27. La Graduación

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Todo estaba listo para irme a la mansión, mi ropa, mi dinero y el poquito de dignidad que me quedaba después de lo que me hizo Izrael.

-Arlet ya esta lista?- grité desde la sala para que mi amiga saliera.

-Ya estoy aquí, que desesperada eres- apareció en la sala con 2 maletas

-Estoy confundida, es que ya no vuelves?- Bromee con ella.

-Ja Ja muy graciosa, mejor ya vámonos

-Si, vámonos que se nos hace tarde- tomamos nuestro camino hacia la mansión, estábamos super emocionadas por la fiesta, aunque yo no sabía ni que sentir, estaba nerviosa de volver a ver a Izrael y probablemente acompañado de su novia.

Después de algunas horas llegamos a la mansión, el aire que se respira me traía tantos recuerdos de mi vida, no podría describir lo que sentí en ese momento.

- Definitivamente algunos de aquí ya están bien viejitos- saludé a todos los que estaban en la cocina, Arlet se fue al que fuera mi cuarto y yo subí a ver a mis angelitos.

-Hola- dije pasando por la sala en la que se encontraban.

-Vivi- Gritaron al mismo tiempo mientras se abalanzaban sobre mi -Te extrañabamos mucho Vi

-Ay mis amores, yo también los extrañaba muchísimo, que bellos y grandes están –duré algunos minutos hablando y jugando con los niños, luego escuche una voz escandalosa proveniente de la sala principal.

-Donde están todos? pensé que al menos me tendrían una sorpresa de bienvenida- era la voz de Adam, junto con los niños fuimos corriendo hasta donde estaba, nos pegamos los tres a él como si fuéramos garrapatas, wow cuanto extrañaba a este molestoso y ademas guapisimo con su ropa formal y pelo despeinado, detrás de él entraron los señores que habían viajado para acompañarlo en su graduación.

–Tu y yo tenemos una conversación pendiente- susurró al terminar el abrazo, yo asentí, sabiendo perfectamente a que se refería, había pasado una eternidad desde la ultima vez vez que nos sentamos juntos a hablar de nuestras cosas.

-Viviana- escuche mi nombre, esta vez era la señora Elizabeth

-Si, señora – contesté

-Me alegra que hayas venido- aunque se notó sincera al decirlo, sabia que después vendría una petición y así fue- Sé que les dije a ti y a Rosa que estarían aquí como invitadas, pero tendré que pedirles que le cocinen a Adam esa comida que a el tanto le gusta, además esta noche vendrá toda la familia para la fiesta de mañana-su petición no me sorprendía en lo absoluto- Ah y te pediré además que te encargues de los niños, mientras Gina ayuda en la cocina mañana.

-Esta bien señora- contesté, al menos su petición me mantendría alejada de Izrael, los señores se fueron a descansar y volví mi mirada hacia Adam -Guapísimo estas!!

-Lo sé- sonrió y volvió a abrazarme -y quien es ella?- dijo señalando con la mirada a mi amiga que estaba en una esquina.


- No la recuerdas? es Arlet mi mejor amiga- dije llevandolo hacia donde estaba -Arlet, recuerdas a Adam verdad?

-Claro, lo conocí en tu cumpleaños- el le dio un beso en la mejilla y por supuesto que sentí el ambiente extraño, los conozco a ambos, hablamos un poco y luego Adam se fue a descansar y yo volví a compartir con mis bebes, cuando tomaron su siesta fui a la cocina a preparar la cena, hasta que por fin llegó la persona que mas ansiaba ver.

-Mamaaa- grité desde un lado de la cocina cuando la ví llegar, irradiando esa luz de sabiduría y amor que siempre le acompañaba.

-Mi amor, que bella estas- dijo abrasándome,que falta me hacian esos abrazos, una pequeña lagrima bajó por mis mejillas-Porque lloras mi amor?

-Es que te extrañaba demasiado- secó la lagrimita con sus manos y volvió a abrazarme, fue un momento muy especial para mí, mi madre saludó a todos y aunque tenia unas ganas inmensas de descansar, prefirió ayudarme a preparar la cena para Adam.

-Tenemos muchas cosas que hablar- repetía una y otra vez al mirarme, le hablé de la universidad, de mis nuevos amigos, de como me iba en mi nuevo departamento-Viviana amor, ve dile a Maria que no encuentro nada en esta cocina- reí ante su comentario y me retiré a buscar a Maria, justo cuando la encontré en la sala llegó Izrael y Alexa y con ellos el estúpido sentimiento de que una parte de mi se fuera a morir, felices no se veían, pero eso era lo que menos importaba pues estaban juntos y se iban a casar, los señores la saludaron con tanto amor, quizas no seria así si fuera conmigo.

-Ya Llegó el que faltaba!- gritó Adam desde las escaleras, Izrael fue a encontrarlo para darse un fuerte abrazo de hermanos, sonreí desde la esquina recordando como solían ser las cosas entre nosotros-y esta belleza quien es?-dijo acercándose a Alexa.

-Soy Alexa, la prometida de Izrael-Se auto presentó, Izrael aún no se había percatado de mi presencia en la sala o al menos eso parecía, con la voz de la rubia salí de mi pensamiento y volví a la cocina.

-Y a ti que te pasó?- preguntó mi madre al verme llegar a la cocina desanimada.

-Nada, terminemos esto que estoy muriendo de hambre- cambié de tema, ella me miró como quien no se cree el cuento y luego miró a la puerta de la cocina que recién se abría, era Izrael con su enorme sonrisa, fue hasta donde mi madre para abrazarla y darle un beso en la mejilla.

-Mi Muchachote!!- Exclamó mi madre aún abrazándole, mientras el no dejaba de mirarme, aparté la mirada de sus ojos para seguir organizando la vajilla y salir disparada de la cocina evitando el saludo incomodo, minutos más tardes todos estaban en la mesa, hasta mi madre, yo decidí ayudar a servir la comida con la excusa de no tener hambre, cuando lo único que quería era no tener que mirarlo con ella.

-Viviana que haces?-preguntó Adam tomando mi brazo cuando fui a colocar el plato de entrada-Hazme el favor de quitarte ese delantal horrible y ven a sentarte aquí a mi lado.

-No tengo hambre Adam- le dije en voz baja, el me miró molesto casi convenciéndome -Esta bien, solo déjame servir esto.

-Viviana, te dije que serias invitada- dijo la señora señalándome la silla y dejándome sin más remedio, fui hasta la cocina y me retiré la pieza que llevaba atada a la cintura dejando ver el vestido que me había puesto, volví donde estabas todos e Izrael estaba ahí, con su mirada intimidante sobre mi, poniéndome aún más nerviosa, me senté al lado de Adam e iniciamos la cena.

-Viviana, te dije que serias invitada- dijo la señora señalándome la silla y dejándome sin más remedio, fui hasta la cocina y me retiré la pieza que llevaba atada a la cintura dejando ver el vestido que me había puesto, volví donde estabas todos e...

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VivianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora