Separados

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PDV Tris

-Está bien, Tobias. No tienes que hacerlo respondo. No tiene por qué devolverme el favor. Sólo quería que se sintiera bien al menos una vez.

-Tal vez, yo quiero -dice, con una pequeña sonrisa.

Justo en ese momento, alguien toca la puerta. Gracias a Dios, la puerta del dormitorio está cerrada, de otro modo, quien sea que esté afuera podría vernos.

Tobias gruñe.

-¿No podían venir en un momento peor? -Me río mientras él se levanta y se viste- Ahora vuelvo -dice, rodando los ojos y dejando escapar una sonrisa.

-No tardes -digo, sonriendo.

Tobias sale de la habitación, volviendo a cerrar la puerta.

Después de unos minutos, salgo de la cama y entro al baño. Me miro en el espejo. Sorprendentemente, no me veo mal en el conjunto.

Mis pensamientos son interrumpidos cuando Tobias regresa.

-Malas noticias, regresaremos antes -dice, su cara demuestra que está molesto. Supongo que no está feliz.

-¿Qué sucedió? -pregunto, saliendo del baño para empacar.

Tobias me sigue para hacer lo mismo.

-Ha habido un problema de seguridad en Osadía. Max necesita mucha de mi ayuda, supongo. -Me vuelvo a poner mi vestido- Johanna nos está esperando en un camión afuera, ella nos llevará a la valla -añade.

Asiento.

-Ya estoy lista -digo, saliendo.

Intento no mostrar mi decepción. Estas eran mis vacaciones con Tobias, con tiempo que ocuparíamos sólo para nosotros dos. Aunque no fue así. Bueno, un poco sí.

Subimos las mochilas en la parte trasera del camión y yo me siento en el regazo de Tobias como la última vez.

-Lamento mucho que su estancia haya sido tan corta -dice Johanna- Cuando el problema esté resuelto, los esperaremos con los brazos abiertos. Siempre habrá espacio para ustedes aquí.

-Gracias, Johanna. Nuestro tiempo aquí fue muy bueno -respondo.

Una vez que llegamos, Tobias y yo caminamos a las vías en silencio. No creo que ninguno esté de humor para hablar.

Él mete nuestras maletas y salta al tren. Lo sigo y me siento recargada en la pared. Tobias se sienta junto a mí.

-Perdón, Tris.

-¿Por qué? -lo miro. Tiene la cabeza entre sus manos y su codos en sus rodillas- No es tu culpa.

-Sí que lo es. Max me necesita -dice.

Suelto una risa corta. Piensa que el problema de seguridad es su culpa.

-Tobias, tú no hiciste nada malo. No podías controlarlo.

-Supongo -suspira, mirándome- Sólo quería que tuviéramos un buen viaje con algo de tiempo para nosotros solos.

Le sonrío.

-Fue divertido mientras duró. Vamos admítelo.

Tobias finalmente sonríe, o hace una mueca, mejor dicho.

-Eso no cuesta trabajo de admitir.

Nos quedamos en silencio otro rato.

-Hay algo que he estado preguntándome -dice.

Tris Conquista su MiedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora