Narra Martina.
Luego de cinco minutos tratando de enfocar la vista en el chico que me mira como si algo malo estuviera a mi lado, trago saliva y pienso muy bien mis palabras. Samuel trata de descifrar antes de tiempo lo que diré, pero mis palabras son tan inciertas que ni yo misma sé cuáles serán.
-Por el amor de Dios, Martina, habla- dice en un susurro.
-Debo irme para Cambridge ahora mismo. Y tú debes ir a España.- declaro.
-Mañana es tu cumpleaños, no puedes irte y ya. Sabes que Camila te tiene algo preparado.
-Samuel, aquella noche me dí cuenta de muchas cosas. Entre ellas, que no es sólo sexo. Y nos haremos daño, me haré daño- aclaro-. Quiero cerrar nuestro ciclo para siempre esta vez.
-¿Es la única solución?- se sienta a mi lado.
-¿Irme? Si, si lo es. Tenerte cerca es el fin para mí cordura- mis labios empiezan a temblar cuando algunas de mis lágrimas rozan mis mejillas trazando un cálido camino.
-¡No es justo! Si sientes cosas no debes irte y dejarlo todo. No sería la primera vez que pasamos por esta ¿Qué más da?- toma mi mano y me observa detenidamente.
-¡Da mucho Samuel! No quiero volver a pasar por lo mismo, no cuando lo puedo evitar- digo luego de varios minutos de silencio- Debo irme.
Empiezo a tomar camino a las escaleras y espero que sus gruesas manos me tomen y me diga que no me vaya, pero no sucede. Puedo sentir la mirada de Matt y Camila perseguirme hasta la entrada principal.
-Tomaré un taxi.
Veo de reojo como cruzan una mirada y sueltan un gran suspiro, saben que no hay remedio, me iré. Abro la puerta y el frío aire de una tarde de reyes magos en Londres me golpea. Miro para ambos lados y veo algunos vecinos bajar sus compras para la cena de esta noche. Me pregunto realmente a donde quiero ir. Saco mi teléfono y llamo un taxi que promete estar en cinco minutos en la dirección que le dí. Me siento a esperar en el pórtico mientras trato de mantener el calor en mi cuerpo. Unas bocinas me interrumpen los pensamientos. Servicio efectivo.
-¿Desde cuándo tan cobarde?- su voz me hace poner la piel de gallina.
-No lo digas- lo reto cuando abro la puerta del auto.
-Te subes a ese auto y tendrás que aceptarte como una cobarde- contraataca.
Miro al señor del taxi y me dedica una mala mirada. Sin dejar que cierre bien la puerta pone el motor en marcha y se va.
-¿Te irás en serio?- dice a mis espaldas.
-Me iré, Samuel.- digo con la voz temblorosa.
-Cobarde.
-No vuelvas a decir eso.- las palabras salen de mi boca con una clara frustración.
-¿A qué le tienes miedo? ¿A ser feliz, a enamorarte, a que te rompa el corazón, a que rompas el mío? Dímelo, juro buscar una solución efectiva- dice subiendo su tono de voz.
-Le tengo miedo a un conjunto de todo aquello que mencionas, Samuel. Además es algo que podemos evitar, no tenemos que pasar por esto- le reprocho.
-No tenemos, pero queremos.
-¿Queremos?¿ Ya lo consultaste conmigo?- digo estupefacta por lo que asimiló.
-Por favor, Martina. No tenemos quince años, sabemos lo que queremos y lo que debemos hacer para obtenerlo. Quiero ser feliz. - sus ojos se achinan cuando frunce su ceño claramente entrando en desespero- déjame ser feliz contigo, por lo menos intentarlo. Aunque no tenga la certeza de que lo vamos a lograr. Porque en realidad no la tengo. Y si es un capricho, estamos jóvenes, podemos darnos un gusto de vez en cuando.
-Tú no lo entiendes. Lo hago por mi, Samuel. Se trata de mí- refuto.
-¿Y nosotros qué, Martina?- dice al borde de la histeria.
-¿Nosotros qué, Samuel? Nosotros fuimos hace cinco años, cuando te marchaste e hiciste la promesa de volver a verme un día, o tan solo escribirme, puedes decirme loca o lo que quieras, pero no recuerdo que eso haya pasado- digo entre lágrimas.-Si, pues tú nunca me fuiste a ver, Martina, ¡No te interesaste en mantener lo nuestro!- se da la vuelta y me deja allí en un mar de lágrimas y recuerdos.No podía esperar más de un reencuentro, luego de cinco años, mis expectativas fueron demasiado para lo nuestro.
Antes de entrar y dejarme completamente sola, mientras me da la espalda, para un momento y termina diciendo:
-¿Quieres saber que nos depara el futuro?- estoy muda así que lo único que emito es el sonido de mi respiración pesada- Bien, espero no te arrepientas de esto, pequeña cobarde.
Tengo las ganas de lanzarme sobre él y darle un golpe y luego besarlo para que no me vuelva a decir cobarde; quiero decirle lo mucho que también quiero intentarlo. Pero no lo hago, sólo observo como se va mi última oportunidad de saber que hubiese sido de nosotros dos.
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No tan perfecto (TP#2)
Teen FictionHan pasado cinco años desde la partida de Samuel y aquel reencuentro que juraron, sería pronto, no ha ocurrido. Y ambos parecen ignorar el hecho de que se extrañan, porque se extrañan ¿No? Pero las cosas están por cambiar, una invitación, una boda y...