5. ¿No podía ser peor?

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Izrael

Cuando la fiesta de mi cumpleaños terminó fui a tomar con mis amigos, tenía muchas ganas de tomar y olvidarme del mundo.

- viejo ¿no vas a acostarte con nadie hoy?- Víctor no perdía la oportunidad de presentarme chicas.

-No, hoy solo quiero beber- le dije y tomé otro trago de cerveza

-Amigo me estas preocupando, nunca te he visto irte con alguna chica y si lo haces es solo para llevarla a su casa- gritaba Víctor a través de la música, apenas podía escucharlo- ¿Llamamos a Katherine?- insistió por décima vez.

-No, a quien menos quiero ver es a Katherine- gritaba para que el pudiera escucharme y queria evitar que me arruinara la noche invitándola.

-¿Y qué quieres hacer entonces?- preguntó

-Vamos a Casa, sigamos la fiesta allá como le prometí a mi padre- Fuimos el grupo a la casa, seguimos bebiendo y Víctor no dejaba de decir que necesitaba acostarme con alguien, solo recuerdo pensar en Viviana toda la noche y sé que mencioné algo sobre ella, no recuerdo que fue, pero me siento horrible.

-Víctor, Víctor, Víctor despierta- parecía un muerto tirado en el piso de mi cuarto -Oye, recuerdas si mencioné algo de Viviana anoche.

-No viejo, no dijiste nada, ahora déjame dormir- puso la almohada nuevamente en su cara para que no lo molestara –Ahh no dijiste nada, pero si hiciste muchas cosas con ella, te desconozco- dijo aún con los ojos cerrados, pero a que se refería con eso? será que nosotros ..

- Víctor, Víctor vamos dime ¿qué fue lo que paso?- él no despertaba y yo no iba a esperar que eso ocurriera, debía saberlo ya, salí corriendo del cuarto y busqué a Vi por toda la casa, mas tarde la encontré en el jardín.

-Buen día- dije acercándome a ella

-Buen día- dijo sin mirarme, al parecer estaba muy enojada por como contestó.

-Te quería preguntar algo- ella seguía cortando algunas rosas, parecía no importarle mi presencia–¿Pasó algo anoche, contigo?

-Ja, ¿no lo recuerdas?- esta vez si me miró, haciéndome saber que si paso algo.

-No, no logro recordarlo- dije avergonzado.

-Pues yo no te lo diré –volvió a lo que estaba haciendo.

-Por favor, dime qué fue lo que pasó- le supliqué una vez más

-¿Quieres saberlo?- asentí -Pasó que me diste un beso y yo te di una cachetada por fresco.

-Ahh, eso fue- me sentía más avergonzado, seguro con bebidas en la cabeza fue difícil ocultar lo que siento y el deseo que tengo de estar con ella - lo siento mucho Viviana, estaba muy tomado y claramente no sabía lo que hacía.

-Sí, puedo darme cuenta y si no tienes nada más que preguntar me voy- recogió las rosas que había cortado y se fue, me deja aliviado saber que no pasó nada, aunque es lo que más deseo en el mundo, quisiera poder recordar cada detalle, también me gustaría recordar ese beso, no puedo negarlo extraño sus labios.

Viviana

Desde el día de la fiesta de Izrael las cosas con los chicos cambiaron bastantes, Adam se fue a otro país a realizar una maestría, pero al menos no nos alejamos a pesar de la distancia, en cambio con Izrael las cosas iban de mal en peor, comenzó a traer amigos a la casa, gente rica y arrogante, de pronto el también se convirtió en un rico y arrogante, no me hablaba a menos que necesitara algo y cuando lo hacía ni siquiera me miraba, como si yo fuera invisible, me dolía tanto su actitud, pronto comencé a tratarlo igual y esto pareció funcionar y de lo que pasó en la fiesta, le dije a su amigo que no le contara nada, al final eso nada resolvería.

Me encontraba en la cocina buscando un poco de agua, cuando el teléfono del servicio sonó.

-Si diga- me apresuré a contestar, si era la señora Elizabeth le molestaba que sonara más de dos veces, pero no era ella, una odiosa voz se escucho del otro lado.

-Que alguien me traiga una cerveza- era Izrael, últimamente no salía de su cuarto ni a saludar a su familia y además trataba a los del servicio como esclavos.

-¿Y de cual la quiere el joven?-Le pregunté de forma sarcástica

-¿No hay alguien más que pueda atenderme?-

-No señor, no veo a nadie más por aquí- pero la realidad es que la cocina estaba repleta de gente del servicio.

-De cualquiera y tráela lo más rápido que puedas- ordenó

-¡Como usted ordene señor!- Colgué el teléfono

-Vivian, por favor deja de hacer eso, si el joven habla con sus padres estarás en problemas- Me regañó Gina

-Sí, lo sé, solo me gusta molestarlo- Gina probablemente tenía razón

Tomé la cerveza y subí a llevarla a su cuarto, hacia más de un mes desde la última vez que le había servido algo y en la que prácticamente hizo que lo hiciera de nuevo tres veces, llegué al cuarto y toqué la puerta, no contestaron así que entré.

-Aquí está lo que pidió joven- Dije mientras entraba

-Déjala en la mesa de la esquina- replicó de forma indiferente, coloqué la botella en la pequeña mesa y me dirigí a salir, pero tomó mis brazos y me lo impidió.

-¿No la destapaste verdad?- estaba nervioso pude notarlo y ni siquiera podía mirarme a los ojos –Porque si esta destapada no la quiero y si estás tratando de jugarme una broma, estarás en serios problemas- continuo y esta vez si me miró, sus ojos y el ligero temblor en sus palabras me recordaron que aún no lo había olvidado.

-No joven no está destapada- le contesté y salí de la habitación, antes de que palabras y quizás lagrimas comenzaran a salir de mí, tenía muchos sentimientos, muchas cosas que quería decirle desde ese día en el que casi... creo que lo mejor es no recordarlo.

VivianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora