Millie se cruzó se brazos, sintiéndose algo incómoda con la sorpresiva presencia de Sadie Sink en su casa. La pelirroja lucía devastada, su cabello rojo se encontraba desordenado, como si ni siquiera se hubiera tomado la molestia de peinarlo y debajo de sus ojos se encontraban aquellas ojeras acumuladas al no dormir por toda una noche al pasarse esta misma llorando sin cesar.
—Luces horrible— Millie nunca había sido buena consolando, y aquellas palabras salieron de su boca casi sin poder evitarlo.
—Lo sé, gracias pero no era necesario que me lo recordaras— la pelirroja le responde, entrecerrando sus ojos de una manera sarcástica.
—Bien, lo lamento... Pero sabes que no soy buena en este tipo de conversaciones— le recuerda junto con una mirada excéntrica.
—Yo... Necesito tanto de mi mejor amiga en estos momentos— la pelirroja sollozó arrepentida y segundos después, Millie se acercó a la chica con el objetivo de regalarle un fuerte abrazo de reconciliación.
No sabe cuanto tiempo estuvo así, rodeando con sus delgados brazos a su mejor amiga que no parecía querer parar de llorar en su hombro, fue ella la que tuvo que levantarse para brindarle un pañuelo para secar sus lágrimas.
—Sadie... Sabes que siempre has sido mi mejor amiga y que independientemente de todo lo que pase te voy a seguir aceptando, nunca te juzgaría. Pero necesito respuestas, las cosas no pueden seguir adelante así como de la nada, tu y yo necesitamos charlar de manera seria acerca de lo ocurrido— Millie se acomodó en posición flor de loto sobre su cama, esperando una respuesta por parte de la pelirroja... Cosa que tardó en llegar, tal vez un minuto.
—Tienes razón... Tal vez necesite exteriorizar mis sentimientos— soltó un largo suspiro ante la mirada inquietante de su mejor amiga que la animaba a hablar acerca de lo sucedido— Yo... Me enamoré perdidamente de un chico, el era todo lo que había soñado... Alto, fuerte, de sonrisa brillante y ojos hermosos. El tenía el control pleno sobre mí. Nos veíamos cada receso en el armario del conserje para besarnos, siempre fue muy misterioso. Pero me enamoré tanto de él que estaba dispuesta a entregarle todo de mí—jugaba con sus dedos de manera nerviosa mientras narraba los acontecimientos de manera vergonzosa.
—Oh no, Sadie, por favor no me digas que le entregaste tu virginidad— Millie exclama preocupada.
—¡No! No lo hice, intenté hacerlo, pero el se negó, me rechazó— Sadie escondió su rostro entre sus manos en señal de vergüenza— Cuando intente ir por más... El se separó y se negó rotundamente, dijo que sus sentimientos no estaban aclarados y que no me permitiría hacer algo como eso, que no estaba bien— la pelirroja se acurruca sobre ella sollozando, y la castaña no sabe que hacer o decir.
—Pero Sadie... El al menos te detuvo, imagina lo horrible que hubiera sido si el no lo hubiera hecho, hubieras malgastado tu virginidad— Millie acaricia su cabello con una expresión maternal en su rostro.
—¡Pero yo lo quiero a él!— exclama algo enojada, haciendo pucheros de rabieta— Odio que me haya rechazado, ya lo ha hecho anteriormente con otra chica ¿Por qué se niega a hacerlo conmigo? No quiero perderla con alguien que no sea él— lloriquea una vez más, cruzándose de brazos con molestia.
—Sadie... Estas siendo caprichosa— Millie no puede evitar reír un poco, le parecía gracioso el hecho de que su mejor amiga pareciera un bebé gigantesco y llorón de rizos pelirrojos que se negaba a aceptar un "no" Por respuesta.
—Yo-
—Eh, es mejor no pensar más en esto ¿Si? Mejor hagamos una tarde de chicas, tengo mucho de lo que contarte— la menor le sonríe como puede ante la mirada curiosa de su amiga que parece estar lista para escuchar su historia de amor.
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Free Wifi |Fillie|
Teen FictionMillie solo asiste a aquella cafetería por el servicio de WIFI gratis.