- ¡No! – Valerie saltó de la cama como un gato al que le acaban de pisar la cola. Lola y Alex soltaron una risita.
Estábamos en casa de Lola, ya que sus padres se habían ido de viaje, y planeábamos pasar la noche de jueves a viernes allí.
- No seas melodramática. – Marie rodó los ojos.
- Es que no me puedo creer que no nos lo quieras contar. – Se estampó el dorso de la mano en la frente y se dejó caer hacia atrás. Alex la sujetó sonriendo. – No me lo esperaba de ti...
Valerie trataba de convencer a Marie para que nos contase las nuevas noticias sobre John.
- Pero, ¿por qué crees que hay algo nuevo? – Preguntó.
- ¡Es obvio! – Salté yo. – No has hecho ningún comentario ni le has mirado mal en todo el día de ayer y el anterior.
Suspiró.
- No estoy preparada. – Musitó. – No sé ni siquiera qué ha pasado.
- ¡Ajajá! – Alex se levantó de golpe y Valerie cayó hacia atrás. – Así que hay algo.
Ella asintió sin ganas.
- Bueno, no hace falta que nos lo digas todavía, cielo. – Lola le acarició la pierna con cariño. – Estas cosas nunca son fáciles.
- Tiene razón. – Dijo Val. – No hace falta que nos lo cuentes.
- ¡Todavía! – Dijimos ella, Alex y yo a la vez.
Estuvimos riendo y haciendo bromas un rato más, aún que yo tenía la mente un poco en otra parte. Al día siguiente, por la tarde, Thomas y yo iríamos a una cita. Una condenada cita. Una cita con el chico más popular del instituto, pero también el más egocéntrico y asquerosamente perfecto.
Seguía sin saber qué era lo que planeaba que hiciésemos, porque él había dicho que era una sorpresa. Pero no podía evitar que todo eso me diese mala espina. No quería tener una cita con él, no quería pasármelo bien. No quería caer en sus...
- Hoy Luna me ha preguntado por vosotras. – Dijo Alex en un momento dado.
¿Qué? Alto. ¿Qué? No. Vale. Espera.
- No me lo puedo creer. – Rio Marie. - ¿Qué te dijo?
- No mucho, realmente. Preguntó si estabais teniendo problemas con Skylar últimamente, porque no la veía con vosotras. Luego comentó que nunca le había caído bien, y que no le gustaba que anduviese con vosotras cuando aún estabais juntas.
- ¡JA! – Valerie le dio un puñetazo teatral a un cojín. – Que no se hubiese ido. Zorra.
- En realidad, - Dije yo. – a mí me ayudó. Me contó lo de la apuesta de los chicos y no pidió nada a cambio. Igual no quiere ser mala.
- Quizás, René. – Susurró Lola. – Ojalá.
- ¿Y qué tal con Skylar, ya que estamos? – Preguntó Alex.
Bufé.
- Todo lo bien que se puede estar con una sociópata que se ha propuesto enamorar al chico de su ex amiga. – Soltó Val. Luego abrió mucho los ojos al ver que todos la mirábamos. - ¿Qué? ¿He dicho algo malo?
- Eh... Thomas no es mi chico. – Puntualicé remarcando el "no"
- Bueno, vale. El chico que está por mi amiga.
- ¡Val! – La regañó Marie, pero se estaba riendo.
Le di un cojinazo a Valerie, y ella me revolvió el pelo. Alex era el único que no reía, me miraba seriamente.
- Clayton es mi amigo, y no me gustaría hablar de él a sus espaldas. – Dijo. – Pero es un mujeriego. No le gusta nadie. Lo máximo que han conseguido de él es un lío de dos noches.
Suspiré.
- Ya. Yo... no estoy segura de saber qué me pasa. – Confesé al fin. – Hay momentos en los que le odio y en cambio hay otros en los que casi me... - Me corté rápidamente con los ojos abiertos como platos.
- Te gusta. ¡Te gusta, te gusta! ¡TE GUSTA! – Valerie se subió encima de la cama y se puso a saltar. - ¡Por todos los Dioses! ¡A René le gusta Clayton!
- ¡Le gusta, le gusta, le gusta! – Cantó Marie saltando junto a Val.
Alex sonrió.
- Bueno, siempre hay alguien que te cambia. – Me dijo tranquilamente. – Esperemos que para él seas tú.
- Eso sería demasiado Cliché. – Suspiré. – No quiero nada con él, me guste o no.
Y mientras lo decía me di cuenta de que quizás no era del todo cierto.
ESTÁS LEYENDO
Puntos suspensivos
Teen Fiction- Y, ya que te gustan tanto los libros, - Comentó él mientras se acomodaba mejor en su asiento. - ¿No hay ningún aspecto de ellos que odies? O, por lo menos, que no te guste. - Bueno, no me gusta cuando el libro termina con un final abierto, o con...