17.

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Millie buscaba con la mirada a cierta pelirroja que la había dejado en mitad de una crísis nerviosa, el horario de clases había terminado y no habían coincidido en ninguna de estas. Finalmente, logró verla a unos cuantos metros en el pasillo en compañía de Gaten. La castaña emprendió camino hacia su dirección algo apurada, empujando a ciertos estudiantes hasta que una mano toma la suya deteniendola por completo.

La castaña se gira con una mirada molesta, la cual cambia de inmediato en el momento en el que se encuentra con el chico pecoso.

-Hey Mills ¿Vas muy apurada? ¿Tienes algo que hacer hoy? -le suelta tan rápido que Millie casi no puede entender todo lo que dijo. Le toma unos segundos procesarlo pero cuando sus palabras toman sentido en su mente se siente temblar y una gran sonrisa se forma en su rostro.

-No realmente ¿Por qué?-decide jugar un poco con el chico, aunque sabe a la perfección a que va a llegar con todo esto. Y le encanta.

-Bueno... Hoy es viernes y... Me preguntaba que si tú... Bueno, quisieras salir conmigo, ver una película quizás-Finn rasca su nuca algo nervioso.

-¿Es una cita?-Millie se cruza de brazos y eleva una de sus cejas. Sintiendo un violento torbellino en su estómago.

-Si tú lo quieres así, puede serlo-Finn desvía su mirada con una pequeña sonrisa.

-Me encantaría, Finn Wolfhard-el chico en ese momento la mira a los ojos sonriendo alegre, es ahí cuando nota que sus manos aún siguen juntas. Los dos chicos observan sus manos entrelazadas con mirada curiosa, sin evitar que un sonrojo aparezca en sus mejillas al notar como estas encajan de manera perfecta.

Finn aleja sus manos con una sonrisa nerviosa, pensando que tal vez podría estar incomodando a la castaña con aquel contacto. Millie tuvo que morder su lengua para no quejarse al respecto.

-Vámonos entonces-Finn le hace una pequeña seña para que la chica lo siga a la salida. La menor se gira un momento cuando siente ciertas miradas sobre ella. Al girarse, Sophia y Gaten los miraban con rostro de sorpresa y sin embargo con sonrisas enormes. Incluso pudo escuchar el grito fangirl que los dos jóvenes habían lanzado al aire.

-Hey Finn, mamá ha preparado tu platillo favorito, sería increíble que vinieras hoy que es tu día libre-Iris Apatow se cruza en su camino sonriendo alegre. Incómodo, sin duda.

-Lo siento Iris, pero ya me he comprometido con Millie-el pelinegro vuelve a tomar su mano mientras sonríe amable, la rubia parece darse cuenta de la presencia de Millie de una vez por todas. Iris realiza aquella expresión facial de desacuerdo que Finn conoce muy bien.

-Uh, bueno. Otro día será-Iris sonríe de manera falsa y se aleja con pequeños pasos sintiendo en su interior algo que hace mucho no sentía "El peso de la derrota".

-Oye, si quieres ir con ella no importa... Lo podemos posponer-Millie le sonríe algo culpable, sentimiento que no llega a sus ojos.

-¡Por supuesto que no!-Finn exclama de inmediato-. Millie, si tuviera que elegir pasar una tarde entre Iris y tu, te elegiría mil veces sin dudar un solo segundo-ni siquiera sabe porque aquellas palabras salen de sus labios, ¿Se escucharía raro? ¿Cómo un acosador maniático? Por otro lado, las mejillas de Millie no podrían estar más sonrojadas, sin embargo hay una sonrisa en su rostro. Finn intuye que aquello es una buena señal.

Y tomados de la mano, salen de la escuela entre risas y comentarios.

Al llegar al cine, los dos jóvenes tienen una leve pelea sobre que película deberían ver. Al final, después de lanzar una moneda al aire y por pura suerte. La ñoña película de Finn han ganado. Star Wars en lugar de Infinity War, Millie quiere comenzar a llorar en aquel momento.

En realidad, toda la película se la pasaron charlando y riendo, incluso lanzándole palomitas a unas cuantas personas que se quejaban de su comportamiento. Finn había demostrado ser todo un prodigio en el arte de atrapar palomitas con su boca y Millie era simplemente increíble al momento de hacerle bromas a las personas sin ser descubiertos. Al final de la película se habían declarado el equipo perfecto.

Finn había detenido su auto en un pequeño parque bastante agradable, el pecoso se bajó velozmente de su auto para abrirle la puerta a la castaña y ayudarla a bajar.

-¡Me pido el elefante!-Millie exclamó al ver los bonitos columpios en forma de animales. Finn soltó una carcajada al ver el entusiasmo de la castaña que de un salto se subió al elefante apenas pudo. Finn le dio un suave empujón para que el elefante tomara algo de impulso, la castaña soltó una risa alegre mientras extendía sus brazos en el aire como aquella escena en el Titanic.

Después de estar unos cuantos minutos en los columpios, los dos jóvenes deciden dar una vuelta por el parque en un silencio cómodo. Millie se dedica a mirar al chico por el rabillo de su ojo, Finn parece concentrado en sus pies y en cada paso que da. La duda sobre la situación con Iris vuelve a su cabeza de manera inmediata ¿Estaría bien preguntarle sobre aquello?

-Finn, tu...-Millie muerde su labio algo indecisa, aún no sabe que palabras podría utilizar con precisión.

-¿Yo...? -el pecoso la observa fijo dejándole en claro que tiene su completa atención, incluso se detiene en su lugar, obligando a Millie a hacer lo mismo

-¿Aún sientes algo por Iris?-decide soltar después de unos segundos, el rostro de Finn empalidece de inmediato.

-Uh ¿Cómo te enteraste de aquello?-el pelinegro pone una de sus manos en su tabique con una expresión indescriptible.

-Al parecer muchos saben sobre "aquello"-la castaña hace comillas en el aire, mirando fijamente al pecoso.

-Bueno... Yo, creía estar enamorado de ella, sin embargo he empezado a pensar en otra persona hace unos días, por más que intente no he podido dejar de pensar en esa persona-Finn decide ser honesto, algo nervioso de que la chica reaccione mal a sus sentimientos. No se sentía listo para ser rechazado... No por ella.

Un nudo se forma en la garganta de Millie, su corazón se acelera de una manera impresionante. No sabe que responder.

-¿Puedo... Saber quién es esa persona?-le logra cuestionar después de un largo minuto. La chica jura que si en verdad el no está hablando de ella como asegura Sophia, se mudaría del país, tal vez incluso del continente.

El corazón de Finn va a mil por hora, no sabe que responder. Un fuerte impulso se apodera de su cuerpo. De repente el rostro de la castaña no se encuentra tan lejos y los pocos centímetros que los alejaban se desvanecen de inmediato. Millie Brown y Finn Wolfhard se besaban en medio de aquel parque aquella noche de otoño.

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Asdffghjkkllñ.

Esto lo iba a publicar el sábado, pero no me pude contener 😂❤.

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