33.

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—Lo sé, y tendrás tus respuestas en este momento— Finn suelta un suspiro profundo mientras se dirigen al interior de la casa Brown con el objetivo de encontrar un lugar en el cual charlar de manera pacífica y con menos interrupciones posibles.

Deciden hacerse paso y adentrarse a la habitación de Millie en donde se acomodan sobre la cama de la recién nombrada en completo silencio como por lo menos un minuto, cosa que colmó la poca paciencia de la menor.

—Sigo esperando ¿Sabes?— le réplica de manera altanera, al parecer la fase enojada de Millie había regresado y si sus argumentos no eran lo suficientemente válidos despertaría a la enorme bestia que muchos evitan.

—Lo sé... El problema radica en que no tengo ni idea de por donde empezar— decide tomar el camino de la honestidad.

—Bueno, tal vez deberías empezar por... ¿Qué carajos pasó el viernes?— su tono irónico no ayudaba mucho a cambiar el ambiente pesado en incómodo.

—Edward terminó con ella— Finn observa sus manos para evitar la mirada centellante de su novia sobre el, no le gustaba esa expresión en su rostro, como si en cualquier momento fuera capaz de levantarse y juzgarlo sin piedad alguna. Pero no, Millie no era así, ella jamás lo haría. Y esa era una de las muchas razones por la cual se había enamorado de ella como nunca lo había estado de alguien más en su vida.

—Lo sé ¿Pero por qué?— la menor insiste nuevamente, Finn puede observar por el rabillo del ojo aquella tierna expresión de inconformidad.

—Básicamente, le dejó en claro que había otra persona en su vida y que prefería terminar las cosas antes de que el no se pudiera controlar más y explotara. Algo sobre ser honesto con las personas a su al rededor y consigo mismo. Fue extraño— Millie se quedó en completo silencio y de repente todo tuvo mucho sentido.

El porque Edward las últimas semanas parecía estar en otro mundo, su sonrisa recaía a cada instante y la temporada de fútbol había disminuido de manera brusca. Algo en definitiva estaba pasando con el, por su cabeza.

De repente recordó la noche anterior, cuando había pasado el tiempo con Jaeden y pudo ver a Edward en compañia de Sadie, se atrevía a afirmar que las cosas lucían bastante incómodas, se podía cortar la tensión en el aire tan solo con unas tijeras.

Dios, era como si todos los cables se estuvieran juntando de manera casi armoniosa para declarar el verdadero hecho.

—Dios, no lo creo, pensé que Edward jamás se atrevería a terminar con ella—la castaña lleva una de sus manos a su frente, tenía por seguro que al volver de las vacaciones de invierno la escuela estaría hecha un completo caos.

—Pues finalmente lo hizo— el chico repleto de pecas volvió a soltar un largo suspiro que logró dejar la piel de gallina a Millie— Pero eso no es todo— Finn duda un poco en sí en verdad se encuentra traicionando su amistad con Iris al contarle todo esto a su novia, tal vez la rubia no se sienta cómoda al respecto.

Se quedó meditando tan solo unos segundos, Iris Apatow de seguro no se sentiría a gusto si se llegara a enterar sobre su fuga de comentarios e historias melancólicas con Millie Bobby Brown. Y menos si se trataba de Millie, de la cual había lanzado uno que otro comentario venenoso hacia ella.

—Su padre la abandonó a una muy corta edad, Brownie. Aquel hombre tan solo desapareció y después de un tiempo se enteraron de que siempre había tenido otra familia, uno que otro mes aquel hombre se compadece y les envía algo de dinero, no es mucho, pero funciona— el pelinegro luce decaído al contar esto, como si el mismo tuviera la capacidad de sentir el mismo dolor que Iris estaba sintiendo en aquel momento, tal vez estaba de más decirlo ahora... Pero Millie no tardó en sentirse insegura ante esto.

—Vaya, no sabía, siempre pensé que Iris sería una de esas chicas que tenían la vida perfecta, que una de sus mayores complicaciones en el día sería que no tenía con que falda lucir unos tacones rosa o algo así— arrepentimiento, si,  aquello se podía ver a lenguas en el rostro de la menor que se dedicaba a jugar con sus dedos en tan aquella expresión nerviosa que tanto conocía Finn.

—Estuve ayudando a Iris en una misión, ella quería saber quién era su padre... Teníamos muy pocos datos, pero lo conseguimos y encontramos su familia. Todo pasó en una sola semana, fue un choque bastante extenso para la vida de Iris, ella ya no sabe que hacer y simplemente estoy haciendo lo que un muy buen amigo haría, darle mi apoyo moral— el pecoso lucía bastante incómodo con la situación, como si se arrepintiera de haber soltado todo aquello en el rostro de Millie traicionando sin lugar a dudas su supuesta lealtad incondicional a la rubia.

—Ahora me siento tan mal, la estuve juzgando por un largo tiempo a base de un estúpido capricho— la castaña confiesa, intentando ignorar la expresión ratificada de su novio que parecía estar en una oscura batalla interna que no parecía tener un final raudo.

—Son cosas que pasan, Millie— le sonríe de una manera casi tan falsa que le provocaron una ganas de llorar indescriptibles, más decidió guardarse aquel pasional sentimiento,  tenía muy en claro que aquello tan solo empeoraría las cosas entre los dos y la verdad es que creía que ninguno de los dos se encontraba en la posición sentimental adecuada para tener una discusión.

La castaña se atrevió a acercarse al chico y abrazarlo de manera fuerte, como si no quisiera que se escapara de sus brazos nunca, porque tenía miedo... Un horrible sentimiento que se formaba en la base de su estómago que la hacía querer vomitar, temía porque los sentimientos que Finn alguna vez había tenido hacia la rubia retomaran su camino y volvieran a instaurarse en su corazón, regalándole a ella toda una patada en el estómago... Le dolería, si, pero cree que podría aceptarlo, después de todo, no es posible obligar a una persona a estar a tu lado por siempre.

Ella no sería esa clase de persona, jamás.

Mientras que el pecoso tan solo se dejó abrazar, aún con el insistente sentimiento de culpabilidad recorriendo su cuerpo, odiaba sentirse así, odiaba tracionar la confianza de las personas cercanas a el, odiaba sentir lastima por ellas, pero sobre todo... Odiaba sentirse culpable no sólo por apostatar en contra de la rubia de brillantes ojos... No, su sentimiento de culpabilidad se incrementaba porque se encontraba pensando en otra chica mientras abrazaba a su novia.

—Olvidé mencionar algo— después de unos minutos decide soltar aquello que lo llevaba pensando por mucho tiempo lleno de preocupación— El padre de Iris es el mismo padre que el de Wyatt.

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Nos vemos el próximo sábado, bellezas.

Gracias por leer ❤.





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