Capitulo 21.

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Narra Samuel.

Beso lentamente y a ritmo. La chica debajo de mi está temblando de puro placer. Tiene su boca entre abierta y dice cosas que no logro entender.

-Samu- susurra esa voz familiar cuando estoy por meter mis dedos en su ropa interior.

Hace mucho no la tenía de esta forma.

-Mar- deposito un beso en su cuello al mismo tiempo que introduzco uno de mis dedos.

-Soy Kiara- dice ofendida.

Imbécil.

- Cariño, espera, no te enojes- ni siquiera gira a verme

Ella se incorpora de inmediato y se pone su ropa nuevamente. Hace mucho no dañaba el sexo por equivocarme de nombre. Tampoco quería tener sexo...

Me resigno y decido que lo mejor es regresar a la fiesta.

(...)

Estamos frente al fuego. Camila y Matt ya desaparecieron de nuestro radar. La mayoría de caras son conocidas para mí: Sarah, Sophie, José, Kiara, Santiago, Sarah la nerd, Jhean, Carlos y otros amigos del equipo de fútbol y del instituto, tambien está Martina.

Está siendo el centro de atención de todos, para nada raro ese hecho. Está haciendo muecas graciosas. Los demás ríen a carcajadas haciendo que ella continúe. Primero, frunce su ceño, levanta una ceja y luego la otra, da el efecto de que hace una ola con sus cejas. Se ve sumamente tierna.

Inconcientemente suelto una carcajada cuanto trata de mirar su nariz. Ella sigue sonriendo y levanta la vista para ver a quien más hizo reír. Ella da una sonrisa tímida.

-¡Chicos! ¿Quieren jugar a verdad o reto?- dice Sarah.

-¡No jodas Sarah! ¡Ya estamos grandes para eso!- responde José.

-¡Que te den José! Vamos a hacerlo como en los viejos tiempos.

Sin más, va y busca una botella. Nos alejamos un poco del fuego y armamos un nuevo círculo. Sarah es la primera en darle vuelta a la botella. Le cae a una chica que no recuerdo su nombre y a José.

-¿Verdad o reto?- pregunta la chica a José.

-Verdad- responde él.

-¿Cómo lo hace Martina?- tengo el impulso de ponerme de pie. No se me antoja escuchar como lo hace con otros chicos.

-Salvaje- le dedica una mirada sugerente a Martina.

Todos dan un grito al cielo de emoción. Pero a Martina parece no hacerle nada de gracia el comentario de José. Empezamos a beber, rápidamente trago tras trago, pregunta y retos candentes. Todos estamos ebrios pero no detenemos el juego.

Me cae a mí y a Martina. Soy yo quien debe hacer la pregunta o ponerle un reto.

-¿Verdad o reto?- digo la voz ronca.

¡Que sea reto!

-Verdad- dice mientras arquea su ceja.

-¿Quién lo hace mejor, José o yo?- todas dan un grito de ovación por mi pregunta. Fue un comentario de todo un ebrio, definitivamente.

Abre su boca para decir algo pero la cierra de inmediato y lo piensa de nuevo- yo nunca lo he hecho con José.

Todos se quedan un rato en silencio. Para luego decirle cosas a José que lo hacen avergonzar. Una punzada de alivio me ataca. Es José y siempre estuvo sugerente en tener sexo con Martina. Me alegra que ella no haya accedido.

Pero lo que en realidad me hace quedar en mi lugar es su mirada. Sé que me está odiando en estos momentos y quiere lanzarse sobre mí y darme muchos golpes.

Otra ronda de preguntas. Ésta vez es mi turno con Sophie.

-Te reto a que le des un beso a Martina- dice.

Observo la cara de horror que pone Martina.

-No estoy seguro de que ella quiera- objeto.

-¡A nadie le interesa! Esto es un puto juego. Así que tienen que someterse a las consecuencias... Además Martina no es una niña y tú menos- dice insistente Sophie.

-¡Gracias Sophie!- dice sarcástica Martina.

-Yo sé que me amas, cariño- responde ella- ahora mueve tu culo al centro y besalo.

A paso lento, Martina se pone de pie y llega hasta el centro del círculo al mismo tiempo que yo. Está cabizbaja y con sus manos apretando el suéter.
Cuando siente nuestra cercanía levanta la cabeza y me observa un tiempo. Alguien grita algo pero no soy consciente de que es lo que dice. Con timidez pongo mis manos en su cintura y la acerco más. Nuestras respiraciones son profundas y al compás. Poco a poco nos sumergimos en un beso lento y lleno de sentimiento. Mi corazón da un vuelco furioso para luego seguir a un ritmo acelerado. Sus labios son suaves y con sabor a vodka.

Ella detiene el beso y me deja con ganas de más. Me dedica una última mirada tímida y va de nuevo a su lugar.

Todos continúan jugando. Pero no soy capaz de concentrarme más que en su mirada. Trata de hablar con sus amigos pero cada pocos minutos me da una mirada fugaz. Sé que le ha afectado tanto como a mí. Hace mucho no la besaba. Sus labios son conocidos y al mismo tiempo no lo son. Es como si la estuviera explorando de nuevo. Como si la estuviera conociendo de nuevo. Y es aterrador porque una parte de mi, conoce a Martina de pies a cabeza, de un lado a otro, en todas las formas y sentidos. Es injusto que me sienta tan extraño por haber probado sus labios nuevamente.

O tal vez sólo me estoy haciendo cuentos raros en mi mente. Tal vez a ella ni le interese lo que sucedió. Fue un beso más de un tonto juego de niños.

No tan perfecto (TP#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora