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30.

Millie recorría con la mirada al pecoso el cual mantenía su vista fija en el camino de regreso a casa, Finn tarareaba alguna canción de "The Neighbourhood" Que se encontraba en su playlist. Su novio aparcó justo en frente de su casa y se bajó del auto de tan solo un salto para poder abrirle la puerta a la castaña que lo esperaba de manera paciente.

Acababan de salir del trabajo de Finn en la "Cafetería Vitale" Tal como llevaban haciendo desde hace tres meses que llevaban como pareja oficial. Se dieron una corta sesión de besos antes de entrar a la casa de la castaña en donde los esperaban toda su familia para una bonita cena familiar.

—¿Listo para cenar con mis padres, Finnlard?— era gracioso que Millie se viera incluso mucho más nerviosa que su novio y es que la idea de estar en la misma mesa junto a la calculadora de Ava, el psicópata de Charlie, la chismosa de Paige, la acosadora de su madre y Robert imprudencias Brown alrededor de su inocente novio como un rebaño con su pastor le aterraba de una manera increíble. Si ellos se atrevían a asustar al pecoso juraba que haría el maldito escándalo del siglo, poco le importaba que le quitaran el Internet de por vida, Finn ahora se encontraba por encima de todas estas horrorosas situaciones.

Ingresaron a la casa siendo atacados primero por Ava la cual saltó de inmediato en la espalda del pelinegro entre risas, Millie entornó sus ojos con envidia al darse cuenta de esto, últimamente desde que su novio iba a su casa era robado por su hermana menor de manera descarada.

—Maldita mocosa— murmura entre dientes.

—¿Qué dices, cariño? —Finn se gira de inmediato al escuchar un suave murmullo de su novia.

—Que me encanta que pases tiempo con mi hermana— le responde con una sonrisa innecesariamente falsa para su novio que lo obliga a carcajearse en sus narices.

—No tienes que estar celosa, Millie. Solo tengo ojos para tí— se acerca hasta ella con el objetivo de dejar un suave beso sobre sus labios sin embargo Ava parecía tener otros planes ya que posó sus manos sobre los labios del pecoso.

—Vamos a la sala, Finnie. Necesito a alguien que me ayude a decorar el árbol navideño—la menor, aún montada en su espalda, se sacude de un lado a otro y Finn le obedece riendo de manera escandalosa.

—Estafada por tu propia hermana— la voz de Paige se escucha burlona desde atrás, la castaña se gira algo sorprendida por su inesperada aparición, ya sabía de quien había tomado ejemplo Ava al realizar este espeluznante acto.

—Callate— rueda sus ojos y se dirige a la cocina, su madre parece estar apunto de explotar con la mezcla de puré de papa y la carne de pavo, así que decide ayudarle a hacer todo lo que puede con sus inútiles manos, en sí, Charlie y Paige son los que más trabajo logran hacer porque su madre por alguna extraña razón pensaba que Millie tan solo haría un gran desastre con su comida y en la cocina. Que poca fé.

Millie ayudó a su padre a organizar la mesa mientras que sus hermanos ayudaban a sacar del horno la comida y servirla de manera racional en cada plato.

Toda la familia Brown y Finn se acercaron a la mesa para acabar con gusto toda la comida y realizar el brindis de la noche, la cena transcurrió tranquila, cosa que sorprendio a Millie ya que no era propio de su clan estos raros comportamientos de decencia. Al final de la cena incluso su madre se las arregló para lograr deshacerse de Ava y dejar a la pareja a solas por unos momentos, antes de que Paige llegara interrogar a Finn, por supuesto.

—Entonces... Millie me contó que eres un gran fanático de los clásicos de la música— los dos jóvenes esperaban con ansias y nervios la siguiente jugada que la mayor de los hermanos Brown haría para interrogar al pecoso y según ella "Averiguar si en realidad era apto para su mocosa favorita" —¿Cuál es tu canción favorita?