Capítulo tres

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18 Años después...

-¡Pss!

Jon escuchó un sonido a sus espaldas pero decidió no prestar atención.

-¡Pss! Jon 

El joven de rizos oscuros continuó puliendo su nueva espada sin mirar hacia atrás. Hace poco había sido su día del nombre número dieciocho, y su señor padre había mandado a hacer una espada, además de un arco nuevo con sus propias flechas.

Había pasado los días siguientes con los ojos puestos sobre aquellas armas tan significativas para el. 

Continuó con su trabajo, pero sin aviso alguno sintió un golpe en su cabeza, no muy fuerte pero si le dolió lo suficiente como para hacerlo reaccionar y llamar su atención. 

-¡Arya! -se quejó Jon tocando la zona afectada - ¿Que estas haciendo aquí?, Lady Cathelyn te prohibió entrar en el arsenal...si te ve estarás en problemas y yo igual... Mejor ve con Sansa antes de que te descubran.

- No me gusta estar con Sansa... Ella siempre se ríe de mi.... No la soporto - sentencio la pequeña Arya cruzando los brazos. 

-Deberías hacerlo...ella es tu hermana.

- Tu también eres mi hermano, Jon. 

Jon suspiró

 - Es mejor que te vallas...no quiero meterme en más problemas con Lady Cathelyn - El bastardo regresó su vista a la espada y continuó con su labor. 

-¡Jon, vamos! desde el día de tu nombre no dejas esa espada...se que son geniales pero podríamos divertirnos, incluso podrías traerla- dijo la pequeña con animosidad. 

Al no tener respuestas de su hermano,tomó una roca pequeña y la lanzó hacia Jon nuevamente. 

-¡Arya, ya Basta!

La Stark estaba por lanzar otra cuando su mano fue detenida por Lady Cathelyn, quien tenía su típico semblante serio, ya clásico con el Bastardo de los Stark. 

-Arya, una dama no debe estar en un lugar como este y mucho menos lanzar rocas - Lady Cathelyn vio que Jon la observaba y luego apartaba la mirada de nuevo a su espada -Aunque sea a un Bastardo. 

 La dama se acercó a Jon al mismo tiempo que  tomanba a Arya del brazo.

 Lady Cathelyn odiaba a Jon, pues verlo era el recuerdo constante de la infidelidad de su esposo y más aún de que el joven Jon era más Stark que cualquiera de sus hijos. Incluso tenía los ojos grises de Lyanna Stark. 

-Te he dicho que no traigas a Arya a este lugar - Dijo con desprecio. 

-Madre el no ha sido...

-¡Silencio! - Reprimió Lady Cathelyn - Te Prohíbo que te acerques a mis hijas,¿entendiste?, Bastardo

- Si mi Lady - Dijo Jon con la cabeza baja -no pasará de nuevo. 

La Señora de Winterfell se llevó a Arya de la mano dejando al bastardo de nuevo en su soledad. 

Su vida quizás no era miserable, tenía un padre y hermanos que lo apreciaban, no era la mejor vida pero era su familia «Eres un Stark Llevas mi sangre» recordó las palabras de su padre al entregarle su regalo en el día de su nombre. 

Había pensado en marcharse al muro, pero cuando se lo informó a su señor padre, el se negó rotundamente y le exigió sacar aquella idea de su mente «Eres un Stark, tu lugar es en Winterfell» esto sorprendió mucho a Jon, pensó que su padre, a pesar de apreciarlo, apoyaría su decisión de marcharse pero ese acto lo hizo sentir parte de la familia. 

Valar MorghulisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora