Narra Samuel.
No era como antes, definitivamente, no lo era. Pero tampoco quería que fuera asi. Ahora, apesar de que los años han pasado, se ve más jovial. No tiene esa mirada de desaprobación todo el tiempo. Ha hecho cosas que antes nunca hubiera podido hacer, ni siquiera en pensarlo. Me imagino que tuvo que aprender a soltar un poco la cuerda que la une con el civismo. Puedo imaginar, tambien, todo el mundo que conoció durante ese tiempo. Las drogas, los chicos, el sexo, el alcohol, peleas clandestinas, armas, tráfico de drogas... Bueno, tal vez no hasta allá, pero si las primeras cosas.
-¿Quieres ir a cenar mañana?- digo cuando después de nuestro beso, nos quedemos mirando.
-¿Cómo una cita?- dice entre cortas risitas.
-Como tú lo quieras ver- digo sonriéndole.
-Me parece bien.
Alguien toca la puerta de su habitación y hace que ambos nos demos la vuelta. Está Sarah con una mano cubriendo sus ojos y la otra en el pomo de la puerta.
-Les voy a cerrar la puerta. No veré nada- dice con dificultad como si el hecho de taparse los ojos le afectara las cuerdas vocales.
-Puedes mirar, Sarah, no pasa nada- dice Martina mientras se incorpora a mi lado.
Ella suelta una bocanada de aire y quita la mano de sus ojos.
-Son tan aguafiestas- dice la rubia-. Venía a decirles que...- pone la mano en su barbilla mientras simula pensar algo- ¡SOPHIE ¿QUÉ LES TENIA QUE DECIR A LOS CHICOS?!- grita en la cima de las escaleras.
-¡LA COMIDA IDIOTA!- dice Sophie desde abajo.
-¡OKEY! Si, como escucharon, la comida está lista. Pueden ir a cenar. ¿O prefieren comer aquí arriba?- dice pícara.
-Vamos- dice Martina.
Ambos nos ponemos de pie y salimos a la par con Sarah. Abajo todo está servido y listo en su lugar. La casa no está en ambiente navideño, simplemente es una casa. La calefacción está a todo dar o probablemente moriríamos de frío. Odio esta época. El frío es infernal, llega mucha familia y te saluda hipócritamente, todos se hacen los felices, hacen todo sistemáticamente. Es una fecha muy "especial" que las personas suelen dañar con su monotonía.
Nos sentamos a comer en silencio.
-¿Cómo te sientes, Mar?- dice Sophie.
-Mejor- dice simple.
En realidad, se ve más pálida que nunca, tiene unas buenas ojeras y vista caída. Como cualquier persona recién salida de un hospital. También recién drogada. La comida transcurre en silencio. Pero no es un silencio incómodo, sólo es lo normal a la hora de cenar.
-¿Quieren más?- dice Sophie.
-Si, por favor- dice Sarah.
-Bueno, entonces vamos. Ayúdame a servir.
Le da un codazo visible y la rubia se pone de pie a su lado. Martina suelta un gran suspiro al ver las claras intenciones de sus amigas.
-Nos quieren forzar a hablar... Tranquilo, no tiene que ser así- dice mientras saborea las pastas.
-De hecho, me gusta hablar. Pero, lo están haciendo muy incómodo. Hablo de Sarah y Sophie- digo.
-Tienes razón- suelta una pequeña risa desganada.
-Seguro nos están escuchando al otro lado de la puerta- afirma ella.
-No pongo duda en ello.
Seguimos comiendo. Al rato, llegan de nuevo con una sonrisa en su rostro. Es horrible, porque me hubiera gustado, hacer esto en silencio. Guardar un secreto los dos. Como en los viejos tiempos.
-Hoy lavan los trastes ustedes- dice Sophie cuando se pone de pie.
-¡¿Qué?! No es justo. Yo estoy muy cansada por mi noche en un hospital. Si no me hubieran drogado, hasta les habría cocinado- se queja la castaña.
-Okey. Samuel y Sarah van a lavar- se rinde Sophie.
-Maldición- dice Sarah entre dientes.
Entramos a la cocina. Sarah empieza y yo me encargo de secar lo que ella me va pasando. Tararea la letra de una canción de Pink animadamente.
Quiero saber qué piensa Martina en estos momentos. Si nuestros últimos encuentros le han afectado en algo, ha sea para bien o para mal. Sólo quiero saber qué piensa. Pero sería muy apresurado, seguro. Se va a sentir presionada. Va a pensar que quiero recuperarla. No es así. Sólo un poco. Pero la mayor parte de mi, sabe que Martina siente es solo un capricho por mi. Algo vacacional. Yo me iré nuevamente a España y ella a Cambridge. No es como si nos vamos a casar luego de cinco años sin saber nada del otro.
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Estoy trabajando en una buena historia: el pasar de Hannah.
Será publicada cuando termine No tan perfecto.
Espero su apoyo.
Gracias por estar aquí siempre. Apesar de que soy bien inconstante con subir capítulos.
Prometo mejorar mi nivel para la próxima historia.
Los quiero.
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No tan perfecto (TP#2)
ספרות נוערHan pasado cinco años desde la partida de Samuel y aquel reencuentro que juraron, sería pronto, no ha ocurrido. Y ambos parecen ignorar el hecho de que se extrañan, porque se extrañan ¿No? Pero las cosas están por cambiar, una invitación, una boda y...