El atardecer comenzaba a acariciar el cielo y la nieve en Winterfell.Todos ya preparados para la partida.
Lady Cathelyn les había surtido de algunos bocadillos para el viaje, al igual que agua, y unos barriles de vino como regalo para el Rey.
Esto le era irónico a Lord Stark, enviar un "regalo" cuando ya se estaban llevando a unos de sus hijos.
El trató de aceptar con todas sus fuerzas que Jon ya no era suyo, y que quizás nunca lo había sido. Pero el constante golpeteo de la sensación de que algo le estaba siendo robado lo atormentaba todo el tiempo.
El sabía que Jon debía estar en King's Landing, lo sabía desde que Rhaegar Targaryen lo puso en sus brazos; pero con el paso de los años, esa certeza se fue apagando a su mente.
Aegon Targaryen dejó de existir en sus memorias, y sólo pensaba en lo importante que era para él que estuviera allí, vivo; y lo mucho que le gustaría que llevará el apellido en honor a su madre.
«Jon Stark»
Muchas veces ese nombre sonó en su mente como una campanilla. Aún así, la realidad y la verdad implacable de que su hijo no era suyo ahora lo golpeaba más que nunca, y se odiaba a si mismo por fingir que estaba de acuerdo con su partida.
Ahora los guardias reales sostenían los caballos mientras otros traían la gran carroza en la que Daenerys viajaría de nuevo.
Esta vez no había equipaje. Toda la ropa se había perdido en el incendio. Lady Cathelyn también se encargó de solucionar el problema, al menos con algunas cosas debido a la falta de tiempo; podrían cambiarse dos veces antes de llegar a King's Landing.
Jon veía la caravana mientras trataba de caminar con Arya abrazada a su cintura.
Sus hermanos, o Primos estaban con el al igual que Theon. Ninguno podía negar lo mucho que lo extrañarían incluyendo a Sansa.
Cada uno de los Stark había tenido una reacción diferente a la noticia; Sansa y Robb lo tomaron con más calma, por supuesto muy sorprendidos. Rickon era muy joven para comprender que estaba pasando totalmente.
El verdadero espectáculo lo dieron Bran y Arya, sobretodo la segunda.
Arya se negaba a aceptarlo. Lloró durante horas y con mayor intensidad cuando Lady Cathelyn tubo que decirle que Jon se iría a vivir a King's Landing.
- ¡Por favor no te vallas, Jon! - Dijo Arya abrazando sus piernas a las de su hermano - ¡Eres mi hermano no me importa, no puedes irte!
- Tengo que ir - le Susurra Jon con pesar - Te extrañare demasiado, pequeña.
Arya limpio una lágrima enorme que bajo por su mejilla, y lo dejó libre finalmente.
El siguiente fue Robb que lo despidió con un abrazó fraternal mientras palmeaba su espalda.
- Suerte - Le dice con una media sonrisa - Escribe siempre que puedas, príncipe Aegon.
Jon rodó los ojos. Había pasado el resto del día en compañía de sus hermanos, recordando las horas de felicidad que pasaron durante dieciocho largos años. Se habían reído de tantas cosas, incluyendo su nuevo nombre. Robb lo había tildado de ser "Principesco"
- Espero verte en King's Landing el año que viene - responde Jon - Acompaña a Padre a la noche de los juramentos; esta vez... Estoy seguro que no se negará.
Robb asintió.
Fue ahora Sansa ,que con un abrazó corto le deseo suerte. Ellos jamás habían formado lazos fraternales, ella solicita rechazarlo todo el tiempo, pero aun así, él le tenía mucho cariño; después de todo habían crecido como hermanos.