Viviana

11. Trátame Suavemente

Después del acalorado día anterior llegué a la escuela y todos los ojos estaban en mí, supongo que les parecía extraño que un chico como Izrael fuera al colegio por mí, busqué a mis amigos en el pasillo hasta que por fin encontré a Arlet, necesitaba apoyo moral, para no sentirme como bicho raro.

-Viv!- me recibió con un abrazo, a diferencia de mi, ella se sentía más a gusto con la atención de todos-Cuéntame ¿cómo te fue con el bombón?- dijo de forma picara.

-Arlet me conto todo- dijo Johan integrándose al grupo.

-Solo me llevó a la casa- reí un poco nerviosa ante el cuestionamiento- ¿qué otra cosa podría pasar?

-si ¿y cómo les fue en el camino?- Preguntó Arlet

-Bien, Arlet, nos fue bien- le di la vuelta para que nos fuéramos al salón de clases, al entrar tomé mi asiento y comencé a hablar con Johan de la tarea, hasta que Dayanara la chica más popular de la escuela se acerco a mí con su grupo de amigas.

-Hola Viviana- realmente me sorprendió que se supiera mi nombre -Oye ese chico que vino ayer por ti ¿es Izrael Saad verdad?

- Si creo que así se llama- me voltee hacia Johan para esquivar el interrogatorio.

-Ok, no me digas que ni su nombre te sabes- dijo otra de las chicas- Porque el parecía conocerte muy bien- se quedaron mirándome de una forma muy acosadora, esperando mi respuesta.

-Bueno, eso no es importante y  si me permiten, tengo que terminar la tarea- voltee una vez más y se fueron a sus pupitres no muy convencidas de mi respuesta. Me hubiese encantado que ese fuera el único momento incomodo durante el día, pero no me libre tan fácil del resto, muchos me detuvieron a preguntarme quien era el chico del carro y porque había ido a buscarme, personas que nunca en la vida me habían dirigido la palabra, puros metiches.

-Me acaba de enviar un mensaje Izrael - me detuvo Arlet mientras caminábamos a la salida.

-¿Cómo es que tiene tu numero?- pregunté

-¿y Cómo es que no recuerdas? Fue ayer - Ciertamente entre las muchas cosas que ambos hablaron, él le pidió el teléfono para cuando quisiera hablar conmigo, porque yo no tengo.

-Ah sí, ya recuerdo y que dice?

-Uyyy, dice que viene a buscarnos 

-Ay no, dile que no venga, por favor

-Esta bien, le escribiré- dijo mientras tecleaba en su celular- Dice que nos buscara en otra parte

-mmm, entonces dile que puede ser en la parada de autobús -Arlet y yo seguimos caminando hasta nuestra acostumbrada parada de autobús, el ya estaba ahí esperándonos, nos saludó a ambas, a mí con un pequeño beso en los labios.  

-No sabes el día que he tenido por tu culpa- Le reproché después del pequeño beso- odio tener que inventarme historias.

-jaja y porque inventas historias, por qué no dices la verdad? ¿te avergüenzas de mi?

-Ay, claro que no, es que no quiero tener que dar explicaciones

-Lo siento amor, no quiero que te vayas sola a casa, queda muy lejos y es peligroso- aww, es todo un amor, tomó mis manos y me llevó hasta el carro, llevamos a Arlet hasta su casa y luego en el camino Izrael me compró algodón de azucar, ni siquiera le importó que lo comiera en el auto, eso es mucho! todo el camino íbamos riendo, había olvidado la hermosa conexión que teníamos, cuando estábamos juntos el tiempo volaba.

Izrael

Fui al colegio a buscar a Viviana para pasar el tiempo que no podíamos en la casa, no hay forma de explicar lo que estoy sintiendo por ella, es lo único en lo que logro pensar, anoche pasó lo que por tanto tiempo había esperado y valió la pena, ella definitivamente es todo lo que necesito para sentirme mejor, no sé qué sería de mi sin ella.

Todo el camino íbamos riendo, la conexión entre nosotros era increíble, solo existe un problema del que no logro deshacerme y es su aspecto, me siento horrible al pensar así y no es que no me guste, me encanta, me encanta todo de ella sus piernas, sus senos, sus caderas, sus ojos color sol y sus labios uff! Podría pasarme todo el día besándolos, el problema es que mis amigos me molestarían si se enteran de que salgo con una gordita, los conozco y sé de los que son capaces y mi mama, bueno no quisiera pensar lo que haría si se entera que estamos juntos, probablemente la echaría de la casa y no le darían la beca de la universidad, eso no lo puedo permitir.

- No quiero seguir haciendo esto- dijo mientras comía el algodón que compramos en el camino– no es que no me gustes, me encanta estar contigo, pero no quiero terminar siempre sintiéndome mal.

-¿Por qué lo dices?- pregunte, aunque sabía a que se refería, sabía que ella merecía alguien que estuviera orgulloso de presumirle.

-Porque tienes novia y además siento que estoy traicionando a todos.

-No tengo novia, mi novia eres tu- tomé su mano desocupada entre la mía y le di un pequeño beso- no te preocupes, saldremos de esto.

-Pues hasta que no "salgamos de esto" no volveré a estar contigo- reí ante su comentario

-Como si fuera posible controlar lo que sentimos- dije aun riendo, ella me miro y me di cuenta que decía la verdad, aunque aún no la aceptara tal y como es debía mostrarle que la respeto.

-¿Qué es lo que te lo impide?- me preguntó

-Pues me gustaría que al menos avanzaras en la universidad, conozco a Elizabeth, ella no dudaría en quitarte todo.

-¿Tú crees de haría eso?hablas de tu madre como si fuera un monstruo- dijo en tono preocupado.

-¿Es que no la conoces?

- esta bien, supongamos que es así ¿y con Katherine por qué necesitarías tiempo?- dijo regresando al tema.

-Entre ella y yo no hay nada, pero si necesitas que deje de buscarme entonces yo hablaré con ella.

-Pues espero que puedas hacerlo- fue lo último que dijo, la dejé en la parada de autobús donde insistió, en vez de ir a la casa decidí llamar a Katherine, necesitaba dejar todo claro si quería volver a estar con mi princesa.