Free Wifi |Fillie|

25.

Había pasado un mes, si, tal como lo escucharon, Fillie había prevalecido entre las garras de las discordia por más de 30 días, habían tenido sus pequeños malentendidos, como toda pareja común y corriente. Pero lo habían sobrellevado a la perfección.

Finn había tenido que entender a las malas que cuando su novia se molestaba lo adecuado no era ser insistente, tan solo bastaba darle unos minutos para que se calmara y así podrían discutir de manera civilizada.

Millie aprendió todo sobre la inseguridad de su novio e intentaba darle disimulados halagos para que el autoestima del chico subiera. Los dos conocían los gustos y disgustos de cada uno e intentaban evitar relacionarse con aquellos lo más que podían.

Fue en una tarde lluviosa en la cual mientras realizaban su tarea con tazas de café en mano cuando Millie le confesó que no le agradaba la cercanía que Iris Apatow imponía cada vez que se acercaba a su novio. Y Finn entre suspiros vergonzosos admitió lo mucho que le disgustaba la manera en la cual la castaña intercambiaba marcadores y lápices con Edward Benson en la clase de aritmética.

Sophia y Gaten parecían haber enloquecido, habían creado juntos una cuenta de fans de "Fillie" Como habían decidido llamar al shippeo, y cada tarde de viernes que todo el grupo de amigos salía a comer en la cafetería Vitale, en donde un muy enfuruñado Jaeden no paraba de reclamarles lo molesto que era cuando tenía que atenderlos, gran parte del grupo se encargaba de tomarles fotos embarazosas para agregarlas a su colección.

Millie había que tenido que sumergirse en una intensa pelea en el Mario Kart en contra de Jack Grazer para ganar el corazón de Finn, el cual logró ganar de manera victoriosa luego de 3 carreras.

Las cosas no habían cambiado mucho, Sadie aún no se atrevía a hablarle y ahora se le veía muy a gusto con su trasero pegado en la mesa de los populares al lado de Edward y James. Tenía que admitir que le había dolido... Y cuando decidió sacarle información a Edward al respecto, el tan solo esquivó la respuesta con una sonrisa decaída. Toda la escuela se encontraba extraña... Como si alguna sorpresa shockeante se avecinara.

—Mañana será seis de Julio—Gaten canturrea a su al rededor con una sonrisa que se podía divisar hasta en el polo norte.

—No la presiones, Gates. Aún no tiene el regalo perfecto para Finn, no pasará mucho como para que colapse y se arrodille ante nosotros buscando ayuda y como los misericordiosos mejores amigos que somos la ayudemos a encontrar aquel lindo dije de una guitarra —Sophia le explica calmadamente.

—¿Como supiste de... Wow, es una grandiosa idea

—Lo sé, soy increíble—la cobriza sacude su brillante y corto cabello en un gesto de orgullo—. Lo tengo todo perfectamente calculado, Mills—le explica, como si lo que acabara de decir fuera una explicación que dejara todas sus dudas aclaradas, por supuesto que no lo era. Estaba a punto de sugerirle a Sophia la idea de ser practicante de magia negra cuando es rodeada por unos brazos delgados.

Sonríe de inmediato al reconocer el suave olor a mentas y perfume Tommy Hilfiger, si, se había tomado la molestia de revisar la marca de perfume que su novio usaba, era embriagante. Se giró para rodear al chico con sus brazos y acercarlo lo mayor posible hacia ella, los dos se giraron entornando sus ojos al escuchar el sonido de una camara sacando una fotografía.

—Es para sus fans, chicos—Gaten les da una vaga explicación— ¿Sabían que ahora son famosos en sudamérica? Una tal "María José algo" Los promocionó en todas sus redes sociales—el de chinos sonríe con orgullo. Aquella latina traidora...

—Jesús, no puedo creer que enserio ustedes se hayan tomado el atrevimiento de crear esa página de fans sobre nosotros—el pecoso la rodea por su cintura mientras esconde su rostro en su cuello provocándole ciertas cosquillas a la menor.

—Somos increíbles, lo sabemos—Sophia sonríe con indulgencia.

—¿Vendrás a la cafetería hoy?—Finn ignora a la pelirroja para cuestionar a su novia junto con un pequeño puchero en sus labios.

—Lo siento, bebé, pero hoy es día de chicas. Gaten, Sophia y yo iremos de compras—le explica pellizcando sus mejillas con adoración. El pelinegro suelta un suspiro decepcionado.

—¿Día de chicas? ¿Disculpa? —Gaten pone una mano en su pecho fingiendo estar indignado.

—No tienes derecho a quejarte—Sophia contraataca poniendo sus ojos en blanco.

—Uh, claro que sí, los derechos humanos comprueban que estoy en mi libre derecho de decir lo que se me venga en gana.

—Pero tu eres nuestro esclavo—la cobriza le saca su lengua divertida.

Los dos adolescentes se sumergen en una pelea por la cual sorpresivamente no empiezan a intentar arrancarse el cabello como la última vez, Millie aprovecha aquel tiempo para despedirse de su novio antes de que los dos contrincantes la arrastren al, auto de Gaten sin despedirse de manera adecuada.

—No hagas planes para mañana—Finn le advierte entrecerrando sus ojos, sin embargo se encuentra sonriendo.

—Mi agenda esta totalmente disponible para tí—le responde guiñandole uno de sus ojos, el pecoso suelta una risa y se acerca a la chica para darle un beso de despedida.

—Aveces su relación es tan tierna y melosa que pueden llegar a enfermarme—Sophia les comenta una vez que le dejó una bonita patada en la espinilla a Gaten el cual no para de quejarse.

—Puedo oler tu envidia—el ruloso le responde con una sonrisa de suficiencia.

La cobriza no se lo niega, la relación entre Millie y Finn había tenido sus altibajos, aún recuerda aquella semana en la cual se evitaron constantemente porque Millie no podía creer que su novio se había ido a cenar con la familia Apatow sin su consentimiento. Tiene un breve recuerdo de cuando se encontraban en la habitación de la cobriza pintando sus uñas escuchando las idioteces de Gaten, cuando Millie murmuró un simple "Aveces pienso que Finn es incapaz de decir un [No]. Siempre tiene que tener sus malditos valores por delante y no piensa en las consecuencias de su nobleza". Pero no habían durado mucho en arreglarse, tan solo bastó algo de comida y pucheros adorables para que la pareja superará aquel asunto.

Aunque había un pequeño problema que no dejaba dormir tranquila a la castaña, aquel problema tenía nombre y bonitos zapatos. Iris Apatow junto a su insistencia a estar cada día más cerca a su novio.

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