpo contra la pared para acercarse más, comenzó a besarme suavemente, amaba sus labios, era la mejor sensación de mundo, me sentía feliz de vivir esos momentos, seguimos por unos segundos y pronto comencé a sentir algo.

-¿Qué es eso?- dije sorprendida colocando mis manos en mi boca, nunca había pasado eso mientras nos besábamos.

-No sé- comenzó a reírse –me gusta que seas tan inocente- decía mientras acariciaba mis mejillas y buscaba continuar el beso.

-Ay por Dios, el señor con mucha experiencia está hablando- dije y me alejé un poco de él –Voy a volver no quiero que Adam se dé cuenta.

-¿Crees que él no lo sabe? – dijo cruzando sus brazos

–Sí, seguro que sí, pero no tiene que ser tan obvio.

-Está bien, pero quiero verte hoy, mis padres no están y..

-Y hoy es el día de hacer las compras- completé –ósea que la mía tampoco estará

-Ve a mi cuarto ¿si?- dijo casi suplicando, le di un pequeño beso y sin darle respuesta volví a la cocina.

-Adam no te desesperes esto estará listo en un segundo- dije entrando de nuevo a la cocina.

-Sí, claro y ¿qué hacían ustedes tanto tiempo por ahí?- Dios, pero porque tantas preguntas?

-¿Donde?- traté de hacerme la desentendida

-En la despensa- colocó sus codos en la meseta y alzó las cejas, como retándome a mentirle.

-Ahh ¿con Izrael dices? es que ya sabes cómo es, yo iba a traer pan integral, pero él no quería de ese y básicamente en eso nos retrasamos- fue lo mejor que pude inventar.

-ah ok, pan, pensé que ibas por harina o algo así- Dios olvidé completamente ese detalle.

-Lo que pasa es que luego no quería - lo mire pero seguía en la pose anterior, sé que no me ha creído el cuento, especialmente porque regresé con las manos vacías, para no meter más la pata preferí no volver a hablar en todo el desayuno.

En la tarde, los niños tomaron una siesta, Adam estaba estudiando y mi madre había salido a realizar las compras, las otras señoras del servicio estaban en la casa, pero de todas formas nunca subían al segundo piso, así que fui al cuarto de Izra, lo que pasó en la mañana me tenía un poco intrigada y no era que me molestaba, de hecho quería repetirlo.

-Hola extraño- dije mientras entraba al cuarto.

-Hola amor- el estaba en su cama acostado y yo me senté a su lado, comenzamos a hablar de la escuela y luego el me llevo hacia él hasta que quedé acostada a su lado, comenzamos a besarnos suavemente y minutos más tarde el comenzó a besar mi cuello, que maravilla de sensación, ninguno de nuestros besos habían sido con tanta pasión, movió sus manos hasta uno de mis senos.

-¿Qué haces?- me alejé de él un poco asustada o tímida quizás.

-Solo sentí ganas de hacerlo, ¿no te gusta?- su cara mostraba un poco de vergüenza.

-No sé, es que me siento rara.

-Es que esto es lo que hacen los novios y eso somos- dijo separándose de mí.

-No somos novios, nunca me lo has pedido.

-Pensé que desde ese beso éramos novios- dijo rascándose la nuca – ¿Quieres ser mi novia?

- Izrael nada me gustaría más, pero esto está mal, no quiero hacerlo, sé lo que pasa después y no es tiempo- No importa lo que yo dijera, el parecía muy convencido de que no había nada de malo en eso.

-Está bien- dijo -Es que no se qué me pasa, solo pienso en ti, tocándote, enserio solo pienso en eso.

-y pasará, pero tienes que esperar a que me sienta preparada- en mi mente ni siquiera había espacio para ese tema y aunque lo hubiera, no quería decepcionar a mi madre, miré el reloj de la mesa de noche y me paré rápidamente al ver la hora, me despedí y bajé hasta mi cuarto.

-Hola- me encontré a Adam en las escaleras, pero él no respondió mi saludo-Hey Adam- dije aun casi corriendo tras él.

-Espero que sepas lo que haces "amiga querida"- dijo haciendo énfasis en esas palabras.

-Adam- lo detuve- podemos hablar- ya era tiempo de contarle, de todas formas él lo sabía y era mi mejor amigo, me sentía mal ocultándole cosas.

-Ahora no, voy a salir con Liz, cuando vuelva hablamos- Liz era su novia, me caía bien a pesar de que era muy superficial, como la mayoría de sus amigos y su madre.

-Está bien- me fui a mi cuarto, toda la limpieza y la situación de Izrael me tenía muy agotada, me acosté solo un momento antes de que los gemelos despertaran.

Era hora de la cena, toda la familia estaba en la mesa y los gemelos estaban conmigo en la cocina.

-Viviana que era lo que querías hablar- se acercó Adam hacia mí, se veía un poco serio o molesto.

-¿Me ayudas?- dije señalándole a los niños.

-Claro- definitivamente estaba molesto y no entendía a que se debía su actitud, tomó a July para llevarlo a su habitación, yo le seguí con June y los colocamos en sus camitas.

-Ahora sí, dime ¿te pasa algo?- dije terminando de cubrir a los gemelos

-¿Qué hacías todo ese rato en el cuarto de Izrael? Dijo cruzando sus brazos.

- Por Dios Adam! sabes que pasa algo desde hace tiempo.

-Sí, lo sé, pero no sabía que ustedes ya estaban haciendo "cosas"

-No, ¿De qué hablas? No ha pasado nada entre nosotros.

-Espero que sea así, porque estaría muy decepcionado de ti- salió de la habitación, dejándome confundida.

-Oye Adam, Adam!- lo seguí hasta la puerta de su cuarto – Pero ¿por qué tienes que reaccionar así?

-Porque eres como mi hermana y a Izrael lo adoro, pero tú y yo sabemos muy bien que él es un caprichoso.

-Sí, con las cosas, pero no es así conmigo.

-Pues eso espero- cerró la puerta de su cuarto sin siquiera despedirse y dejándome en el sentimiento de culpa y duda.

VivianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora