32.

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Millie caminaba de un lado a otro por toda su casa desesperada. Ava había desaparecido hace por lo menos media hora y no sabía que hacer para encontrarla.

—¡Ava! ¡No es gracioso! ¡¿Donde carajos estas?! — se acercó hasta el baño en el cual no había ni un solo rastro de ella. Bajó las escaleras acelerada de dos en dos y revisó por décima vez en la cocina, nada, la pequeña y escurridiza Ava había hecho de las suyas y se había escapado.

En timbre de la casa sonó y Millie abrió sus ojos como platos, ¿Sus padres habían regresado tan pronto?
Se acercó a la puerta arrastrando los pies preparándose para el grito de sus padres, al abrir la puerta se quedó completamente muda, Finn estaba allí, con su cara de perrito mojado.

—¿Que haces aquí? — lo mira de arriba abajo buscando respuestas inmediatas.

—Vengo a pedir perdón, Brownie— le dice encogiendose en su lugar, como un pequeño niño que esta a punto de decirle a su mamá que ha roto el jarrón más preciado de la familia.

—No tengo tiempo para esto Finn— la chica lo invita a pasar con su mejor expresión de angustia— Estoy en un lío, uno terrible— le suelta mientras muerde la uña de su dedo meñique en señal de nerviosismo.

—¿Que ha pasado? — el pecoso la observa preocupado.

—Es Ava, ha desaparecido.

                               •••

—Joder joder mierda, puta vida— suelta a los cielos Millie Bobby Brown mientras golpea el auto del pecoso una y otra vez. Era la tercera casa la cual visitaban aquella tarde, en donde se suponía que vivían las amigas de Ava, y ninguna parecía dar pista acerca de donde se encontraba la pequeña.

—La encontraremos Brownie, respira— Finn acaricia su espalda tratando de calmarla, pero nada de lo que hace parece bajar su ansiedad.

—No sé donde más puede estar, Finn—solloza de manera desesperada.

—Sube al auto, revisaremos en todos los parques cercanos a tu casa— le asegura y vuelven a subirse al auto.

                                •••

Millie aplasta su trasero  en una de las bancas del solitario lugar algo rendida, este era el último parque que quedaba cerca de su vecindario y Ava no aparecía en ningún lado.  El pecoso se sienta a su lado después de unos segundos sin expresión alguna en el rostro, la esperanza de encontrar a Ava se perdía cada segundo.

Finn acarició la espalda de la chica la cual sollozaba desconsoladamente escondiendo su rostro entre sus rodillas.

—Tienes que decirle a tus padres, Millie— le aconseja después de unos segundos.

—Tengo miedo— la castaña se decide a mirarlo a los ojos por primera vez en ese día, sus ojos rojos e hinchados aún sueltan lágrimas que se deslizan por su rostro de rasgos finos hasta llegar a sus labios y perderse por su mentón.

—Ellos sabrán que hacer— Finn la toma de las mejillas tratando de consolarla un poco.

—¿Y si le pasó algo malo? —la menor apoya su rostro en el pecho del pelinegro que deja caricias en su cabello.

—Tenemos que esperar que no sea nada malo— el pecoso la abraza mucho más fuerte— Se que no es el momento adecuado para decirlo pero... En verdad lo siento, actue como un  completo idiota— la abraza mucho más fuerte y se escucha arrepentido. Millie tan solo suelta un suspiro largo y se esconde mucho más en su pecho tratando de despejar su mente de aquellas extrañas imágenes que se formaban en su mente del día de ayer en donde Finn la había dejado plantada en aquella cafetería por estar con Iris gran parte del día.

Iris acariciando los rizos de Finn, riendo de sus ocurrencias, recibiendo uno de sus cálidos abrazos. No. No pensaba mortificarse más al respecto gracias a sus celos.

—Esta bien, pero necesito que me expliques tus razones— la castaña se seca las lágrimas —Después, tenemos que ir a avisar a mis padres— se levanta de un solo salto y se dirige al auto de Finn casi corriendo y el chico tan solo la sigue a la misma velocidad.

—Dios mío, Ava en realidad desapareció, solo nos faltó buscarla en los cielos—Finn exclama una vez que están subidos en el auto y se dirigen a casa.

—Es verdad, ella es realmente buena cuando... ¡Espera, Finn! ¡Repite lo último que dijiste! —de repente la castaña da un salto en el asiento del copiloto.

—Solo nos faltó buscarla en los cielos—réplica dudoso, algo asustado por la exagerada reacción de su novia.

—¡Mierda! Eres un jodido listillo, Finnie. Creo que ya sé donde puede estar Ava— Millie da un nuevo brinco mucha más animado— Directo a la casa Brown, señor conductor, lo más rápido posible.

—Como usted ordene, señorita— se ríe, acelerando el vehículo.

                                •••

Apenas Finn logró estacionar, Millie se bajó del auto de un solo salto sin dejar que su novio le abriera la puerta como ya se había hecho tradición entre ellos dos. La castaña ingresó a su casa, aún con las manos temblando al abrir la puerta, al entrar miró a su al rededor desesperada, por suerte sus padres aún no llegaban. Siguió derecho hacia el patio trasero con Finn pisándole los talones.

Se acercó al gigantesco árbol que se encontraba en su patio trasero y lo escaló tan rápido como pudo ignorando su constante miedo a caerse de espaldas en contra del suelo,  abrió de par en par las puertas de la casita de muñecas.

—Tardaste una hora más de lo esperado, Bobby— su hermana menor tomaba de su taza de té con aquella sonrisa maligna que tanto asustaba a su familia.

—Dios mío, Ava— Millie llevó una de sus manos a su frente en señal de alivio mientras sentía que por fin podía respirar de manera tranquila.

—Esperaba mucho más de tí, incluso de tí, Finn— negó con su cabeza estando en desacuerdo con la situación. Millie sintió que empezaría a llorar en cualquier momento de la alegría.

—Te odio— le dice en broma a su hermana entre lágrimas la cual se burla en su cara sin vergüenza alguna.

—Has sobrevivido a esta prueba, Millie. Charlie no lo logró, siéntete afortunada— Ava termina su té falso y se dirige hacia donde Finn el cual la eleva en los aires hasta acomodarla en su espalda— Soy la maestra en el arte del escondite— muestra aquella sonrisa de endiosamiento tan irritante a los aires.

—Si me di cuenta, sabía que jugar contigo significaba problemas— Millie pellizca una de sus mejillas sonriendo aún aliviada.

Bajaron del árbol teniendo cuidado de no salir con alguna estúpida lesión, y apenas aterrizaron Ava se bajó de la espalda de Finn y se dirigió a su habitación como si nada hubiera pasado anteriormente.

—¿Y bien? Creo que me debes una explicación— Millie se cruza de brazos mientras lo evalúa con aquellos ojos inquisidores una vez más.

Free Wifi |Fillie|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora