29 - Juegos

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Marie caminaba junto a Lola por el centro comercial. Era sábado por la mañana, e Irene continuaba dormida, agotada por quedarse despierta tanto tiempo explicándoles a las chicas los detalles de la cita del día anterior.

A Valerie no le gustaba mucho ir de compras, así que había rechazado la invitación.

- Van a acabar juntos. – Parloteaba Lola. – Clayton se lo pedirá de una forma preciosa, ¿te imaginas? En el baile de invierno, o en el de fin de curso si se retrasa. ¿No sería fantástico? Y cuando...

Es que Lola era muy callada, pero cuando le daba por hablar o ponerse a imaginar cosas no callaba ni debajo del agua.

Un hombre pasó golpeando su hombro con el de Marie, y ella alzó la mirada rápidamente. Oh, por Dios.

- Eh... Lola, tengo que ir al baño. – Avisó a la muchacha, que miraba distraídamente un vestido en un escaparate.

- Vale. Yo voy a probarme esto.

Marie sintió como si todos la mirasen mientras entraba en el baño de mujeres. Pero no era cierto, eran solo los nervios. Nervios. Como si no llevasen días haciendo esas cosas.

Nada más cerrar la puerta tras ella alguien la arrolló contra la pared, y sintió los fuertes brazos de John acorralándola y abrazándola contra él.

- Pensé que no me habías visto. – Susurró él contra sus labios.

- Pero si casi me dislocas el hombro, animal.

Él rio suavemente.

- Lo siento.

Y continuaron con sus juegos y sus besos un rato más.


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Pasaron varias semanas, sinceramente no recuerdo cuántas exactamente. Salí con Thomas al claro del bosque muchas veces más, y teníamos planeadas más salidas. Marie tenía pequeñas aventuras con John, que duraban minutos, a veces menos, cada vez que coincidían. Tardó, pero al final nos lo confesó con lágrimas en los ojos a Alex, Val, Lola y a mí.

Thomas y yo terminamos el trabajo. No se leyó el libro, pero conseguí que se mirase algunas hojas y las partes más importantes, así que logramos un nueve.

Lola solía venir a mi casa cada domingo, y Ben, ella, y yo jugábamos a cualquier cosa y comíamos los tres juntos. Por su parte, Valerie había roto lo que fuese que tenía con el tal Martin, y estaba soltera y entera, y pretendía estarlo mucho más tiempo. Por su parte, Skylar no volvió a hablar con nosotras. Y Luna, de vez en cuando, nos sonreía amigablemente por los pasillos.

- ¡He ganado! – Chilló Ben levantándose de golpe con las manos en alto. - ¡No podéis conmigo, muchachas!

Reí.

- Eres estúpido. – Dijo Lola sonriendo.

- Estoy con ella.

- Oh, vamos, ya van dos veces seguidas que os gano. ¿Qué más queréis?

- ¿Revancha? – Pregunté yo. – A piedra, papel, o tijera.

Enarcó las cejas.

- Hecho, ¿quién se enfrentará al rey? – Se sentó en el sofá, dando golpecitos a su lado.

Puntos suspensivosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora