Aunque recibía llamadas y mensajes de Izrael todos los días, no fue hasta una semana después cuando se decidió a buscarme, nunca habíamos pasado por algo así y yo no sabia como actuar con el.
El día en que fue a mi casa, yo acababa de llegar de la universidad cuando escuché la puerta abrirse, me asomé desde la cocina para verlo, traía un enorme y hermoso arreglo de rosas rojas con una caja de chocolates Ferrero Rocher.
- ¿Me perdonas?- dijo con cara de cachorro herido, fruncí mis hombros, como queriendo decir me da igual, pero no pude resistirme, yo tenía mucha hambre en ese momento y los chocolates eran perfectos para calmarla -Vamos chiquita, sabes que te adoro y eres mi vida- Se acercó aún más hacia mí y comenzó a depositar pequeños besos en mi cuello, yo traté de hacerme la dura y mantener mis distancias, pero como dije tenía hambre y soy muy vulnerable en ese estado.
-No, no lo sé, porque nunca demuestras- dije molesta, sus besos no me iban a descontrolar, hoy no.
-¿Y esto no es demostrarlo?- tomó mi mano y me invitó a sentarnos en el sofá, destapó la caja de chocolates y me dio uno.
-Dime algo Izrael Saad-Dije mirándolo fijamente, mientras me llevaba uno de los bombones a la boca- ¿A qué le tienes miedo?- A pesar de todo conocía a Izrael, sabía que algo le impedía estar conmigo con todo su ser y quería respuestas.
-No pasa nada bebe, es solo que me gusta estar contigo aquí, no quisiera soltarte ni un segundo.
-Me gustaría creerte
-Me gusta tenerte para mi solita-Volvió a decir-pero si quieres salir, esta bien, tendremos una cita romántica hoy- dijo levantándose del mueble.
-Unju ahora si quieres salir verdad? -El asintió -Pues ahora la que no quiere soy yo.
-Jajaja no me digas- se burló de mi, tomó mi mano para ayudar a levantarme - Vamos, ya reservé el lugar-Me terminé de levantar del mueble y me fui a cambiar aún con la duda de que de verdad fuéramos a salir, para mi sorpresa me llevó a un restaurante muy lindo y elegante, un poco alejado de la ciudad .
-Me encanta estar contigo- no dejaba de susurrar a mi oído, mientras esperábamos lo que ordenamos.
-No te creo
-Te juro mi vida que no te miento y te tengo otra sorpresa- Dijo levantándose de la mesa, salió del restaurante y regresó con una caja no muy pequeña envuelta como regalo -Esto es para ti, quiero que lo aprecies como sé que aprecias nuestro amor- dijo entregándome la caja que yo comencé a destapar.
-Aww amor que hermoso- era una bufanda de color azul y tejida a mano, cosa que me sorprendió bastante viniendo de Izrael, sus regalos solían ser muy ostentosos -Gracias bebe, me encanta- le dí un pequeño beso.
-Sabes que espero algo a cambio ¿no?
-Ahh si y ¿Qué quieres?
-Esta noche quiero estar contigo y hacerte el amor despacio- susurró a mi oído.
-¿y Crees que con esto me vas a convencer?
-No Viviana, no juegues conmigo- yo solo reía- mira que he tratado de ser un caballero, pero estoy que no aguanto.
-Jajaja- Reí al escucharlo-Veré que puedo hacer contigo-le dije aún sonriendo, después de unas copas de vino y una rica cena fuimos a mi casa, como siempre, mis ganas de hacer el amor estaban a flor de piel y el no dejaba de decirme las cosas que deseaba hacerme esa noche, yo ya estaba impaciente.
-Te necesito- Susurraba a mi oído- entramos a mi cuarto y nos tumbamos en la cama, sus dedos se enredaban en mi pelo, mis manos acariciaban sus brazos, me coloqué sobre el aún con nuestra ropa puesta, tomé sus pantalones y comencé quitárselos, luego sus calzoncillos, su miembro ya estaba erecto y comencé a practicar con el lo que había aprendido, Izrael jadeaba y no dejaba de alabar mis labios y en como me había vuelto una experta, su cuerpo se arqueaba de placer y en pocos minutos su ser no logró resistirse a la maravillosa sensación.
-Cuando te volviste tan mala?- Dijo al terminar
-No entiendo a que te refieres bebe- dije con una sonrisita en mi rostro -No te vayas a dormir, aún queda mucho por hacer- El sonrió y me abrazó, esa noche la pasamos tan bien.
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Viviana
Roman pour AdolescentsViviana- Sirvienta, Mejor Amiga y Amor de mi Vida .. Izrael y Viviana vivieron en la misma casa desde su infancia, aunque no en las mismas circunstancia, el era el hijo de los dueños, ella era la hija de la sirvienta, entre ellos nacieron sentimient...