Izrael
Terminaba de empacar mis maletas para la universidad y estaba feliz, creo que lo que más me gustaba de todo esto es lo cerca que estaría de mi Vi, estos meses han sido muy buenos a pesar de tener que hacerlo a escondidas, pero después de hoy las cosas cambiaran para nosotros.
-Izrael hijo, ya baja por favor que se les hace tarde- gritó mi madre desde el primer piso, se escuchaba molesta, pero aún así no podía ocultar lo triste que estaba.
-Ya voy - corrí al comedor y después del emotivo desayuno con mis padres y los gemelos me preparé para irme, le dije a mi madre que Viviana se iría conmigo, ella no se opuso y no tenía motivos para hacerlo, ambos habíamos disimulado muy bien lo que estaba pasando.
-Izrael vamos súper tarde para el taller de orientación, sabes que no me gusta llegar tarde- se quejaba mientras se colocaba el cinturón, me quedé observándola unos segundos, llevaba una cola alta y en sus labios llevaba un color rojo que provoca hacerle de todo, se dio cuenta que la observaba y me regaló esa sonrisa angelical que la adornaba siempre.
-No seas gruñona, llegaremos a tiempo- encendí el auto y coloqué mi mano en la suya para que se calmara .
Llegamos a la universidad y aún con todo nuestros equipajes en el coche, nos fuimos a nuestras respectivas aulas. Después de un agotador primer día estaba listo para ir a casa y tener un poco de la medicina que necesitaba, pasé a buscarla por la cafeteria de la universidad y nos fuimos a su departamento, la verdad es que no estaba dentro de mis planes vivir separado de ella, pero ella se oponía a tener que ocultarse si mis padres me visitaban, así que buscamos lugares muy cerca de mi departamento, eran pequeños y muy costosos, todos estaban fuera de su presupuesto, así que con el último le pedí al agente inmobiliario que mintiera sobre la renta y que yo pagaría el resto del alquiler, se que ella no lo permitiría, pero no quería que estuviera lejos de mi.
-Muerooo de hambre ¿Quieres que preparemos algo de comer o compramos algo?- Preguntó al subirse al carro –Izrael, Izrael ¿qué dices, una pizza tal vez?
-¿Pizza quieres?- pregunté sonriendo
-Sí, además tenemos que desempacar todo ya que un jovencito que vino a ayudarme con la mudansa la semana pasada prefirió hacer otras cosas- reí ante el comentario.
-Soy culpable de cometer ese delito- dije llevándome una mano hacia el pecho – pero estoy dispuesto a enmendar mi error ofreciéndote de nuevo mi ayuda y esta vez prometo no distraerte.
Viviana
-Acepto tus disculpas- dije riendo, Izrael se estaba comportando como un príncipe, el chico que cualquiera desea tener- ¿Entonces pizza?- volví a preguntarle
-Sí, pero pidamos en casa mejor, estoy muy cansado- dijo
-Está bien amor- llegamos a mi departamento, no era tan grande como el de Izrael, pero era muy coqueto y lo más impresionante era el precio del alquiler, después de pedir una pizza grande, dejé a Izrael en la sala organizando algunas cosas, mientras buscaba entre las maletas una toalla, sabanas y mi pijama azul, fui a darme un baño, lleve mi cabello hacia atrás haciéndome una cola y cerré la puerta. Fue muy inocente de mi parte pensar que Izrael se quedaría tranquilo.
Entró mientras me duchaba y me abrazó por la espalda, comenzó a besar mi cuello suavemente hasta que me di vuelta para encontrar su rostro con el mio e iniciar un suave beso.
-Mmm Bebe, no estas cansado?- Pregunté mientras continuaba besando sus dulces labios.
-Para esto nunca estoy cansado- continuo besándome, no podía evitar el deseo de acariciar su pelo y su espalda, el beso se fue haciendo más intenso, el fresco olor a limón y lavanda de mi gel de baño le daba un toque especial al momento, como si nos encontráramos libres en la naturaleza, solos y desnudos, tomó mis piernas en sus brazos que aunque delgados nunca fueron débiles para soportar mi peso y me sostuvo sobre su cintura, la sensación de nuestras partes intimas rosándose y los besos delicados en mis senos endurecidos eran el detonante perfecto, con mis piernas entrelazadas en su cintura y sus manos en mi trasero ocurrió lo que mi cuerpo tanto deseaba, sentirlo dentro de mi, esa era la mejor sensación que había experimentado, la bañera parecía arder en fuego, seguía introduciéndose en mi, subiendo y bajando al ritmo de nuestras respiraciones, un temblor se apoderó de mis piernas hasta llegar al punto máximo, cuanto amaba esa sensación, salimos del momento y nos fuimos hasta la cama, ni siquiera pude ponerme la ropa, recostada sobre su pecho me quedé dormida hasta el día siguiente.
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Viviana
Novela JuvenilViviana- Sirvienta, Mejor Amiga y Amor de mi Vida .. Izrael y Viviana vivieron en la misma casa desde su infancia, aunque no en las mismas circunstancia, el era el hijo de los dueños, ella era la hija de la sirvienta, entre ellos nacieron sentimient...