Capitulo 25.

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Narra Samuel.

Ya no sé que me tiene tan descolocado. Si el comentario de Martina en la bañera o Martina moviendo su trasero al ritmo de Taylor Swift mientras cocina en panties y una camisa de tiras con Sarah, la última si tiene ropa. Seguro no se han dado cuenta de que estamos aquí.

-Chicas, ya yo... Digo, nosotros hemos traído ésto- señalo las bolsas de nuestras compras.

Martina me sonríe complacida y sin timidez se acerca a mí. Mi pecho choca con el suyo y a ella no le incómoda para nada. Pasa una mano detrás de mí sobre el mesón de la cocina y toma la bolsa.

-Gracias, guapo.

Antes de irse al lado de Sarah me guiña el ojo.

EXTRAÑO. En todo el sentido de la palabra eso ha sido extraño.

-¡Oh, qué rico! ¡Hicieron brownies!- chilla Sophie mientras corre a un plato con dichos postres.

Sarah hace una cara de horror y corre para quitarle el brownie de las manos a Sophie, la cual hace un puchero.

-¿Qué haces? Dámelo- se queja Sophie. Yo observo esto desde el umbral de la puerta de la cocina.

-¡Tu no!- la regaña Sarah.

-¡Deja mis brownies happy en paz!- dice Martina.

Entonces todos giramos a verla con horror. Tengo como un Deja Vu. Si, definitivamente y confirmado la extraña actitud de Martina se debe a que está drogada.

Eso es lo que sucede cuando dejas a dos chicas con resaca, solas en casa.

-¡¿Por qué le diste brownies con marihuana a Martina?!- grita espantada a Sophie.

-¡Ella me los robó!- se defiende Sarah.

-¡¿Qué los brownies tenían que?!- dice Martina para después caer al piso de forma dramática. Un golpe seco se escucha cuando su cuerpo choca con el piso.

Mil veces mierda.

Sophie y yo corremos en su ayuda. La llevamos hasta el sofá y la observamos por un tiempo. Sonríe de una forma extraña y aterradora. Eso me da la señal de que no está muerta.

-Debemos llevarla a un hospital- digo mientras me dirijo hacia las escaleras.

Debo traer un poco de ropa para que no le dé hipotermia, las llaves del auto de Martina y algunos de sus documentos.

- Sólo es marihuana- dice Sarah.

Mi cabeza da un giro hacia su dirección, un giro digno de una película de terror.

-Está intoxicada por el alcohol, luego por la marihuana. Y lo más probable, es que tenga una contusión cerebral por la caída- digo entre dientes tratando de contener mi ira- claro que vamos a un hospital.

-Samuel tiene razón- asiento en dirección de Sophie por el apoyo.

-Vamos en el auto de Martina. Voy por su ropa y documentos.

Subo en un trote rápido a su habitación. Como puedo, busco su ropa. Un pantalón largo de hacer ejercicio, una camisa más cubierta, un abrigo grande de cuero, unas zapatillas cómodas de hacer ejercicio y dos pares de ropa interior. Vamos a un hospital y la ropa para ese tipo de lugares debe ser cómoda.

Las chicas tienen a Martina en sólo ropa interior, les extiendo lo que baje para vestirla y ellas lo reciben. Veo como le ponen su ropa. No puedo evitar ver su cuerpo desnudo y no pensar en tenerla dispuesta a mí. Aunque la situación no lo amerite. Así que me regaño por tener ese tipo de pensamientos por una chica drogada y sin conciencia de su cuerpo.

Nada más podía faltarle a mi día que una chica intoxicada por brownies de marihuana. Ni siquiera ha pasado el efecto del alcohol. No me quiero imaginar lo que dirán los doctores cuando vean los resultados de las pruebas de sangre. Puedo imaginarlos llamar a la policía o algo por estilo. Incluso, diciendo la típica frase de los adultos... Esperen, yo tambien soy adulto. Bueno, de la generación de mi padre, a esa clase de adultos me refiero, diciendo, "estos jóvenes de hoy en día" mientras niegan lentamente con la cabeza con una mirada de desaprobación.

Ayudo a las chicas a llevarla hasta mi auto y dejarla lo más cómoda posible en el asiento trasero de su auto.

No puedo evitar echarle la culpa a Sarah por tener unos brownies happy por la casa. No son la gran cosa y no pienso juzgarla por eso pero de igual forma me molesta que los haya dejado al alcance de alguien, sin haber avisado previamente.

Cuando llegamos a el hospital alguien acude a nosotros con una camilla.

-¿Qué le ha pasado?- pregunta una enfermera.

-Ella- pienso un momento lo que va a decir- se intoxicó con brownies de la iglesia.

La chica enfermera asiente hacia mi dirección mientras procesa mis palabras. Veo como se la llevan por un pasillo blanco.

No tan perfecto (TP#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora