Capítulo Veintitrés

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En los aposentos del Rey, una vez todos sus hijos menos Rhaegar se habían marchado, Aerys se incorporó un poco en el lecho para hablar más cómodamente, ignorando el golpeteo interminable del naciente dolor en sus huesos y músculos desgastados.

- ¿Que ha dicho el maestre sobre mi condición? 

- Se trata de una fiebre, una enfermedad de Essos muy extraña. Afirma no tener cura, y sólo tiene ciertas infusiones para calmar tus malestares, más no podrá alargar tu vida. 

Aerys suspiró. 

- Tal vez me vaya antes de acabar la guerra - El rey frunció el ceño - Tendrás que hacerte cargo de ganarla. Serás el nuevo rey, y tu reinado comenzará con una victoria contra los traidores. 

- Es un fuerte mensaje - Rhaegar Sonrió- Vivirás mas que eso. 

- ¿Cuando es la excursión por DragonStone?

- Nos iríamos en una quincena, padre. 

- Retrasaran ese viaje  - Aerys tenía la expresión dura -  Antes de morir debo asegurarme de que todo este en orden con ustedes y el reino.

- Padre, si retrasamos la expedición es posible que más hombres llegue a DragonStone. 

- Será retrasada - Ordenó implacable  - Viserys contraerá matrimonio con Margaery Tyrell en dos lunas. Olenna Tyrell tiene a los Lores de The Reach. Si hay una rebelión de los Baratheon tendremos el apoyo de la casa Tyrell.

Aerys tosió múltiples veces, y Rhaegar le paso una jarra con agua, que el bebió gustoso para recuperarse. 

- Ese matrimonio ya estaba fijado para dentro de dos lunas, padre. 

- Entonces la orden será cumplida de la misma manera.

Rhaegar asintió

- Tu hijo Aegon... 

Rhaegar frunció el ceño. 

- Aegon y Daenerys se casaran dentro de un mes

Los ojos de Rhaegar se abrieron como platos, tan grandes que penso que se saldrían de su cabeza.

-¡Padre, Robb Stark ha pedido la mano de Daenerys! - Exclamó en vos alta

- Y le ha sido negada a partir de este momento. 

- ¡Daenerys quiere al joven lobo!

- No se trata de amor - Aclaró el rey con severidad - Tu te niegas a contraer matrimonio nuevamente, y Viserys se casara con la joven Tyrell. La sangre de dragón debe conservarse pura y eso lo harán Aegon y Daenerys. El será el rey y ella la reina, y luego lo serán sus hijos. 

- Padre, por favor tienes que pensar con claridad - Rogó.

- Mi reinado aun no acaba, Rhaegal. Di una orden y será cumplida. No voy a morir hasta asegurarme que los casaste.

La mañana ya había besado el cielo de King's Landing, y Jon aún seguía en los aposentos de Daenerys.

Se habían quedado hablando por largo rato y no habían notado cuanto tiempo paso. Al igual que en Winterfell hace más de un año, cuando ambos se perdieron el uno al otro ese establo abandonado.

Nya había entrado en la habitación con otras sirvientas que traían el agua del baño, y quedó estática al verlos reír ambos sentados en el lecho de la princesa y completamente solos.

- Ya tengo que irme - Dice Jon girando levemente su espalda para ver a las doncellas llevar aceites y demás cosas al baño - Creo que te veré luego... Para desayunar.

Valar MorghulisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora