35 - Lo confieso

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MARATÓN (4/7)

Cuando llegamos a mi casa subimos a mi habitación y nos encerramos ahí, Ben no estaba.

Se sentó en mi cama y yo hice lo mismo a su lado.

- ¿Qué descubrió Skylar? – Pregunté tumbándome hacia atrás.

Ella sonrió agradecida.

- Vio a Alex y Nathaniel saliendo juntos. – Dijo.

- Ya, ¿y? Son íntimos.

- No, no lo has entendido. Saliendo juntos, como John salía con Marie.

Me incorporé de golpe.

- ¿¡Qué!?

- De hecho creo que aún salen.

Me froté la cara con las manos y bufé.

- Vale. Vale, a ver. – Me levanté y caminé lentamente de un lado para el otro de la habitación. – Y tú sabías que John lo sabía, porque ellos tres junto a Thomas son íntimos, así que lo utilizaste para chantajearle.

Asintió con la cabeza, siguiendo mi recorrido con la mirada.

- Es fiel a sus amigos, y eso, unido a lo de su hermano pequeño le hizo dejar a Marie y venir conmigo aún que no me quisiese. Creo que ha sido la cosa más difícil que ha hecho en su vida. Por eso no puede dejarme por Marie, aún que es lo que más desearía, créeme.

Apoyé la frente en la pared y dejé caer los brazos a los lados de mi cuerpo.

- ¿Por qué ahora vienes a contármelo? – Pregunté.

- Porque he visto cómo John mira a Marie, y he visto cómo miras tú a Clayton, y he visto cómo te mira él, y cómo os miráis entre vosotras, Irene. – Suspiró. – Y en la fiesta de Clayton no estaba tan borracha como para no darme cuenta de que Skylar ha pasado de "loca" a "sociópata" por Clayton. Y porque quiero pedir perdón.

Estaré mal de la cabeza, pero ya la creía. Tenía sentido, en realidad. Por eso a Luna no le gustaba que Skylar no estuviese con nosotras, porque se había dado cuenta de que mentía cuando dijo que Marie coqueteaba con Garrett. Porque Skylar había montado todo ese embrollo para que Luna se fuese con las Barbie y así ella juntarse más con Thomas.

Pero no había contado conmigo, ni con que Luna se iba a arrepentir y confesar.

- ¿Tú me crees? – Preguntó entonces. No trataba de ocultarlo, su tono de voz denotaba ansias. Dolor.

Me di la vuelta y la miré a los ojos.

- Te creo. – Sentencié, haciendo que su expresión se relajase un tanto. – Pero no soy yo la que te tiene que perdonar.

Asintió.

- ¿La vas a llamar?

- Las voy a llamar.

Era la primera vez que veía a Luna nerviosa. 

Puntos suspensivosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora