Sentada debajo de un árbol de la universidad, pensando en Izrael, Que sorpresa! Lo he extrañado demasiado, de verdad pensé que no tardaría en buscarme, pero no lo ha hecho y aunque no lo vaya a perdonar, duele muchísimo en el corazón, quizás ya se olvidó de todo lo que vivimos, estaba muy concentrada en el pensamiento que no me di cuenta que alguien me llamaba.
-Viviana, Hey Viviana! - era Max
-Hola Max!- saludé
-¿Ya terminaste de clases?
-Si, recién terminé, estoy esperando a Mari para ir a comer algo, muero de hambre.
- ahh puedo ir con ustedes?
-Claro, no tienes ni que preguntarlo- Sonreí-Ven siéntate conmigo a esperarla
-Y dime Viviana, en que tanto pensabas?
-Yo?- dije sorprendida por la pregunta
-Si, tú, tenia ratos llamándote, pero estabas lejos- por supuesto no planeaba decirle que pensaba en Izrael, pero por suerte mi teléfono sonó salvando el momento.
-Ay disculpa Max, es Marisol- Tomé mi celular y Marisol llamaba para decirme que no podría comer conmigo, así que decidimos irnos solo nosotros, llegamos a la cafetería de la universidad y pedimos nuestra comida, después de comer empezamos a hablar de una clase que teníamos en común y en un momento de esos en los que uno se queda en silencio...
-Viviana estas muy diferente últimamente- dijo después de darle un sorbo a su refresco, tratando de actuar casual.
-¿Porque lo dices?- pregunté
-Bueno, de alguna forma te ves más.. no se.
-¿Delgada?- aunque no esperaba que esa fuera su respuesta, si estaba cambiando mis hábitos alimenticios y eso gracias al idiota de Izrael y sus hirientes palabras.
-Sí, eso es claro.... pero mejor olvídalo.
-ahh no, no me dejes con la incertidumbre- dije riendo
-No es nada malo, no te preocupes olvídalo si.
- Está bien, pero aunque sea algo malo puedes decírmelo ¿lo sabes, verdad?
-mmm, espero nunca tener nada malo que decirte
-Está bien- dije un poco intimidada por la forma en la que aveces me mira.
-Y qué harás este fin de semana?-cambió de tema-veras a tu madre no?
-Si, estoy super feliz de verla-le conté todos los detalles de la fiesta de este fin de semana, estaba emocionada de ver mi madre despues de tanto tiempo, también de ver a Adam y a los gemelos, pero triste de tener que ver a Izrael, miré mi reloj, ya era hora de irme a la próxima clase -Creo que es mejor irnos- le dije aún mirando el reloj, fuimos caminando hasta la próxima clase en la que estábamos juntos.
-Oye Viviana- dijo mientras caminábamos- Tengo ganas de ver el estreno de una película y quería saber si quisieras ir conmigo
-Ehh- no sabia que responderle, por supuesto que quería salir, pero no quería que las cosas entre nosotros se pusieran incomodas.
-Es solo como amigos-dijo y sonrió
-Mmmm está bien- le contesté, supongo que si es así no habrá malentendidos, aún no es tiempo de estar con nadie más.
-Perfecto, será en la próxima semana entonces-Se despidió de mi con un beso en la mejilla, fue un simple beso, pero no como el que se dan dos amigos, sentí algo que hizo mi cuerpo estremecerse, como si quisiera sentir algo más que un simple roce de mejillas.
Terminé de despedirme de el y continue mi trayecto hasta la clase, iba mirando el piso como siempre distraida, cuando de pronto tropecé con un cuerpo, subí la mirada para encontrarme con el rostro de Izrael se veía molesto y llevaba una chaqueta negra que lo hacia lucir como todo un chico malo, tardé unos segundos en asimilar lo que estaba pasando, cuando decidí que lo mejor era ignorar y ni siquiera dirigirle la palabra, me dispuse a irme, pero el sujeto mis brazos.
-Me sorprendes- dijo con un tono sarastistico-Sabia que entre ese tipo y tu habia algo.
-No quiero hablar contigo- dije intentando salir de su agarre, pero era imposible, se acercó a mi y luego susurró a mi oido
-Te voy a dejar ir, porque no es lugar, pero entiendelo, tu eres solamente mía- me soltó y continuo caminando como si nada hubiese pasado.
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Viviana
Teen FictionViviana- Sirvienta, Mejor Amiga y Amor de mi Vida .. Izrael y Viviana vivieron en la misma casa desde su infancia, aunque no en las mismas circunstancia, el era el hijo de los dueños, ella era la hija de la sirvienta, entre ellos nacieron sentimient...