Narra Samuel.
Estamos jugando una partida de FIFA. Matt ha dicho que no tiene trabajo importante. Solo una reunión a las 10:00 am. Así que no me da pena gastar su tiempo. El partido está por acabar, Matt es muy bueno, a eso debo sumarle que no estoy en mis mejores momentos.
-¿Ya han hablado?- dice de repente.
-¿De qué hablas?- trato de hacerme el bobo.
Él anota un gol.
-Sabes de quien habló, no seas tonto- pudo jurar que rodó sus ojos.
-Sobre la despedida de soltera y soltera- digo simple.
No quiero hablar con Matt sobre ella, me rehuso completamente.
-Pero... ¿Todo bien?- dice intrigado.
-No lo sé, Matt. Si supiera, te lo diría- paro la partida.
Sé a qué quiere llegar con esto. Me va a dar la charla típica de años atrás: han pasado más de cinco años, Samuel, no son unos críos ahora, deben superar lo de ustedes. Empezó a darme esa charla al mes de haber dejado las cosas con Martina, desde entonces lo único que hace es cambiar de tiempo.
-Oye, ven, no te quería incomodar. Solo que me preocupan, son como mis hermanos y no quiero que la pasen incómodos el día de mi boda- me sigue el paso.
Incómodo. Una palabra que hace parte de mí, últimamente, cuando la tengo cerca. No me dolía aceptar aquello, Martina me seguía moviendo el piso, quizás no como antes, pero siempre tenía una sensación rara cuando la tenía cerca; y yo no podía hacer nada para evitar que las cosas fueran así. Tarde que temprano iba a tener que superar lo de nosotros, en cinco años más, con suerte, a penas y recordaría su nombre.
Abre un mini refrigerador y saca una botella de whisky con una cubeta llena hielo. Sirve uno y luego otro.
-Todo va a estar bien. Mientras no hablemos del pasado- digo mientras tomo un poco de la copa que me ofrece.
Miento. El solo hecho de tenerla cerca ya hace que las cosas no estén bien. Además del pasado, debo aceptar que Martina está más buena que nunca. Estos cinco años, le han sentado de maravilla, ya es toda una mujer. Una mujer hermosa.
-Ya es hora de que me vaya- mira el reloj de mano- .Voy a cerrar un contrato muy importante. Nos vemos en casa, puedes tomar el whisky que quieras- toma algunos folders de su escritorio y sale a toda prisa.
No venía venir este momento. Lo único que realmente nos importa en este momento, aparte de nuestras familias, es ser buenos en el trabajo. Era hora de que fuera así, debíamos sentar cabeza, reconocer que el alcohol, fiestas y sexo no iban a llevar a nuestra vida a algo bueno. Matt y yo siempre supimos como controlar esa parte loca de nuestra vida. Casi siempre.
Pongo un poco de música, tratando de que no saliera de las paredes. Empiezo a mirar Facebook, específicamente el de Martina, hacía mucho que la había borrado de mi lista de contactos en TODAS las redes sociales. Ni su número telefónico tenía.
La primera foto que veo, es una de las con Camila y Matt. Luego ella con un chico que no tengo ni la menor de quien es, la tiene abraza por la cintura. Una picada de algo me da. Pero me regaño por estar casi celoso, quizás es solo un compañero de la universidad, yo me acosté con varias chicas de la universidad e incluso de mi trabajo. Una secretaria. Algo tienen las secretarias. Camila tiene razón.
Vamos a ver si lo que hago tiene lógica: creo que aún quiero a Martina, pero me sigo acostando clandestinamente con chicas que apenas y recuerdo su nombre.
Suena una canción bastante triste y decido servir otro poco de whisky. Y así canción tras, me empiezo a sentir mareado, y decido parar.
-I need you forever...- canto para mí mismo.
No está de lujo, estar hasta las medias de alcohol en la oficina de tu amigo, sólo, escuchando música triste. Menos mal y solo quedan casi cinco días acá. Menos mal y he aprendido a parar de tomar a tiempo. De algo me ha servido amanecer al otro lado de España, con una chica en una habitación de hotel que nunca había visto en mi vida.
(...)
He aprendido muchas cosas. Por ejemplo, que no he aprendido a tomar.
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No tan perfecto (TP#2)
Teen FictionHan pasado cinco años desde la partida de Samuel y aquel reencuentro que juraron, sería pronto, no ha ocurrido. Y ambos parecen ignorar el hecho de que se extrañan, porque se extrañan ¿No? Pero las cosas están por cambiar, una invitación, una boda y...