Cinco

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A la mañana siguiente me levanté unos minutos antes de que sonara la alarma, quería ver si podía hablar con Jay antes de entrar a clases. Lo veía poco probable pero no podía seguir un minuto más peleada con él.

Caminé despacio hacia el baño con la intención de no despertar a Elle, entré y minutos más tarde salí completamente bañada. Me vestí con unos jeans negros, una camiseta blanca a rayas negras y unos converse blancos. Desenrede mi pelo y luego me hice una trenza de lado dejando mechones fuera.

— ¿Angie? ¿Qué hora es? 

— Es temprano aún, perdón por despertarte – digo mientras reviso que mis materiales de dibujo estén en mi mochila.

— ¿A qué hora llegaste? No me di cuenta – me dice mientras se sienta en su cama y se despabila

— No fuimos a cenar...

— ¿Por qué no? – pregunta levantándose y seguido arregla su cama.

— Jay y yo discutimos – me siento en mi cama a maquillarme un poco las ojeras.

— ¿Por qué?

— Por mi culpa – le respondo. — Tengo esa sensación de que en cualquier momento Jay va a explotar y va a terminar conmigo

— ¿Qué? ¿Por una pelea? Angelina, por favor. Ese rubio te ama con su vida, no va a terminar contigo solo porque hayan peleado, no seas ridícula – me regaña mientras entra al baño, cerrando la puerta a su paso. — ¡Mi primo esta asfixiado de ti, créeme! – gritó desde el baño.

Desconecto mi teléfono, lo desbloqueo y veo un mensaje de Jazmín, una compañera.

Jazz😝

¡Angie! Necesito tu ayuda, he manchado con café uno de mis dibujos, y no tengo hojas para hacerlo de nuevo, ¿puedes regalarme una? ¡Por favor! Te espero en el curso antes de que empiecen las clases, espero y veas esto a tiempo

Aborden la misión.

— Elle, hablamos más al rato... Jazmín tuvo un percance con uno de sus dibujos y me necesita

— Esta bien, suerte en tu exposición

— Gracias – le respondo. Tomo mi mochila, mi portafolio y mi celular. Y salgo corriendo hacia el edificio de artes donde me espera mi compañera.

Al llegar subo las escaleras hasta el piso dos y busco el aula donde nos toca. Río con fuerza a ver a Jazmín dar vueltas de aquí para allá mordiendo su uñas.

— ¡Oh gracias al cielo! ¿Tienes una hoja?

— ¿Por qué iba a venir si no? – dejé mis cosas en mi lugar correspondiente. De mi portafolio saque una hoja y se la entregué.

—  Gracias – me dice y se sienta a hacer su trabajo – ¿Ya desayunaste? Te invito el desayuno como forma de agradecimiento

— No te preocupes, no es como si tuviera mucha hambre de todos modos

— Aún así... ¿Lo terminaste?

— Si, espero y sacar los cincuenta puntos

— Verás que si... Oye, viniendo para acá ví a tu italiano – me mira con picardía – Me vas a disculpar pero los trajes le quedan a la perfección, te tengo envidia

Unbreakable LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora