Un año después.
El suelo invernal estaba cubierto por una gruesa capa de escarcha, que se adentraba hasta los interiores de la fortaleza a través de las ventanas y chimeneas.
Los árboles estaban igual de escarchados; carentes de hojas como solía ocurrir en los días nevados de Winterfell.
Lord Stark caminaba en el bosque de los dioses junto a su amada esposa Lady Cathelyn, que sostenía a un bebe de cabello castaño y ojos azules como el cielo... El pequeño Robb Stark, próximo Señor de Winterfell.
Un año ya había pasado desde que Lyanna había escapado con el príncipe Rhaegar. Sin el apoyo del norte los abanderados de Robert se negaron a la rebelion.
No eran muy constantes las cartas de Lyanna. cada dos lunas recibía una pequeña nota con las novedades y estado de salud de Lyanna. Aún esperaba ansioso la nota con la noticia del nacimiento de su sobrino o sobrina que a juzgar por el tiempo tendría al menos cuatro lunas de edad.
En su interior Lord Stark estaba muy impaciente por saber si era niño o niña además de que ya había pasado mucho desde su última carta. Eligió pensar que su hermana estaría muy ocupada con su nuevo papel de mama y esposa, siendo esa la razón de no haber respondido a sus cartas.
- ¿Has sabido algo de Lyanna? - Preguntó Lady Cathelyn meciendo al niño.
- Sabes que no se nada de ella desde hace más de un año - Lord Stark había decidió que mantendría en secreto el paradero de Lyanna, incluso de su propia esposa - Sólo espero que este bien...
- Debiste apoyar a Robert, Debiste defender nuestro Honor Ned - Interrumpe Lady Cathelyn.
- Sacrificar a toda una casa no traería a Lyanna de regreso.
- Eso no es cierto. Rhaegar Targaryen hubiera regresado al saber de la muerte de su casa
- No seguiré discutiendo esto. Yo soy el Señor de Winterfell y nadie puede cuestionar mi decisión.
Escucharon pasos acercarse y la voz de un niño llamarlos muy alarmados.
-¡mi Lord! Un hombre a llegado y... Trae a Lady Lyanna... Su hermana -Dijo temeroso esto último.
Los protectores del norte se miraron y emprendieron el camino rápidamente hacia el salón principal. Entre murmullos y llantos ingresaron muy confundidos por la situación. Lady Cathelyn le dio el pequeño a una de sus damas y se acercó al centro del salón donde sobre una mesa estaba el cuerpo de Lady Lyanna Stark, sin vida.
Nadie podía creerlo, aún se veía tan joven y tan hermosa como siempre. Sus cabellos castaños estaban puestos sobre sus hombros y sus ojos cerrados la hacían parecer dormida
-¡Lya! - Pronunció Ned tomando la mano de su hermana - No puede ser verdad,¡No puede ser verdad! ¡Maldición! -grito furioso -¡¿Quien trajo el cuerpo?!, ¡¿Donde esta ese hombre?!
- Esta en su estudio mi Lord...
Sin escuchar mas palabras se dirigió con pasos pesados al lugar. Tenía que saber que paso, había confiado en el Targaryen, le había dado una parte de el y no pudo cumplir. Si no lo mató ese día en puerto blanco estaba seguro que lo haría a penas lo encontrará.
Azotó la puerta y entró en la habitación. Un hombre vestido con ropas negras y una capucha se encontraba de espaldas. Podía reconocerlo, era Rhaegar Targaryen su estatura y físico eran únicos en todo Westeros.
-¡Maldito! - Le gritó - Sólo tenías que hacer una cosa !una maldita cosa!... Cuidar a mi lya y luego de un año ¡traes su cadáver!.
Ned se acercó decidido a golpearlo pero al voltear Rhaegar pudo ver en sus brazos un pequeño de cabello negro envuelto en mantas color blanco que dormía sin importarle la situación. El rostro de Rhaegar estaba muerto, no había nada allí, ni tristeza, ni alegría. El ya no sentía nada.
- Es nuestro hijo - Pronunció el príncipe
Ned miraba al niño en silencio, muy sorprendido había olvidado completamente a su sobrino.
-¿Que fue lo paso? - Preguntó con dolor y desconcierto en su voz.
-Ella... Le dio su último respiro a nuestro hijo. Su embarazo fue muy delicado, no pudimos movernos de Dorne... Debíamos esperar a que el bebé naciera pero luego del parto ella enfermo... - Rhaegar sollozaba - Gaste todo el dinero que tenía, busque a los mejores Maestres de Dorne y ninguno pudo salvarla... Ella luchó por su vida por nuestro hijo pero no resistió murió y yo... Yo no supe que hacer sólo la traje de regreso a casa...
Lord Stark sentía sus ojos picar por las lágrimas. Lya había dado su vida por ese pequeño sabía que algo estaba mal desde dejó de recibir aja cartas pero no quería aceptarlo
- y el bebe...¿Esta sano? - Preguntó el norteño con el rostro serio.
-Si... Es un varón su nombre es... Aegon Targaryen yo... No puedo... - La voz de Rhaegar se quebró
-¿Que no puedes?
Rhaegar sentía un nudo en su garganta, no podía encontrar las palabras correctas.
- No puedo quedarmelo yo... No puedo... lo lastimarán no podré protegerlo.
- Eres el próximo rey de Westeros y dices que no podrás proteger a tu hijo - Soltó Lord Stark molesto.
-Soy el próximo Rey, no soy el rey. Mi padre... mi hermano Viserys el... será rey si no regreso. Si lo llevó conmigo padre lo matara no tendrá piedad... Será perseguido por los asesinos de Baratheon y yo no podría soportar que el... - Rhagar tragó seco al imaginarse a su hijo muerto - Por favor tienes que ayudarme el es un Stark también... lleva la sangre del lobo estará a salvo aquí contigo sólo... No le diga quien es ni de donde viene, lo podría en peligro.
Lord Stark miró al niño, en apariencia era un Stark pero tenía la sangre del dragón. Ned dudó por unos minutos pero luego aceptó. Él era su sangre, había jurado protegerlo con su vida y así lo haría.
Rhaegar dejó a la criatura en sus brazos y luego de darle un último beso en la frente salió a escondidas sin que nadie lo viera y se fue rumbo a King's Landing.
El cuerpo de Lyanna fue sepultado esa misma tarde en las criptas de la familia Stark y una ves que había anochecido Lord Stark presentó a Lady Cathelyn su nuevo hijo. Después de todo sería imposible ocultarlo de ella.
- Ned ¿Como pudiste hacerme esto? ¡Un bastardo, Ned! ¡Un bastardo!, Estas dejándome en vergüenza al traer un bastardo tuyo a vivir bajo mis narices
- También es un Stark, tiene mi sangre - el Lord fruncio el ceño - No te pido que lo quieras, solo que lo respetes
-¿Respeto?, ¿Que bastardo merece respeto?, Tu deberías darme respeto y llevártelo de mi vista.
- El se quedará aquí... Es el fin de la discusión.
Lady Cathelyn salió indignada, echa una furia de la habitación.
Una doncella entró para llevarse al pequeño y darle de comer.
-mi señor ¿Cual es su nombre? - Preguntó la joven acunando al niño en sus brazos
- Jon... Jon Snow.