Capitulo 4.

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Narra Martina.

16 de noviembre 2017- 4:00pm

Esto era como regresar a los años de instituto. Cuando te dejaban miles de tareas que al parecer nunca ibas a terminar, las hacías con una monotonía impresionante. Así estoy yo como una tonta marcando, tarjeta por tarjeta ¡Que Dios me ayude!

Lo único que me acompaña es Bruno Mars en el fondo.

Las tarjetas quedaron de envidiar. Vienen dentro de una caja cuadrada de color dorado, dentro de ella, viene la tarjeta de invitación en color beige, con una capa de plateado y un moño rosa en tela. ¡Perfectas!. Camila no le puede pedir más a la vida. Amo mi buen gusto.

Voy mirando la lista en orden alfabético y sacó una de las tarjetas para ir marcando. ¡Ya voy por la letra R! Creí que nunca pasaría de la mitad. Además, Camila no ha llegado para ayudarme tal como me lo prometió. Seguro se quedaron teniendo sexo en el auto o en el baño de la tienda de trajes. O tal vez no... Que mal pensada soy. Para comprobar que estuve equivocada, Camila llega al momento.

-Lamento la tardanza, Matt no tiene buenos gustos- tira su bolso y se sienta a mi lado en el piso- ¿Cómo vas?.

-Tengo hambre, me duele el trasero, estoy aburrida y te odio- digo dramática.

-Oye, no seas floja, más tarde vamos a comer algo, no te preocupes. Ven, te voy diciendo los nombres y te paso las tarjetas para que solo te quede de escribir- me arrebata la lista de las manos.

-¡Ya era hora, mujer!- rueda los ojos por mi actuación.

-Roshel Vergara- dice mientras revisa en su celular las redes sociales, claro ella si puede pero yo no- Samuel...- dice por lo bajo- Steel.

¡¿Cómo lo pasé por alto?! Tonta mil veces tonta. Me hago la distraída para no tener que hacer la tarjeta. Si no tiene tarjeta, no vendrá y la fiesta no se va a poner incómoda. ¡Inteligente!

-Sarah Fernández y Santiago Smith.

-Espera, ¿la chica nerd?... ¿Santiago no era del equipo de fútbol americano?- digo sorprendida.

-Lo sé... Nadie se veía venir eso. Pero tienes que aceptar, esa chica está que arde- dice riendo.

Tengo que hacerme la idea de que Samuel, como sea vendrá, mi única solución es hacerme invisible o practicar para que Lasa cosas no se vayan a volver incómodas.

-Pasame la de Samuel- abre una bolsa donde están las tarjetas ya marcadas.

-Si, yo luego la pongo dentro- digo nerviosa.

-Tienes que hacer la tarjeta de Samuel... Mar, han pasado cinco años.

Sonrío en respuesta a sus palabras. Lo dice tan preocupada por mí, que solo me causa ternura. Lentamente escribo su nombre, me pesa escribirlo. No entiendo ni porque... Parezco una adolescente, Camila tiene razón han pasado cinco años, Samuel no debería preocuparme ni un poco.

-Te tengo una buena noticia, en la empresa que estoy trabajando ahora, necesitan una diseñadora gráfica, les he hablado de ti- dice emocionada.

-¿Es en serio? Pero si yo no he terminado mi carrera- rueda los ojos.

-Lo sé tonta, el horario será flexible, además puede contar como horas de práctica y como experiencia. Será un trabajo de fin de semana completo, ¿Qué dices?- está atenta a mi reacción.

-Supongo que está bien, lo de menos es viajar cada fin de semana... ¡Está genial!- ambas reímos emocionadas.

-Vale, no podemos perder tiempo con las tarjetas.

(...)

No soy una mujer chismosa, no lo soy, no lo soy. Sólo soy curiosa, es todo, si. Ni siquiera lo hice con intención, fue cosa del destino.

Luego de terminar de marcar las tarjetas, Matt llegó y Camila se fue con él a la habitación, mientras yo veía una película. Su celular no paraba de sonar y me tenia fuera de quicio porque no me dejaba concentrar en la película.

Mi única intención era, tomar el celular y ponerlo en silencio. Pero no fue así, ¿Por qué es tan difícil poner en silencio un celular?. Ah, si, por culpa de ese maldito nombre. Un mensaje en particular llamó mi atención, era de Samuel. Iba a leer el mensaje y luego lo pondría en no leído, pero a Samuel, le dió por contestar en cuanto vió que leí el mensaje. Por un momento sentí como si me estuviera respondiendo a mí.

"Camí, mi maleta está lista"
"Me alegra poder estar juntos, como en los viejos tiempos"
"Voy a estar tan borracho que no sabré quienes son los novios"
"Maldita sea, dejen de follar y responde"
"¿Cuándo será la despedida de soltero?"
"¿Tengo que pagarte por la posada? Ja, ni te creas, tú deberías darme dinero por ir y darte el privilegio de tenerme cerca"
"¿Por qué me dejas en visto?"
"Matt dijo que tenía una sorpresa para mi"
"¿Me puedes dar un adelanto?"

Es decir, Samuel viene para acá, ¡Se quedará en casa de Camila!. No sé si enojarme, no me favorece hacerlo, ella diría que  no debí revisar su celular y ganará la discusión. Debo inventar una excusa de como irme, antes de que llegue Samuel, así no voy a convivir 24/7 con él. Pero primero, debo solucionar mi problema con Samuel, es decir, él cree que Camila lo dejó en visto y si es así, luego ella se dará cuenta.

Decido que responder es lo mejor.

"Lo siento, tomé el celular de Camila y se abrió el mensaje, sin intención".

Mi corazón está dando mil saltos y mis manos sudan, siento que me voy a desmayar ahora mismo.

"¿Y tú eres?"

Soy la que se va de la casa mañana.

"Sarah, lo siento, adiós"

Dios, si tú me ayudas a salir de esta, prometo que no volveré a revisar los mensajes de nadie, nunca, jamás en mi vida.

"Le diré a Camí, que nos presente ;)"

Cuando irá a cambiar, Samuel Steel.

No tan perfecto (TP#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora