Capitulo 2: Soledad

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A la mañana siguiente los rayos del sol me despertaron. Me levante y busque a Peter a mi alrededor pero no estaba allí. Tome mi arco y comencé a buscarlo dentro de la cabaña, cuando me dirigí para la cocina sentí un brazo rodear mi cintura y una mano posicionarse en mi boca impidiéndome gritar.

—Shhhh, silencio soy yo. —voltee para encontrarme con Peter que me indica con el dedo que mantuviera silencio. — está pasando una horda por el lugar, trabe las puertas pero debemos mantenernos en silencio. — me asome sigilosamente por la ventana y pude ver como unas docenas de mordedores pasaban y atravesaban el bosque, me senté al lado de Peter solo podíamos sentarnos a esperar que la horda terminara de pasar.

Cuando vimos que el lugar ya era seguro, salimos, intente decir algo pero Peter se me adelanto.

—Debemos irnos Tanya, de aquí no podemos ver cuando se acerca una horda, estamos rodeados de árboles y arbustos, esto es mas una trampa mortal que un hogar. —y tenía razón, la visión no era buena en aquella cabaña, no podíamos ver cuando el peligro se acercaba.

—Ok, iré a buscar la gasolina para llenar el tanque de la moto. —él me freno antes que prosiguiera.

—Yo iré por la gasolina, tú prepara los bolsos y agarra lo necesario. — asentí y entre nuevamente a la cabaña.

Prepare todo lo que creía necesario, tome mi arco, me puse el carcaj, me colgué el rifle y en las manos cargue los dos bolsos. Salí hacia donde se encontraba la moto, me llamo la atención no ver a Peter, pero pensé que seguro estaba buscando algo que nos sirviera en ese galpón. Guarde las dos 9mm en las alforjas de la moto y en silencio fui hasta el galpón. Cuando iba llegando vi a un mordedor en el piso con un cuchillo enterrado en el cráneo, y sangre en su rostro, mire a mí alrededor...pero no había nada allí.

Decidida y asustada entre a aquel galpón, tenía un mal presentimiento.

En el piso, recostado contra la precaria pared de madera se encontraba Peter, con un gran charco de sangre a su alrededor y con la pierna hecha pedazos. Quería correr a su lado pero ninguno de mis músculos respondía.

—Tan...Tanya. — lo escuche decir. Ese sonido fue el que activo mis sentidos. Corrí hacia él y tome su mano, no quería llorar pero sabía lo que pasaría, sabia que perdería a mi compañero, a mi amigo.

—Tranquilo Peter, aquí estoy, no iré a ningún lado. —dije con lagrimas en los ojos.

—No Tanya, debes irte, no es seguro aquí. Vete no tienes que pasar por esto... no quiero que pases por esto. —Negaba una y otra vez, no quería abandonarlo. —busca un lugar seguro, cuídate y dales mis saludos a Abraham y Rosita. —agache la cabeza, estaba dolida, destrozada por dentro.

—Peter no creo volver a ver a Abraham y Rosita, ni siquiera se si lo han logra... —me interrumpió tomando mi mano con fuerza.

—Abraham es un verdadero hijo de puta, ese hombre es una roca, se que lo lograra, y ten fe que pronto lo encontraras, se que a pesar de que es un hombre que debe cumplir su misión también debe de estar buscándote, él te estima mucho, eras como su pequeña hija. — rió y me miro, acaricio mi mejilla. — Debes irte, solo te pido que me dejes el revolver que esta en mi pantorrilla, no quiero volver como una de esas cosas y lastimar a alguien. —tome su arma y se la entregue, no podía soportar perderlo.

Me pare y me acerque a la puerta, tome el bidón de gasolina, voltee y le di una ultima mirada y con todo el dolor del alma me despedí diciéndole que pronto nos encontraríamos, él solo negó con la cabeza y me sonrío. Salí y cerré aquella puerta.

Prepare todo y montada en la moto me empecé a alejar. A los pocos segundos escuche un disparo. Supe que se había ido. Mi compañero, amigo, guardián de mis sueños se había ido, marcho a un lugar donde toda esta mierda no existe. Con lágrimas en los ojos seguí mi camino, recordando cada instante que pase con él, cada charla.

Seguía sumergida en mis pensamientos cuando a lo lejos ví que el bosque se abría y daba paso a unas vías, creí que lo mejor era ir por esas vías, creí que quizás me llevarían a algún pueblo en donde podría conseguir provisiones.

La tarde estaba por caer, necesitaba encontrar algún lugar donde pasar la noche. Seguí camino y a lo lejos pude divisar una pequeña casilla, escondí la moto entre unos arbustos, tome la mochila y después de cerciorarme que era seguro entre para pasar la noche y resguardarme del frío. No fue fácil dormir, me despertaba exaltada buscando a Peter pensando que todo había sido un sueño. Pero la dura realidad me golpeaba cuando me encontraba sola en aquel lugar. Me acurruque en la esquina e intente dormir, creyendo que mañana seria un día mejor...


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An Angel In The DarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora