Capitulo 31.

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Narra Martina.

Tenía que irme. Pero una fuerza mayor me lo impedía. Unos grandes brazos me tenían atrapada. Y aunque lo agradecía, por el frío terrible que hace a estas horas de la mañana, no puedo quedarme. Matt y Camila llegan hoy. No puedo permitir que nos encuentren de esta forma.

-¡Samuel! Despierta. ¿Has visto a...- las palabras de Matt se cortan cuando me ve tratando de salir de los grandes brazos del profundo Samuel.

-Buenos días, Matt. ¿Qué tal el viaje?- digo rápidamente.

-Bien- dice sonriendo pícaro- te dejo para que cubras tu desnudez- hace un ademán hacia mis senos descubiertos.

Quiero que la tierra se abra en dos partes y me lleve a lo más profundo de ella. Para no volver a tener que mirar a los ojos a Matt. No es la primera vez que me ve desnuda o con un hombre en la cama, siempre ha sido un imprudente de mierda. Pero esto es diferente, es su casa, es su mejor amigo. Y él conoce muy bien la historia de Samuel y yo. Se la conoce al derecho y al revés, de un lado al otro, a color o blanco y negro.

-Samuel- digo frustrada.

-Samuel despierta por el amor de Dios.

Poco a poco empieza a incorporarse en la cama. Sus ojos están entreabiertos, mientras se acostumbra a la luz. Su cabello está despeinado. Se ve tierno y al mismo tiempo sexy. Samuel Steel.

-Matt y Camila han llegado. Matt sabe que tuvimos sexo- informo.

-Hicimos el amor- corrige.

-Por Dios. Todo en mí duele. Follamos.- aclaro.

-Vale. Prometo hacerte el amor, de nuevo- dice con la voz ronca.

Sin decir nada, me pongo de pie y me voy para mi habitación. Antes de salir, miro hacia todos lados, para verificar de que no haya nadie que me vea envuelta en las sábanas de la cama de Samuel. Entro rápidamente en mi habitación y doy un salto y un chillido por la figura femenina que reposa en mi cama.

-Buenos días, hermosa- dice Camila emocionada- ¿Cómo la pasaron en nuestra ausencia?.

-Bien. Pero, ¿Cómo la pasaron ustedes?- digo mientras voy al baño, para hacer mis necesidades, darme un baño y hacer como si nada pasó.

-Tuvimos mucho sexo e hicimos el amor también, en todas partes. Pero no es ninguna novedad- puedo escuchar sus pasos por toda la habitación-. Novedad es: tú y Samuel desnudos en su cama. Entonces, puedes decirme que sucedió o utilizaré la deducción.

-¿Cuál es tu deducción, querida Camila?- digo desde el otro lado de la puerta.

-Se reconciliaron en mi semana de ausencia. Lo van a intentar. Tuvieron mucho sexo ¿No?.

-No. En realidad sólo lo hicimos anoche. Y fue por puro placer. Nada de intentar las cosas de nuevo.

Y esto lo decía porque no tenía claro que era lo que sentía o quería con Samuel. Era claro que empezaba a sentir cosas grandes por él, de nuevo, pero tenía que ser realista. Por eso me mantengo a raya, no puedo hacerme ilusiones para luego romperlas como si fueran simples juguetes. No soy la antigua Martina, ya no creo que es normal que me rompan el corazón constantemente.

-Vale. Voy a desempacar. Nos vemos para el almuerzo.

Escucho la puerta cerrar y me baño con más tranquilidad. Luego de una ducha caliente, escucho música mientras me obligo a ponerme algo de ropa. Me gusta estar en ropa interior, me siento libre. Pero no es mi apartamento en Cambridge y debo seguir las reglas de la casa de Camila y Matt.

Cuando bajo, veo a Matt en el patio, al lado de la piscina. Tiene una cerveza en su mano. Tomo todo el coraje que puedo y me siento a su lado.

-No me lo creo- dice al instante.

-¿Qué pasa?- digo nerviosa.

-No me agrada la idea de vosotros juntos.

-Samuel es tu amigo desde que llegamos a Manchester. Lo conoces como la palma de tu mano. ¿Qué no te agrada?- estoy un poco molesta por su comentario.

-Se hicieron mucho daño, Martina. Te amo demasiado, Samuel y tú son gran parte de mi vida. Y siendo sincero, odio la idea de verte llorar, por él, una vez más- aclara su garganta-. Samuel solía llamarme a las tres de la madrugada para que le pasara tu número de teléfono, borracho, hasta drogado, puedo apostar. Tuvo muchos problemas económicos, empezó a meterse en peleas clandestinas y con personas de mal nombre, no puedo decirte lo que hizo, quiero que sea él quien te lo cuente, duraba ebrio tres días seguidos, le dieron las palizas de su vida por ajustes de cuentas- ahogo un chillido- la pasó muy mal por dos años seguidos. Yo fui testigo de eso.

-Yo no lo sabía- es lo único que puedo decir.

-Tú por otro lado. Te alejaste de tu padre, te veías con chicos desconocidos, odié verte llorar todas las noches cuando iba de visita, recuerdo también que fallaste una semana completa a la universidad, incluso hasta problemas con el alcohol. También fuí testigo de eso. Me la hicieron pasar mal, pero eso es otra historia. Es verdad, están unidos por el maldito hilo rojo. Pero no saben que les depara el destino. Tal vez no están haciendo lo suficiente para estar juntos. Pero de cualquier forma, se harán daño. No quiero eso para vosotros- calla por unos segundos para luego terminar-. Si van a intentarlo, den todo por lo vuestro.

Y tengo que soportar mis lágrimas. Creo que voy a caer de cara a la piscina. Porque sé que es verdad. Es totalmente cietto

No tan perfecto (TP#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora