Millie se mira al espejo por una ultima vez, observando las enormes ojeras debajo de sus ojos.
Suelta un suspiro, había llegado a su casa en la madrugada, después de haber cumplido todos los caprichos de Sadie.
Para ser sábado, el día era una completa mierda. Se abraza a si misma gracias al frío que estaba haciendo en su habitación.
—Joder, con este clima esto parece el titanic—se queja por undécima vez en el día.
—¿Y dónde carajos esta tu Jack?—la molesta voz de su hermano la interrumpe, la chica se gira con sorpresa pero su expresión cambia de inmediato.
—Cállate Charlie, no estoy de humor—suelta un bufido, tan cariñosa como siempre.
—Oh y va a empeorar, tu Jack ha llamado, dijo que te ha escrito algo al whatsapp y que esperará tu respuesta—Su hermano dice con una sonrisa de oreja a oreja, la castaña frunce su ceño y lo mira expectante.
—Con "Jack" te refieres a...
—Un tal Edward—el muy idiota parece estar disfrutando de la situación, Millie cree que va a vomitar, algo se remueve en su estómago, no han pasado ni diez segundos cuando ella ya tiene su teléfono en mano y abre la aplicación, es ahí cuando la realidad la golpea, joder.
—Charlie, eres mi favorito de toda la familia Brown, ¿Sabías?—le sonríe fingiendo ternura.
—Te prestaré de mis datos por cinco minutos, con una condición—el va directo al punto—tu postre de la cena por todo un mes... Ah y 20 dolares—Charlie solo necesitaba una silla giratoria y un gato para lucir como un completo mafioso, Millie pone una mano en su pecho con indignación, aquello era demasiado, sin embargo... Estamos hablando de Edward Benson.
Cuando Millie esta apunto de abrir su boca para aceptar la propuesta... Su vista recae en la sudadera azul celeste amontonada en el cesto de la ropa sucia. Bingo.
—Olvidalo idiota, ni hablar, no vale tanto—Millie finge estar despreocupada de manera perfecta y esto causa que su hermano quedé con la palabra en la boca, sorprendido por el comportamiento de su hermana.
El chico, algo decepcionado, sale de la habitación y en menos de 1 minuto, Millie ya se encuentra corriendo apresuradamente hacia la famosa cafetería.
Llega hiperventilando, con su teléfono en su mano derecha y una pequeña sonrisita de ansiedad, empuja la puerta de la bonita cafetería y busca un lugar vacío.
Cuándo su trasero toca el asiento no pierde el tiempo, se conocta a la red Wifi de inmediato.
Cuando su dedo está a punto de presionar la aplicación, una voz la sobresalta.
—Cafetería Vitale, ¿Qué desea ordenar?—Finn esta ahí, con una expresión confundida y parece encerrado en otro mundo, hace unos minutos había presenciado una pelea algo extraña.
Millie se maldice así misma, había olvidado su dinero, de nuevo.
—Un vaso de agua—sonríe inocentemente, esto hace que Finn salga de su ensoñación y la mire con una ceja en el aire, a la castaña le llama la atención este gesto, ella nunca había podido con este.
—Estoy teniendo un deva vu—se cruza de brazos mientras la mira atento-. Enserio tienes que empezar a ahorrar Brown—el chico se queja entre gruñidos, a Millie se le seca la boca y se queda muda por largos segundos, a la vez que el chico la mira sin despegar sus ojos castaños por largos segundos.
Al parecer, los dos comienzan a sentirse extraños por el incómodo silencio que se forma y a tan solo unos pasos, Jaeden se encuentra haciéndole señas al pecoso para que corra a ayudarlo con una mujer que luce molesta.
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Free Wifi |Fillie|
Dla nastolatkówMillie solo asiste a aquella cafetería por el servicio de WIFI gratis.