Había tenido una noche muy difícil y una mañana que iba peor, me dolía de solo pensar que mi madre ya estaba en un avión camino a otro país y que por primera vez en mi vida me iba a quedar sola, fue una mañana muy emotiva y antes de salir de casa para irse solo pronuncio unas palabras.
-Izrael, ven acá por favor- lo llamo justo desde la puerta- sabes que eres como un hijo para mí.
-y tú eres como una madre- contesto con sus ojos aguados.
-Te quiero, pórtate bien y no me decepciones- decía mientras lo abrazaba y aunque podía referirse a cualquier cosa, yo sabía muy bien que hablaba de mí y en el camino lo confirme, ella iba tomada de mi mano, se que quería decirme muchas cosas, pero su orgullo de madre fuerte no la dejaba.
-Viviana, ¿sabes que debes olvidarte de él verdad?- Fue lo único que dijo justo antes de alejarse de mí.
- mamá yo no siento nada por el- al parecer eso era lo único que podía preocuparle a mi madre, me fui a la escuela con una tristeza enorme, el día parecía eterno, no dormí en toda la noche y solo quería llegar a la casa y acostarme, aunque cuidar a los gemelos no me lo permitiría.
Me dirigí a tomar el autobús para ir a casa, Arlet iba conmigo
-Wow Viviana! - Gritó Arlet colocando uno de sus brazos delante de mí, obligándome a detenerme- Mira que maquina de carro - dijo señalando el auto rojo en la entrada que estaba ya rodeado por varios estudiantes que lo miraban asombrados.
- Arlet no seas exagerada- Le dije aún con mis ojos fijos en el carro casi idéntico al que le habían regalado a Izrael hace unos meses, pero eso no era posible porque él nunca iba al colegio en su auto y además es muy temprano para que haya salido del colegio.
-Ven, ven vamos a verlo- Arlet me tomó por un brazo y casi me arrastro hasta el lugar, cuando me acercaba confirmé que se trataba de él, comenzó a gritar mi nombre, me di la vuelta para caminar por el otro lado, el continuaba llamándome y todos me miraban.
-Oye, Oye ¿Qué pasa? vengo a buscarte y tú me huyes- dijo agitado al alcanzarme.
-Izrael ¿qué haces aquí?- le dije cruzando mis brazos
-Vine a buscarte- contesto con una gran sonrisa en su rostro, esa hermosa sonrisa que amaba.
-¿y por qué has salido tan temprano?- pregunté alzando las cejas
-Me escapé, pero ya deja el interrogatorio que nana se haya ido no quiere decir que tu harás su trabajo- me tomó de las manos y me llevó hasta el carro, yo moría de la vergüenza, mañana todo el mundo me estará haciendo preguntas y lo que menos quiero es dar explicaciones.
-Nos vemos- se despidió de los chicos que lo rodeaban como si se conocieran de hace tiempo, antes de subir vi a Arlet decir adiós y la llame para que viniera.
– ¿llevemos a Arlet si?- además de que ayudaría a mi amiga, las preguntas serán menos extrañas mañana y además evito que Izra se pase de la raya.
-Está bien, pero ya ves que este carro no tiene mucho espacio-
- Que quieres decir con eso?- Fruncí el ceño-Está bien que no somos modelos, pero no es para tanto- el sonrió, señalé a Arlet que entrara y nos fuimos, todo el camino ambos iban hablando, eran como dos cotorras, me gustaba ver que se llevaban tan bien, dejamos a Arlet en su casa y nos dirigimos a la mansión, yo estaba muy preocupada de que uno de los señores estuviera al momento de llegar y aunque no dije nada Izra pudo notarlo.
-Tranquila, no están en casa- sentí como colocó su mano sobre la mía, yo la retiré de inmediato.
-¿De qué hablas?- dije confundida ¿acaso podía leer mi mente?
-De mis padres, ¿eso es lo que te preocupan no?
-No, mi madre se fue hoy, eso es lo que me preocupa y a todo esto ¿por qué me has buscado?
-Porque quería pedirte algo- estacionó el auto
-y ¿qué es lo que quieres pedirme?- pregunté intrigada
-quiero que vayas a un lugar conmigo- lo miré fijamente –no quiero que me preguntes donde, solo que confíes en mi - dijo y volvió a colocar su mano sobre la mía, la iba a retirar de nuevo, pero apretó tan fuerte que no pude soltarme y para ser sincera no quería hacerlo.
-¿y a dónde vamos?- pregunté curiosa.
-Es algo que quiero enseñarte desde hace mucho- traté de sacarle información, pero era imposible- y no te preocupes por los gemelos, le dije a mi madre que me acompañarías- me quedé más tranquila después de eso, corrimos bastante y ya me estaba preocupando y no tenia teléfono para llamar a María, después de unas tres horas llegamos a un edificio muy lujoso.
-¿Qué es esto?- pregunté antes de bajar del coche
-Ya deja tu impaciencia Vi- bajamos del coche y entramos hacia un ascensor, subimos al cuarto piso y al llegar había una hermosa puerta de madera y muy grande, sacó una tarjeta de su billetera y abrió la puerta.
-¿Esto es tuyo?- pregunté asombrada, era un departamento hermoso, me acerqué a una pequeña mesa en la entrada y habían portar retratos con fotos de Izrael y la familia.
-Si- se acercó por mi espalda mientras estaba mirando el retrato, colocó su cabeza en mi hombro y tomó mi cintura, estremeciendo todo mi ser, algo que no podía permitirme, así que me alejé de él -recuerdas la universidad donde estudiaremos?
-Sí, claro que lo recuerdo- le dije, tratando de pretender que lo que pasó hace unos segundos no fue nada
-Es aquí cerca, mis padres me regalaron este departamento para que viva aquí mientras voy a la universidad.
-Wow tienes mucha suerte, es muy hermoso - caminaba asombrada viendo todo el lugar.
-¿Tu ya has buscado donde vivirás?- dijo mientras me seguía hasta la cocina.
-Yo, ni siquiera lo había pensado- en menos de dos meses terminaría la secundaria y no tenía idea de donde iba a vivir, aunque si tenía claro que alquilar un cuarto sería lo más conveniente.
-Estaba pensando que puedes quedarte aquí conmigo...
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Viviana
Fiksi RemajaViviana- Sirvienta, Mejor Amiga y Amor de mi Vida .. Izrael y Viviana vivieron en la misma casa desde su infancia, aunque no en las mismas circunstancia, el era el hijo de los dueños, ella era la hija de la sirvienta, entre ellos nacieron sentimient...